Por lo posible y deseable
Podemos plantear tres escenarios: Lo imposible, lo posible e indeseable, y lo posible y deseable
La situaci¨®n actual de crisis estructural de la econom¨ªa, de la sociedad y de la pol¨ªtica nos obliga a pronunciarnos sobre el futuro que queremos y las finalidades que tienen que presidir las pol¨ªticas. Considero imprescindible orientar las pol¨ªticas hacia la cohesi¨®n social, el desarrollo econ¨®mico de la sociedad del conocimiento y el fortalecimiento de la democracia. Podemos plantear tres escenarios de futuro que se presentan para las pol¨ªticas sociales y de cohesi¨®n y tambi¨¦n sobre el papel que puede tener el Tercer Sector en el desarrollo de estas pol¨ªticas: Lo imposible, lo posible e indeseable, y lo posible y deseable.
El primero, La administraci¨®n protectora, es un escenario imposible, porque plantea que despu¨¦s de la crisis se produjera un regreso a las condiciones de antes, y las administraciones p¨²blicas siguieran proveyendo casi todos los recursos p¨²blicos, y la mayor parte de los servicios y prestaciones fueran gestionados directamente por la administraci¨®n, o a trav¨¦s de consorcios o empresas p¨²blicas. Es un escenario en el cual el ciudadano es considerado cliente o usuario de las pol¨ªticas p¨²blicas. En este escenario, al Tercer Sector se le da un papel marginal para hacer todo aquello que todav¨ªa no llega a hacer la administraci¨®n. Es un escenario de derechos a satisfacer por los fondos p¨²blicos, pero no se habla de deberes ni de responsabilidades sociales. Es un escenario que resulta inadecuado por la complejidad y polaridad de las necesidades sociales, y porque el papel de la administraci¨®n no tiene que ser el de gestionar, sino el de dar el marco institucional y program¨¢tico: objetivos claros, transparentes y equitativos que generen confianza.
En el segundo escenario, Liberal-asistencial, el Estado se desentiende progresivamente de los derechos y las pol¨ªticas sociales y deja, por un lado, al mercado, la satisfacci¨®n, mejor dicho la insatisfacci¨®n, de las necesidades generales, y por el otro a un Tercer Sector, que llegue con voluntariado y con pocos recursos y profesionales a hacer de contenci¨®n de las problem¨¢ticas m¨¢s graves. Es un escenario que debilita los derechos y deberes sociales, trata al ciudadano como un competidor ante los otros, y los divide entre ganadores y perdedores. Bajo una excusa u otra se busca que la gesti¨®n de los servicios sociales m¨¢s universales la haga el sector mercantil y deja para el Tercer Sector los servicios experimentales y marginales que s¨®lo son considerados objeto de las subvenciones. Las directrices para que el criterio por la asignaci¨®n de servicios de bienestar se convierta en una subasta econ¨®mica, son la punta del iceberg de esta pol¨ªtica. Este es un escenario tanto posible como indeseable, al cual todas las fuerzas sociales nos tenemos que oponer.
El tercer escenario l¨®gicamente, es el posible y deseable, el del nuevo progreso social y humano. En este, el gobierno asume su protagonismo democr¨¢tico a fondo, responsabiliz¨¢ndose de garantizar los derechos y responsabilidades sociales. Es un gobierno relacional, que fortalece la capacidad de organizaci¨®n y acci¨®n del conjunto de la ciudadan¨ªa, para lograr los desaf¨ªos. Es un escenario en el cual se empodera al ciudadano y a las organizaciones de la sociedad civil, para dar una respuesta compartida y sin¨¦rgica con los gobiernos territoriales para lograr los objetivos sociales.
Este, es el escenario, en el cual el Tercer Sector tiene un importante protagonismo, porque con una gesti¨®n eficiente reinvierte sus ganancias en la acci¨®n social. Es decir, mientras que otros sectores econ¨®micos reinvierten de media un 40% de sus ganancias, el Tercer Sector lo hace con el 100%, multiplicando el impacto de los recursos.
Adem¨¢s, el Tercer Sector moviliza los ciudadanos en los esfuerzos de prevenci¨®n y de combate de la exclusi¨®n social. Con m¨¢s de 245.000 voluntarios, el Tercer Sector Social catal¨¢n hace posible que miles de ciudadanos dejen de ser unos agentes pasivos y simples receptores de las prestaciones p¨²blicas para acontecer una enorme fuerza productiva de derechos, de compromisos, de solidaridad social y se fortalece la respuesta a las necesidades sociales.
Por eso, invertir en el Tercer Sector supone ampliar el capital social de nuestra sociedad, en cuanto que se ampl¨ªa y fortalece el tejido asociativo que es capaz de cooperar por objetivos relacionados con el bien com¨²n. Un capital social que, como se?al¨® el reconocido soci¨®logo Robert Putnam, es ¡°la condici¨®n para que la econom¨ªa y la democracia funcionen¡±. El Tercer Sector es uno de los grandes motores de Catalu?a capaz de generar nuevas y renovadas energ¨ªas para el progreso humano, en su m¨¢s amplio sentido: valores ¨¦ticos, desarrollo econ¨®mico, progreso social, sostenibilidad, y renovaci¨®n democr¨¢tica.
?ngels Guiteras i Mestres Presidenta de la Taula d'entitats del Tercer Sector Social de Catalunya.
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