El f¨²tbol empeora la mala racha del Consell
La crisis social por la toma de control del Valencia CF pasa factura al Gobierno valenciano
Antes de abandonar el Palau de la Generalitat en julio de 20011 asediado por el esc¨¢ndalo de G¨¹rtel, Francisco Camps hab¨ªa cumplido un ¨²ltimo servicio en pos de la simbolog¨ªa que tanto lo excit¨®. Favoreci¨® un aval del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) a la Fundaci¨®n del Valencia CF que ahora se ha convertido en otra bola financiera encadenada a los pies de la Generalitat, que este a?o no podr¨¢ cubrir el coste de servicios esenciales, como sanidad y educaci¨®n, sin la aportaci¨®n de fondos de rescate adicionales por parte del Gobierno central.
En 2009 el consejo de administraci¨®n del Valencia hab¨ªa aprobado una ampliaci¨®n de capital de 92 millones, de los que apenas se recaudaron unos 18. La Fundaci¨®n del Valencia, en una segunda ronda, adquiri¨® el resto a trav¨¦s de un cr¨¦dito de 75 millones concedido por Bankia con ese aval y se convirti¨® en la propietaria del 70% de un club con serios problemas financieros derivados de sus aventuras inmobiliarias.
Un a?o despu¨¦s, el IVF increment¨® en seis millones ese aval a la Fundaci¨®n sin ninguna explicaci¨®n al respecto. La versi¨®n oficiosa es que la Fundaci¨®n no hizo frente a la amortizaci¨®n de intereses y el importe se a?adi¨® al pr¨¦stamo con el visto bueno del entonces presidente Camps. La bola iba creciendo en la Fundaci¨®n mientras el Valencia, que no ten¨ªa una situaci¨®n mejor, ve¨ªa una oportunidad para salir de su delicada situaci¨®n al alcanzar un acuerdo con Bankia en 2011. La entidad financiera se quedar¨ªa con el suelo de Mestalla y de la ciudad deportiva de Paterna a cambio de refinanciar las obras del nuevo estadio y zanjar la deuda de 219 millones que ten¨ªa al margen de la Fundaci¨®n.
La gesti¨®n de la situaci¨®n a?ade turbulencias al Ejecutivo
Pero la intervenci¨®n de Bankia en 2012 arruin¨® esa expectativa, ya que las directrices del plan de saneamiento del Gobierno la obligaban a aumentar liquidez y reducir bienes inmobiliarios. Y en enero de 2013 se le sum¨® la declaraci¨®n de insolvencia de la Fundaci¨®n para devolver el pr¨¦stamo de la ampliaci¨®n accionarial. Su entonces presidente, T¨¢rsilo Piles, trat¨® que la Generalitat ampliara de nuevo el aval con el dinero de la amortizaci¨®n de los intereses, pero el Consell no accedi¨®. La Fundaci¨®n nunca hab¨ªa hecho nada por pagar el pr¨¦stamo.
Tras demorar unos meses la decisi¨®n, Bankia decidi¨® ejecutar el aval y la Generalitat tuvo que pagar 4,8 millones para cubrir los intereses. Los problemas de esta herencia envenenada de Camps no hab¨ªan hecho m¨¢s que empezar para su sucesor, Alberto Fabra. La Generalitat se convert¨ªa as¨ª en la propietaria del 70% de las acciones del club y se ve abocada a intervenir para recuperar el dinero y evitar tener que pagar el pr¨®ximo plazo de intereses el 27 de agosto (otros 4,8 millones). Adem¨¢s, est¨¢ pendiente la amortizaci¨®n de los 81 millones del pr¨¦stamo (40,5 en 2014 y 40,5 en 2015).
El primer paso fue meter mano a la Fundaci¨®n para sustituir sus patronos, puesto que la Generalitat considera que no hab¨ªan hecho nada por ejercer el control sobre los administradores y representaban ¡°intereses contrapuestos¡±. Mientras pon¨ªa en marcha la operaci¨®n, el 12 de febrero de 2013 lleg¨® una sentencia inesperada anulando el aval del IVF. La juez entend¨ªa que entra?aba riesgos que exced¨ªan lo establecido para la concesi¨®n de ayudas de la Generalitat prevenidos en la Ley de Hacienda P¨²blica Valenciana. El Consell se sinti¨® liberado de la carga, pero esa sentencia no es firme porque una de las partes, Bankia, la ha recurrido y seg¨²n el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana el aval solo podr¨ªa quedar suspendido si una de las partes ¡°expresamente lo solicitara al juez¡±. Incluso en ese caso, tendr¨ªa un car¨¢cter cautelar.
La baza del Consell es que Bankia tiene pignoradas las acciones
Aunque el Consell mantiene que ha perdido la condici¨®n de avalista y no contempla que el recurso de Bankia altere esa situaci¨®n puesto que las acciones est¨¢n pignoradas a la entidad financiera, no pod¨ªa ponerse de perfil ante el problema. La Generalitat sigui¨® su hoja de ruta e hizo dimitir a los miembros elegidos por el club y a los de libre designaci¨®n para hacer un patronato m¨¢s manejable. Para sacudir el club, se nombr¨® a una serie de patronos con un perfil t¨¦cnico muy definido en el ¨¢mbito de la econom¨ªa (el expresidente del ICO, Aurelio Mart¨ªnez), la jurisprudencia (el juez Jos¨¦ Mar¨ªa Tom¨¢s y T¨ªo, el catedr¨¢tico de derecho Civil Francisco Blasco) y el deporte base (el empresario y presidente de la principal cantera de f¨²tbol valenciano Amadeo Salvo). La designaci¨®n de la presidencia tambi¨¦n fue toda una declaraci¨®n de intenciones: el asesor fiscal Federico Varona, un hombre relacionado profesionalmente con el vicepresidente del Consell, Jos¨¦ Ciscar.
La misi¨®n del nuevo patronato, en el que la presencia de la directiva del club qued¨® simplificada a una plaza (la del presidente Manuel Llorente), no era otra que intentar negociar con Bankia una refinanciaci¨®n del 50% de la deuda de la mano del consejo de administraci¨®n del Valencia CF. Sin embargo, la reducci¨®n de la directiva (y el prop¨®sito de fiscalizaci¨®n y control) era una lata de gasolina en un pajar. La reacci¨®n de Llorente, haciendo uso de su potestad, fue tratar de nombrar otros 15 patronos para recuperar poder. La Generalitat no se lo permiti¨® al responder al envite con la amenaza de nobrar a otros 15. El siguiente movimiento en el tablero de Llorente, cuyo mandato terminaba en 2014, fue dimitir el 5 de abril como presidente del club, aunque no como miembro del consejo.
El embate de Llorente tendr¨ªa graves consecuencias para los prop¨®sitos de la Generalitat. A la crisis financiera se a?ad¨ªa una crisis social con mayor riesgo, algo para lo que los miembros de la Fundaci¨®n no estaban preparados. ¡°De saber la deriva que ha tomado, no hubiese aceptado formar parte de la Fundaci¨®n¡±, apunta uno de ellos. La renovaci¨®n pendiente de fichas de algunos jugadores y del entrenador, la tensi¨®n por el proceso para elegir un nuevo presidente mediante una embarazosa ¡°democratizaci¨®n¡± del club, la presi¨®n medi¨¢tica y la apertura de veda de caza para los grupos de intereses y profesionales de la comisi¨®n conformaban un combinado fat¨ªdico.
La llamas del Valencia llegan al Palau de la Generalitat
Para hacer m¨¢s confuso el n¨²mero de batallas que se dirimen sobre la guerra del Valencia, el presidente de la Diputaci¨®n de Valencia, Alfonso Rus, arremeti¨® el martes contra la tutela de la Generalitat sobre el club al anunciar que retirar¨ªa de la Fundaci¨®n a su patrono porque ¡°la Administraci¨®n no deber¨ªa condicionar ning¨²n voto¡±. Esa misma tarde, Varona, el hombre de confianza de Ciscar, present¨® la dimisi¨®n como presidente de la Fundaci¨®n. Dur¨® 13 d¨ªas. Las llamas del Valencia llegan al Palau de la Generalitat y empiezan a tostar a Ciscar.
Mientras planea de la venta del club como ¨²ltima farmacia de guardia, la Fundaci¨®n tiene por delante la inasequible renegociaci¨®n de la deuda con Bankia (para lo que ha encargado una auditor¨ªa externa de la entidad y tiene que demostrarle que tiene un plan de ingresos factible). Adem¨¢s, le queda el ¨ªgneo tr¨¢nsito de recomponerse y elegir un nuevo consejo mediante una junta extraordinaria del que saldr¨¢ el nuevo presidente del Valencia. El Consell se ha puesto como l¨ªmite agosto (cuando vence el plazo de la amortizaci¨®n de intereses del aval) para que la Fundaci¨®n y Bankia encuentren una salida, siempre que la justicia siga considerando nulo el aval y pueda pedir la ejecuci¨®n de sentencia para desvincularse del problema. De lo contrario, carece de plan B, aunque est¨¢ estudiando ¡°medidas jur¨ªdicas¡± para evitar los pagos. Pero remontar a estas alturas de partido parece imposible.
Una bomba de racimo con ecos en la UE
El aval del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) a la Fundaci¨®n del Valencia CF no es el ¨²nico regalo envenenado que el anterior presidente de la Generalitat, Francisco Camps, leg¨® al Consell en el ¨¢mbito deportivo. El patriotismo deportivo de Camps lo llev¨® a convertir el IVF en una suerte de banco malo de los clubes de f¨²tbol con acuciantes problemas financieros. El H¨¦rcules y el Elche, como la Fundaci¨®n del Valencia, tampoco pagaron los pr¨¦stamos que aval¨® la Generalitat, que as¨ª se convierte en la m¨¢xima accionista de dos de estas entidades deportivas contraviniendo, adem¨¢s, la Ley de Sociedades An¨®nimas Deportivas, que proh¨ªbe el control de m¨¢s del 5% de m¨¢s de una sociedad an¨®nima deportiva en la misma competici¨®n.
El IVF aval¨® al H¨¦rcules un pr¨¦stamo de 18 millones de la antigua Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM), que el entonces presidente del club, Enrique Ortiz, imputado en los casos G¨¹rtel y Brugal, utiliz¨® para pagar una deuda con Hacienda y las primas de los jugadores por ascender a Primera. No lo pudo devolver y el Banco de Sabadell ejecut¨® el aval. La garant¨ªa era el estadio Rico P¨¦rez. El Banco de Sabadell tambi¨¦n ha ejecutado el aval en el caso de la Fundaci¨®n Elche CF, a la que prest¨® nueve millones avalados por el IVF para que, como en el caso de la del Valencia, invirtiera en acciones del club con un pr¨¦stamo de la CAM. Con ese dinero, y otros cinco millones del desguazado Banco de Valencia, la fundaci¨®n adquiri¨® el 70% del capital del Elche. Ahora pertenecen a la Generalitat, a la espera de un comprador que alivie su carga.
La Comisi¨®n Europea confirm¨® el jueves que est¨¢ investigando estas ayudas concedidas con el aval del IVF para determinar si son compatibles con las normas de la Uni¨®n Europea (UE).
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Competencia, Joaqu¨ªn Almunia, en una respuesta a la interpelaci¨®n parlamentaria del eurodiputado socialista Andr¨¦s Perell¨®, se?al¨® que ¡°la Comisi¨®n conoce las informaciones sobre pr¨¦stamos y garant¨ªas p¨²blicas para tres clubes de f¨²tbol en Valencia¡±. El Ejecutivo comunitario ¡°ha pedido al Gobierno espa?ol informaci¨®n sobre los tres clubes, por lo que todav¨ªa no est¨¢ en posici¨®n de examinar la compatibilidad de estas medidas¡± con el Tratado de la UE. La Generalitat piensa alegar que los avales no fueron a los clubes sino a sus fundaciones.
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