Dinero p¨²blico
Con dinero de todos se financian fundaciones deportivasl y las ocurrencias del duque de Palma
La nueva directora general de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV) dijo una obviedad el pasado jueves en las Cortes Valencianas y los diputados de la oposici¨®n se quedaron tan asombrados como si les acabaran de revelar el tercer secreto de la Virgen de F¨¢tima, mientras que los populares se rebull¨ªan en sus asientos como si les hubiera ca¨ªdo encima un enjambre de abejas. Qu¨¦ dijo Rosa Vidal para producir semejante conmoci¨®n entre sus se?or¨ªas. Nada extra?o en una sociedad con cultura democr¨¢tica con un gobierno democr¨¢tico y con pol¨ªticos dem¨®cratas. Pero esta es una tierra escasa de convicciones democr¨¢ticas. De ah¨ª el asombro. La directora general de RTVV se limit¨® a se?alar que ella, en tanto que abogada del Estado, no compart¨ªa la existencia de cl¨¢usulas de confidencialidad en los contratos p¨²blicos porque este tipo de reservas en la Ley de Contratos ¡°est¨¢ muy restringida¡±. Un hecho elemental, un axioma incluso para cualquier dem¨®crata de medio pelo; pero que el Consell, en manos del PP desde hace 18 a?os, y muy singularmente durante la etapa de Francisco Camps, ha ignorado sistem¨¢ticamente. La transparencia no es que haya sido un bien escaso durante estos m¨¢s de tres lustros, sencillamente no ha existido. No es extra?o que a los diputados populares se sintieran inquietos ante la afirmaci¨®n de Vidal. Desde que llegaron al poder han venido defendiendo justo lo contrario.
Es cierto que con Alberto Fabra en la presidencia de la Generalitat se ha observado alg¨²n gesto para corregir tal anacronismo autoritario, pero han sido muy t¨ªmidos y, desde luego, con muy escasa voluntad pol¨ªtica de acabar con esta pr¨¢ctica oscurantista. V¨¦ase, si no, lo que est¨¢ ocurriendo con los clubes de f¨²tbol de la Comunidad Valenciana que en mala hora Francisco Camps decidi¨® avalar con el dinero de todos, con independencia de las simpat¨ªas que cada cual sintiera por un equipo u otro, fuera este valenciano o for¨¢neo. El caso es que todos vamos a tener que pagar por las calamidades cometidas por unos directivos incompetentes, codiciosos y est¨²pidos. Se entiende que el vicepresidente Jos¨¦ Ciscar quiera alejar de si responsabilidad tan inmensa; pero antes debe de dar una explicaci¨®n convincente de qu¨¦ ha ocurrido. D¨®nde est¨¢ el dinero es una pregunta que nos hacemos con demasiada frecuencia los ciudadanos de esta tierra. Son muchos los millones que se han ido por el sumidero de los grandes eventos, terras m¨ªticas, aeropuertos sin aviones, circuitos de F1, urdangarines, ciudades de la luz (que como son un ¨¦xito las vamos a vender. Si llegan a ser un fracaso, consejera Catal¨¤, a saber qu¨¦ har¨ªa con ella) que no iban a costar un euro a los contribuyentes sin que nadie, nunca, haya aclarado su destino. Y, por supuesto, sin que nadie, nunca, haya asumido ni media responsabilidad pol¨ªtica.
Con dinero p¨²blico, con el dinero de todos, se financian las fundaciones de los clubes de f¨²tbol y Valencia Convention Bureau que, tan alegre como servilmente, financi¨® las ocurrencias del duque de Palma; pero la alcaldesa de Valencia, ni responsable alguno del organismo que gestiona el turismo en el cap i casal, tienen a bien explicarnos porqu¨¦ y a santo de qu¨¦ han perdido millones de euros. La excusa es que se trata de una entidad de car¨¢cter privado. Olvida Rita Barber¨¢ que el dinero con que se financia es p¨²blico. Como lo es el que paga los costes de ese monstruo deficitario que es Feria Valencia. La fiereza con que defienden sus responsables la confidencialidad de sus cuentas y la arbitrariedad con que la gestionan solo alimenta la sospecha de que hay algo que se quiere ocultar.
Es dinero p¨²blico, diablos, que vaya Rosa Vidal y se lo explique. A ver si as¨ª lo entienden. No es tan dif¨ªcil.
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