Inciertas Gl¨°ries
La soluci¨®n de las rampas es una chapuza may¨²scula, que en el futuro alguien tendr¨¢ que deshacer
La smart city es el mantra del actual Ayuntamiento porque es el tema de moda en el urbanismo internacional. Pero no deja de ser una entelequia. Smart city es la ciudad gobernada con inteligencia para minimizar el uso de recursos, maximizar la calidad de vida y mantener un ciclo de producci¨®n y consumo dentro de unos l¨ªmites territoriales y cuantitativos sostenibles. Es, por tanto, una f¨®rmula sencilla: ecolog¨ªa + planificaci¨®n = equilibrio. Todo esto conectado globalmente a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa. El problema viene cuando esta plantilla tan atractiva tiene que aplicarse a ciudades construidas, con sus peque?os problemas cotidianos. Es cierto que, si no se tiene claro el horizonte, la gesti¨®n de cada d¨ªa se convierte en un caos. Pero la verdad es que la gesti¨®n se suele comer a la teor¨ªa, porque la gesti¨®n est¨¢ en el plano real y la teor¨ªa en el plano del deseo y, ya est¨¢ dicho, la moda.
El actual Ayuntamiento tiene una situaci¨®n de minor¨ªa que le impide ejercer un planeamiento libre. Necesita pactar cada paso. Ha ido desencallando temas que llevaban a?os atascados, como la entrega de Can Batll¨® a unos vecinos deseosos de gestionarlo, pero la inc¨®moda debilidad pol¨ªtica obliga a renunciar a uno de los mandatos de la smart city: que el gobierno municipal sea al mismo tiempo ¨¢rbitro y estratega de la cosa p¨²blica. Xavier Trias est¨¢ atrapado entre la herencia anterior y la poca potencia de su mandato, con un resultado evidente: la ciudad no est¨¢ cambiando. La ciudad es la misma ciudad en voz baja que gestionaba Jordi Hereu con la consigna de mimar la dispersa voluntad popular. Pero a esta impotencia natural se le suma a veces la confusi¨®n conceptual.
Volvamos a las Gl¨°ries. Est¨¢ el proyecto de gran parque urbano pactado por el anterior Ayuntamiento y hay un sector de opini¨®n ciudadana que advoca por volver el debate al punto cero y plantearse si parque o plaza. Es decir, si se le da espacio al urbanismo, en un punto central ¡ªy vast¨ªsimo¡ª de la ciudad, hoy desvencijado y que el proyecto oficial no resolver¨¢. Los vecinos est¨¢n ahora mismo convocando reuniones para defender el parque y el cartel es un infograma del cuadrado verde con los edificios perimetrales sueltos, cada uno singular, cada uno a su aire, solitarios y rodeados de vac¨ªo. Una imagen vale por mil palabras. Pero es que el Ayuntamiento ha convocado un concurso internacional para encajar este desprop¨®sito en la realidad. La smart city no conf¨ªa en el talento local ¡ª?premisa b¨¢sica!¡ª por m¨¢s que el concurso sea tan espec¨ªfico que no permite alternativas a lo que hay pactado: es para poner orden, no para poner ideas.
La smart city no conf¨ªa en el talento local? por m¨¢s que el concurso sea tan espec¨ªfico que no permite alternativas a lo pactado: es para poner orden, no para poner ideas
M¨¢s todav¨ªa: la Diagonal, cuando se acerca a Gl¨°ries en el tramo digamos antiguo, forma un talud notable, porque en tiempos de Porcioles los t¨²neles de barrio se hac¨ªan mitad enterrados, mitad encajonados en superficie. Aqu¨ª pasa el tren. Este desnivel impide la continuidad de algunas calles que la tendr¨ªan sin el obst¨¢culo. Una de ellas es Castillejos. El Ayuntamiento tiene la soluci¨®n, tan aberrante que cuesta explicarla. La soluci¨®n es una rampa que baja desde la Diagonal por Castillejos. El problema es que corta el tr¨¢fico del lateral de la avenida. As¨ª que se hace una subida y una bajada, tambi¨¦n en rampa, perpendicular a la otra. Esto destroza la estructura l¨®gica de la ciudad y crea un muro en la nariz de los vecinos, que ya han puesto pancartas. Muy pocos vecinos (la zona es un desierto), tan pocos que son perfectamente sacrificables.
Pero es una chapuza may¨²scula, que en el futuro alguien tendr¨¢ que deshacer. ?No se reforma Gl¨°ries para eliminar la brutalidad del anillo? ?Y vamos a poner rampas agresivas para salvar un desnivel? Smart city! Los vecinos proponen una alternativa que tampoco es buena. As¨ª que la pregunta es por qu¨¦ hay que prolongar Castillejos. Respuesta: porque la calle va derechita hacia los Encants renovados. Para que pasen r¨¢pido los coches. Smart city! La soluci¨®n real es tan evidente que da verg¨¹enza escribirla: dejar Castillejos como est¨¢ y que los autos, que en la smart city tienen un papel secundario, den la vuelta a la plaza o al parque o a lo que sea. A lo mejor es lo que proponen los ganadores del concurso internacional.
Patricia Gabancho es periodista y escritora.
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