Extra?as sorpresas
Tan chocante resulta que se califique de fracaso la visita de Mas a Bruselas como pretender que Diplocat no explique la posici¨®n de su gobierno
El pasado 22 de abril, al t¨¦rmino de una breve e intensa estancia en Bruselas, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, inform¨® a los medios de que los tres comisarios europeos con los que se hab¨ªa entrevistado (la chipriota Androulla Vassiliou, de Educaci¨®n y Cultura, la sueca Cecilia Malmstr?m, de Interior, y el alem¨¢n G¨¹nther Oettinger, de Energ¨ªa) le manifestaron un¨¢nimemente su entusiasmo ante la agenda soberanista del Gobierno catal¨¢n, su ferviente deseo de un triunfo de las tesis independentistas y la disposici¨®n general de la Comisi¨®n Europea a acoger con los brazos abiertos al futuro Estado con capital en Barcelona.
Naturalmente, el contenido del p¨¢rrafo anterior no s¨®lo es falso, sino que resulta inimaginable. La Uni¨®n Europea constituye una asociaci¨®n de Estados que, por l¨®gica elemental, no puede mostrar ni la m¨¢s leve simpat¨ªa hacia procesos de ruptura interna de cualquiera de sus socios; todo lo contrario, est¨¢ obligada a exhibir preocupaci¨®n, inquietud y reserva. Cosa distinta es que, si la ciudadan¨ªa catalana lograse un d¨ªa expresar de manera clara e inobjetable su voluntad de tener un Estado propio, a la UE le fuera posible renegar de sus fundamentos democr¨¢ticos, ignorar aquella voluntad y hacer suya la cerraz¨®n jur¨ªdico-formal del Gobierno de Rajoy. Pero no estamos todav¨ªa en esa fase.
No estamos en esa fase y, por tanto, resulta chocante que la glacial actitud de Bruselas ante la hip¨®tesis de una Catalu?a independiente haya sido descrita y analizada aqu¨ª como un fracaso, un fiasco, un portazo, etc¨¦tera, cuando se trata del colmo de la previsibilidad. Recuperando el viejo aforismo, lo que le dijeron a Mas el otro d¨ªa en la capital comunitaria equivale a que un perro muerda a un hombre; de tan normal, ni siquiera constituye noticia.
A partir del oto?o de 2012, el servicio exterior espa?ol se puso en estado de movilizaci¨®n permanente y de actividad intensiva contra el derecho de los catalanes a autodeterminarse
?Y qu¨¦ decir de la revelaci¨®n seg¨²n la cual Diplocat, la incipiente red internacional creada por la Generalitat, se dedica a explicar y defender el proceso soberanista? ?Acaso todas las diplomacias y paradiplomacias del mundo no propagan las agendas pol¨ªticas de los gobiernos que las dirigen?
?Es que no existe en Catalu?a, desde hace casi medio a?o, una impecable mayor¨ªa parlamentaria favorable al ejercicio del derecho a decidir? ?D¨®nde est¨¢n, pues, la sorpresa o el esc¨¢ndalo?
Tal vez alg¨²n observador esperaba de Diplocat una exquisita neutralidad institucional: que divulgase en el exterior las tesis pro Estado propio de CiU y ERC en un plano de igualdad con las tesis unionistas del PP y Ciutadans. L¨¢stima que ninguna diplomacia funcione as¨ª. ?Alguien cree que, desde el pasado noviembre, la densa y suntuosa red diplom¨¢tica del Reino de Espa?a ¡ªque pagamos entre todos, incluidos los catalanes, incluidos los independentistas catalanes¡ª permanece neutral ante el ¡°desaf¨ªo catal¨¢n¡±? ?Que un d¨ªa difunde entre las canciller¨ªas extranjeras las tesis de Mariano Rajoy, al otro las de Artur Mas, al tercero las propuestas federalistas de Rubalcaba, y as¨ª sucesivamente¡?
No hace falta estar en el secreto de las comunicaciones del Palacio de Santa Cruz para saber que, a partir del oto?o de 2012, el servicio exterior espa?ol se puso en estado de movilizaci¨®n permanente y de actividad intensiva contra el derecho de los catalanes a autodeterminarse. Me encantar¨ªa conocer la cantidad de almuerzos y cenas que los funcionarios de Garc¨ªa-Margallo repartidos por el mundo han pagado a periodistas y opinadores, los cientos de p¨¢ginas que les han remitido defendiendo la intangibilidad de la Constituci¨®n y descalificando las pretensiones de la Generalitat.
En todo caso, recientes posicionamientos hostiles de The Times respecto de las pretensiones catalanas (el art¨ªculo de Matthew Parris el 6 de abril, el editorial ¡°Mas Uprising¡± del d¨ªa 17) no son fruto del azar ni de la inspiraci¨®n divina, sino de inspiraciones y presiones m¨¢s terrenales. Frente a eso, lo de Diplocat es puro amateurismo.
Y s¨ª, el Ayuntamiento de Barcelona subvencion¨® con 10.000 euros la excelente traducci¨®n al catal¨¢n de la formidable novela Victus. El pr¨®ximo D¨ªa de las Fuerzas Armadas nos costar¨¢ s¨®lo nueve veces m¨¢s, y no he o¨ªdo quejarse a nadie.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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