M¨¢s mentiras (o verdades)
Miguel Carca?o ha roto el guion con una nueva versi¨®n del crimen que implica a su hermano El juez rechaza la veracidad del relato pese a que la polic¨ªa cree que encaja con los hechos


Si no fuera un suceso tr¨¢gico con un cad¨¢ver sin sepultura, el caso de la joven Marta del Castillo acumula tantas versiones como para asemejarse a una pel¨ªcula de terror en la que los enredos complican cualquier ejercicio de comprensi¨®n. ¡°?Es esta la buena?¡±, se preguntaron todos los responsables del caso cuando comprobaron at¨®nitos que el asesino Miguel Carca?o, que ya acumulaba seis narraciones diferentes del crimen, a?ad¨ªa una s¨¦ptima. Eso s¨ª, sin dar pistas concluyentes sobre el paradero del cad¨¢ver de la menor de 17 a?os cuando desapareci¨® en 2009. El m¨¦rito de esta ¨²ltima versi¨®n es que ha logrado enfrentar a la polic¨ªa, que le da cr¨¦dito, con la fiscal¨ªa y el juez, que otorgan nula credibilidad a sus palabras.
Como consecuencia de esta nueva versi¨®n, cuatro a?os despu¨¦s de la muerte de la menor sevillana, el caso se ha reabierto y dos semanas despu¨¦s se ha cerrado tras apurar las remotas posibilidades de ofrecer sepultura a los restos del cad¨¢ver. El juez ha dado carpetazo al caso, una pesadilla para algunos y una espina clavada para otros, entre ellos varios polic¨ªas. La dolorosa sensaci¨®n de que Carca?o se ha re¨ªdo de los investigadores, el juez y el fiscal, dificultaba en gran medida que pudiera ser tomado en serio. Y sin embargo, la polic¨ªa crey¨® que esta narraci¨®n es la m¨¢s s¨®lida de las o¨ªdas hasta ahora, a pesar de que contradice el relato de hechos ratificado por el Tribunal Supremo en sentencia firme.
El juez censura a los polic¨ªas por "extralimitarse" al creer a Miguel Carca?o
Hace un a?o la polic¨ªa comenz¨® a visitar a Carca?o en prisi¨®n para intentar ganarse su confianza hasta completar 13 entrevistas. Pronto el asesino pega otro nuevo giro de tim¨®n respecto a sus versiones anteriores: implica a su hermano Javier Delgado y su amigo Javier Garc¨ªa El Cuco de esconder el cad¨¢ver de Marta. Y fija una zona para buscar el cuerpo. ¡°Dichas gestiones de b¨²squeda a pesar de ser exhaustivas, resultan negativas¡±, subraya el atestado policial. Carca?o es excarcelado y gu¨ªa a los agentes hasta una carretera de San Jos¨¦ de la Rinconada, donde se excavan cuatro zonas. Pero nada. Ni rastro.
A pesar del fracaso inicial, la polic¨ªa contin¨²a las entrevistas con Carca?o y este abunda en detalles del crimen: explica que una discusi¨®n violenta por dinero motiv¨® que su hermano empu?ara un arma y golpeara a Marta. ¡°Esta revelaci¨®n podr¨ªa demostrar la gran superioridad intelectual y ps¨ªquica de Javier sobre Miguel¡±, reza el escrito. La tesis policial es que Carca?o eludi¨® acusar a su hermano porque, para ¨¦l, este supone la figura paterna que nunca tuvo y prefiere asumir el crimen antes de incriminarle.
Imprecisi¨®n
Al margen de que los detalles de una versi¨®n u otra de Carca?o cuadren, hay un dato clave que desbarata la utilidad de su ¨²ltima declaraci¨®n: deja el lugar del enterramiento sin concretar, a pesar de que acudi¨® all¨ª por dos veces. Para justificarse, Carca?o alega que en todo momento est¨¢ aturdido por el crimen y que se limita a seguir las instrucciones de su hermano. ¡°Sacamos a Marta y la metimos en la zanja¡±, describe en su declaraci¨®n hecha en prisi¨®n. Cubrieron a Marta con escombros, pero la imprecisi¨®n del sitio es reveladora. El ¨²nico condenado no concreta el lugar: una venta, palmeras con luces, un polideportivo, unas naves, casas... Resultado: imposible afinar la b¨²squeda del cad¨¢ver. A continuaci¨®n, describe c¨®mo su hermano le ilustra para enga?ar a la polic¨ªa durante los d¨ªas sucesivos de intensas declaraciones. Otro factor que pudo alimentar las mentiras de Carca?o es la amplificaci¨®n de sus aseveraciones a trav¨¦s de la prensa. El juez menciona las ¡°incesantes informaciones que, exentas de respaldo en la causa, aparecen en los medios de comunicaci¨®n¡±.
Sin embargo, Carca?o da el paso y le escribe una carta a su hermano pidi¨¦ndole que aporte datos concretos de la zanja donde supuestamente ambos enterraron a Marta. ¡°Te he demostrado que nunca te traicionar¨ªa pero Marta tiene que aparecer (...) Si no me ayudas no me dejas m¨¢s opciones que hablar con el juez y contar todo¡±, escribe.
Dada la nula respuesta de Delgado, Carca?o llama a su abogada y frente a dos polic¨ªas decide declarar de nuevo el pasado 22 de febrero en la c¨¢rcel. Tras una discusi¨®n a golpes, ¡°Marta se abalanz¨® sobre mi hermano para que dejara de pegarme (...) le coge del cuello para separarlo, momento en que mi hermano se lleva la mano al cintur¨®n donde llevaba un rev¨®lver (...) y se mete con Marta en la habitaci¨®n donde le golpea en varias ocasiones y ella cae al suelo¡±. Con el tensi¨®metro comprueban que la chica est¨¢ muerta y Delgado dirige un plan para enterrar el cad¨¢ver.
Ante el nuevo panorama abierto por la prolija declaraci¨®n de Carca?o, los agentes del Grupo de Menores argumentan por qu¨¦ esta vez el asesino dice la verdad: ¡°Es ahora cuando se observa un motivo l¨®gico de iniciar una discusi¨®n violenta entre ambos hermanos¡±, subrayan respecto al problema de dinero que origin¨® la pelea. El lugar de enterramiento es la zona m¨¢s l¨®gica, dado que solo dispon¨ªan de 55 minutos para hacer desaparecer el cuerpo. Las llamadas telef¨®nicas de esa noche cuadran con el nuevo relato, Carca?o relata que un vecino suyo llevaba dos cascos de moto, extremo corroborado por el vecino, y adem¨¢s este confunde probablemente a Carca?o con su hermano. Finalmente, los investigadores subrayan que Delgado ¡°sol¨ªa portar un arma¡± sobre todo cuando trabajaba de noche, y ese fue el objeto causante de la muerte de Marta.
Sin embargo, todos los indicios que la polic¨ªa estima relevantes son ridiculizados por el magistrado en su auto de archivo. Tilda la versi¨®n de Carca?o de ¡°fantasiosa¡±, censura a los agentes por ¡°extralimitarse¡± al tomarle declaraci¨®n, haber cre¨ªdo en el asesino pese a sus repetidas mentiras, y recuerda que hay una sentencia firme que no puede ser revertida a no ser que haya indicios muy s¨®lidos. ¡°Desenfocando el objeto de la pieza separada [la polic¨ªa] ha formalizado una nueva declaraci¨®n al autor confeso de la muerte, penado por el asesinato de la menor (...) posibilitando que ¨¦l mismo ofrezca hoy una nueva versi¨®n de los hechos¡±. Pero no solo el juez desvirt¨²a la creencia de la polic¨ªa, tambi¨¦n la fiscal¨ªa. ¡°Es inveros¨ªmil con may¨²sculas, con indicios sin solidez y estamos ante un asunto enjuiciado ya, que parece que lo olvidamos¡±, destacan fuentes del ministerio p¨²blico. ¡°Tajantemente, no he visto precedentes ?Reabrir un caso sin el cad¨¢ver por delante y sin nada objetivo?¡±, interrogan dichas fuentes.
Algo incuestionable para las personas que conocen este enrevesado caso es su dificultad para concretar qu¨¦ pas¨® en el domicilio de Carca?o la noche del crimen. Las mentiras y silencios de los implicados han sepultado de momento la verdad. Y la sensaci¨®n generalizada es que el relato de hechos juzgado presenta graves agujeros. El Tribunal Supremo tild¨® de ¡°arbitraria e il¨®gica¡± la valoraci¨®n de los jueces de la Audiencia de Sevilla sobre la franja horaria del crimen. El alto tribunal admiti¨® quejas de la fiscal¨ªa que inclu¨ªan ¡°razonamientos ajenos a la l¨®gica¡± con conclusiones ¡°arbitrarias¡±. ¡°Incongruencias¡±, ¡°contradicciones¡±, testimonios clave desechados, apag¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles no tenido en cuenta... La sentencia sostiene que Carca?o mat¨® a Marta de un golpe certero con un cenicero. Sin embargo, en su auto de apertura de juicio oral, el juez aseguraba que el asesino mat¨® a la joven despu¨¦s de haberla asfixiado y violado junto a El Cuco. Esta versi¨®n m¨¢s cruenta es compartida por otras partes que oyeron la supuesta confesi¨®n de Carca?o poco despu¨¦s de su detenci¨®n. Tantas narraciones han logrado enfrentar y confundir a quienes le han escuchado.
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