M¨¢s de 50.000 catalanes son miembros de sectas destructivas
Los expertos alertan de un repunte de grupos de manipulaci¨®n psicol¨®gica camuflados tras las etiquetas de ¡®coaching¡¯ y crecimiento personal
Ni gur¨²s ataviados con vestimentas estrafalarias ni reuniones secretas de peque?os grup¨²sculos aislados. Las sectas destructivas han repuntado en Catalu?a y se han perfeccionado con nuevas f¨®rmulas de manipulaci¨®n. Auspiciados por la crisis econ¨®mica, los antiguos grupos han confluido con las nuevas t¨¦cnicas sectarias y han conseguido captar, seg¨²n algunas asociaciones de prevenci¨®n de manipulaci¨®n psicol¨®gica, a cerca de 60.000 catalanes.
Aunque las entidades de tipo religioso siguen dominando el abanico sectario, los grup¨²sculos de ¨¢mbito comercial, que invitan a invertir dinero con la promesa de multiplicarse, o los psicoterap¨¦uticos de crecimiento personal han ido ganando peso en los ¨²ltimos a?os. ¡°Se est¨¢ notando un cambio hacia grupos escondidos bajo el coaching u otras t¨¦cnicas para crecer personalmente¡±, se?ala la psic¨®loga Margarita Barranco
A falta de registros oficiales, expertos como el presidente de la Asociaci¨®n Iberoamericana para la Investigaci¨®n del Abuso Psicol¨®gico (AIIAP), Miguel Perlado, estiman, ¡°a la baja¡±, que el n¨²mero de adeptos en Catalu?a oscila entre las 55.000 y las 60.000 personas, un 0,8% de la poblaci¨®n. ¡°Es imposible hacer un recuento m¨¢s ajustado porque hay sectas cuyo tama?o no podemos calcular y otras que no sabemos ni que existen. Este fen¨®meno es mayor de lo que podemos pensar y con la crisis se ha notado un repunte¡±, alega el psic¨®logo.
Todo comenz¨® con unas clases de yoga para huir del estr¨¦s del trabajo
El ¨²ltimo informe sobre grupos de manipulaci¨®n psicol¨®gica elaborado por la organizaci¨®n Atenci¨®n e Investigaci¨®n de Sociadicciones (AIS) en 2005, cifra en 54.000 los adeptos y 89 las entidades consideradas como grupos de manipulaci¨®n psicol¨®gica dentro de Catalu?a.
Sin embargo, Perlado se?ala que el n¨²mero de sectas tambi¨¦n se ha incrementado y su organizaci¨®n ya contabiliza unos 110 grupos consolidados en la comunidad, aparte de otros 50 que mantienen bajo observaci¨®n. La AIIAP ha catalogado a una veintena de ellos como altamente peligrosos.
Los l¨ªderes, los lugares de encuentro, las t¨¦cnicas de manipulaci¨®n y hasta el perfil de los miembros de la secta han cambiado radicalmente. Los expertos alertan de que los m¨¦todos de captaci¨®n de adeptos pueden correr a cargo de ¡°se?ores encorbatados¡± y ocurrir en salones de grandes hoteles de lujo bajo la imagen de inocuas conferencias.
¡°Idealistas e ingenuos¡±, perfil de los adeptos
¡°En apariencia no son tan piramidales, pero son m¨¢s camale¨®nicas y complejas. Aun as¨ª, las sectas religiosas siguen siendo las m¨¢s comunes porque se aprovechan de la crisis institucional de las grandes doctrinas¡±, apunta Perlado. El psic¨®logo a?ade, sin embargo, que han notado que muchos de estos grupos tambi¨¦n ¡°se han ido reconvirtiendo hacia tendencias psicoterap¨¦uticas¡±, en auge ante las circunstancias econ¨®micas. ¡°Las situaciones cr¨ªticas a nivel econ¨®mico y familiar hacen a las personas m¨¢s vulnerables y necesitadas de ese apoyo que dan las terapias alternativas¡±, corrobora Barranco, delegada de la RedUNE para la prevenci¨®n sectaria.
Aunque no se puede hablar de un perfil ¨²nico, el prototipo de adeptos tambi¨¦n ha mutado en los ¨²ltimos a?os. Tanto Perlado como la delegada de la RedUNE coinciden en un patr¨®n de gente ¡°joven, idealista, ingenua y que busca cosas alternativas¡±.
Por su parte, el director del Equipo Multidisciplinar para el Asesoramiento y Asistencia en problemas sectarios, Pepe Rodr¨ªguez, considera ¡°la inmadurez¡± como la caracter¨ªstica com¨²n de los adeptos a las sectas y se?ala al ¡°entorno familiar y social¡± como el primer responsable de la vulnerabilidad del adepto: ¡°Las sectas son delincuentes porque se aprovechan de la debilidad de esa persona, pero esa fragilidad se cre¨® fuera. El entorno tambi¨¦n es en parte responsable¡±, sentencia Rodr¨ªguez.
Los expertos critican la falta de apoyo por parte de la Administraci¨®n: ¡°El Gobierno no hace nada. Todos los procesos judiciales han sido instados por gente privada¡±, alega Pepe Rodr¨ªguez.
¡°Las humillaciones te hac¨ªan crecer¡±
Todo comenz¨® con unas clases de yoga para huir del estr¨¦s del trabajo. Un a?o despu¨¦s, hab¨ªa rehipotecado su casa para afrontar una deuda de 150.000 euros que ten¨ªan con su ¡°maestra¡± espiritual por ¡°haberle chupado toda la energ¨ªa¡±. Eduard Borrell, empresario de 54 a?os, y su mujer, Neus Ca?elles, profesora de 52, han vivido durante siete a?os sumergidos en una secta psicoterap¨¦utica que los llev¨® a la ruina.
Aquejada de una fuerte depresi¨®n, Neus fue la primera en tener contacto con la l¨ªder de la secta, que dirig¨ªa un grupo de terapias alternativas. Diez a?os despu¨¦s, agobiado por el estr¨¦s laboral, ¨¦l mismo decidi¨® unirse a las sesiones de relajaci¨®n.
Sin embargo, varios meses de inofensivas terapias de yoga, comenzaron las peticiones econ¨®micas. ¡°Nos convoc¨® a nueve personas a una reuni¨®n privada y nos dijo que llevaba 26 a?os purificando a los dem¨¢s y que entre todos le hab¨ªamos chupado su energ¨ªa. Como nosotros ¨¦ramos seres materiales, no espirituales, ten¨ªamos que devolverle toda su dedicaci¨®n con algo material. Un mill¨®n de pesetas por cada a?o trabajado¡±, cuenta. Todos accedieron e incluso, confiesa, ¨¦l mismo anim¨® a los m¨¢s reticentes.
La pareja rehipotec¨® su casa para conseguir los 150.000 euros que ellos pagaron por el resto de adeptos, quienes les ir¨ªan devolviendo el dinero en cuotas mensuales. Pero una vez entregada la cantidad, la maestra confes¨® que el dinero ¡°no era suficiente¡±. Ten¨ªan que trabajar. ¡°Nos habl¨® de montar una asociaci¨®n y firmamos un papel para trabajar para ella preparando cursos durante los pr¨®ximos diez a?os¡±. Participaban obligatoriamente en los cursos y si no consegu¨ªan el m¨ªnimo de gente, ellos mismos corr¨ªan con los gastos de los que faltaban. Eduard calcula que el valor de las actividades podr¨ªa haber ascendido a m¨¢s de 400.000 euros.
En esa ¨¦poca, comenzaron tambi¨¦n los insultos y las humillaciones. Todos callaban y obedec¨ªan. ¡°Cuando te humillaba te los tomabas como un crecimiento, un sacrificio para mejorar como ser humano¡±. Algunos miembros, acuciados por los problemas econ¨®micos, dejaron el grupo. La pareja hipotec¨® de nuevo lo que hab¨ªa devuelto de su casa para afrontar las deudas de los que se hab¨ªan ido. Solo la presi¨®n econ¨®mica y la inminente ruina los hizo despertar y pedir ayuda a profesionales.
A la espera de que la denuncia contra la l¨ªder salga adelante, el matrimonio reconoce haber ¡°reforzado la relaci¨®n de pareja¡± pero con deudas que los perseguir¨¢n durante los pr¨®ximos diez a?os. ¡°Aceptarlo entra?a miedo y verg¨¹enza. Es un palo econ¨®mico pero ahora estamos fuera. Somos libres¡±, sentencia Eduard.
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