Con un poco de ira
Teatre Nacional de Catalunya estrena 'Llibertat!', una pieza que Rusi?ol vertebra alrededor del tema del racismo
Coincidiendo con la publicaci¨®n de un informe del Ayuntamiento que afirma que el porcentaje de barceloneses xen¨®fobos es m¨¢s bajo que nunca, el Teatre Nacional de Catalunya estrena Llibertat!, una pieza que Rusi?ol vertebra alrededor del tema del racismo. M¨¢s de un siglo despu¨¦s de su estreno, el debate entre los de aqu¨ª y los de fuera sigue candente. Por otra parte, y como se?ala Eduardo P¨¦rez-Rasilla, Llibertat! ¡°no es un texto, ni un evento teatral y social, de que la historia del teatro espa?ol pueda prescindir¡±. No digamos ya, la historia del teatro catal¨¢n.
Oportuno, pues, y necesario, el montaje de Josep Maria Mestres llega en un momento del propio TNC, tras los recientes despidos a la americana que han sufrido 11 de sus trabajadores, que lo hacen m¨¢s pertinente aun al verse precedido por un manifiesto de protesta por parte del resto de los trabajadores del teatro que, sin querer, enlaza con el tercer acto de la obra y la huelga de obreros que en ella se narra.
Pero empecemos por el principio, por la llegada de un ni?o negro a un pueblo catal¨¢n de la mano de un indiano que vuelve a su tierra procedente de Am¨¦rica. El ni?o es adoptado por la poblaci¨®n como si fuera un animal ex¨®tico; a todos les hace mucha gracia. Los problemas surgen en el segundo acto cuando Jaumet Negre se convierte en un adulto y se cree con el derecho a pedir la mano de la hija de su benefactor. Derecho que, por otro lado y hasta ese momento, todos los habitantes, y el benefactor en cuesti¨®n el primero, parec¨ªan otorgarle con su cantinela hip¨®critamente liberal sobre la libertad, la fraternidad y el progreso. Rusi?ol traza una especie de par¨¢bola con la que critica la burgues¨ªa de la Catalu?a industrial en tono de comedia y voluntad de s¨¢tira. Y lo hace sirvi¨¦ndose a menudo de la deformaci¨®n caricaturesca de los personajes, con una dureza que compensa con el perfil po¨¦tico que otorga a Jaumet en sus palabras de amor hacia la joven y con el personaje del intelectual, que viene a ser su ¨¢lter ego.
Mestres a?ade algo de sa?a a la de Rusi?ol subrayando, por una parte, el lado grotesco del conjunto de la poblaci¨®n al situar la acci¨®n en un escenario central y rectangular que funciona como una pasarela, y las idas y venidas de los personajes en un desfile de monstruos, y por la otra, la vigencia del texto con un salto temporal entre el segundo y el tercer acto que instala a los personajes en el presente. As¨ª, el desenlace de Jaumet Negre y las consecuencias del desarrollo industrial tienen lugar con los personajes pendientes del tel¨¦fono m¨®vil. Todos ellos cumplen su papel dentro de la f¨¢bula, destacando, y con diferencia, los int¨¦rpretes con m¨¢s tablas.
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