La ayuda para discapacitados con empleo en empresas cae el 36% en dos a?os
A las entidades la Administraci¨®n les debe 4,1 millones y este a?o peligran las subvenciones
Laura trabaja en el grupo c¨¢rnico Vi?as desde 2009. Crea cajas para las piezas de vacuno, que luego etiqueta. La joven, de 30 a?os, tiene una discapacidad intelectual que no le impide llevar una vida laboral normal. Antes estuvo siete a?os en una f¨¢brica de chocolate. ¡°?La diferencia? Ol¨ªa mejor¡±.
La asociaci¨®n Sant Tom¨¤s, que opera en Osona, es la responsable de su integraci¨®n laboral. Laura es una persona productiva. Cobra un salario y paga impuestos como los 120 trabajadores, cuatro discapacitados, del grupo Vi?as. ¡°Hacen bien su tarea y, adem¨¢s, cohesionan al equipo. Al principio tem¨ªa la reacci¨®n de sus compa?eros, pero todos hicieron pi?a. Ayuda que Sant Tom¨¤s est¨¦ encima¡±, dice el director financiero, Joan Valls.
Hay 28 entidades sociales en Catalu?a que llevan a cabo tareas de empleo con apoyo, una metodolog¨ªa que facilita la incorporaci¨®n al trabajo de colectivos con limitaciones fisicas, ps¨ªquicas o sensoriales. ¡°Es un traje a medida para cada persona, a la que acompa?amos a lo largo de su vida laboral, en una empresa¡±, resume Gl¨°ria Canals, directora de la fundaci¨®n Aura, presidenta de la Asociaci¨®n Catalana de Empleo con Apoyo (ACTAS) y pionera de su desarrollo en Espa?a, en 1989. ¡°Prestamos apoyo individual a la persona y a la empresa que la contrata. Un sustento diverso, flexible y compartido¡±, a?ade.
En teor¨ªa el empleo con apoyo, junto a los centros especiales de trabajo (CET), garantiza la integraci¨®n del colectivo. ¡°En la pr¨¢ctica la metodolog¨ªa nunca ha sido dotada de pol¨ªticas econ¨®micas fuertes que lo garanticen¡±, plantea Anna Guti¨¦rrez, directora de Eina, el servicio de formaci¨®n y orientaci¨®n laboral de Sant Tom¨¤s, donde atienden a 65 hombres y 57 mujeres.
Solo 698 personas con discapacidad intelectual fueron contratadas el a?o pasado, el 12% menos que en 2010
En Catalu?a hay 47.268 personas con discapacidad intelectual. De ellas 8.700 trabajan, mayoritariamente en los CET. Cuando la destrucci¨®n de empleo est¨¢ a la orden del d¨ªa, conseguir que se incorporen a la empresa es complejo. ¡°Desde 2009 tenemos m¨¢s gente en formaci¨®n, m¨¢s dificultades para colocarla y m¨¢s despedidos, como Laura, que lo fue junto a sus compa?eros cuando la f¨¢brica hizo un ERE¡±, dice Montse Coll, t¨¦cnico de inserci¨®n en Eina.
Solo 698 discapacitados intelectuales consiguieron un contrato en una empresa el a?o pasado, el 12% menos que en 2010, seg¨²n Actas. El descenso va en paralelo al recorte de las subvenciones de Empresa y Empleo. Si en 2010 las entidades recibieron 3,5 millones de euros, dos a?os despu¨¦s bajaron a 2,2 millones, un 36% menos. ¡°A?o tras a?o bajan, lo que implica que cada vez hay menos trabajando¡±, lamenta Canals.
Tambi¨¦n hay un problema de distribuci¨®n de los fondos en pol¨ªticas activas de empleo, donde est¨¢ la partida para el colectivo. El Estado est¨¢ obligado a subvencionar el 50% del salario m¨ªnimo interprofesional de los CET. ¡°Sin embargo no llega nunca, se queda en el 40%, y destina el dinero a lo que es de obligado cumplimiento. Es decir, no hay recursos para el empleo con apoyo porque las transferencias son insuficientes desde el principio¡±, explica Rosa Cadenas, presidenta de Dincat.
A los recortes se suman los impagos desde 2010, que ascienden a 4,1 millones de euros. Ahora, con los Presupuestos de la Generalitat prorrogados, las subvenciones son inexistentes y, desde el 1 de abril las entidades carecen de recursos. ¡°Nunca sabemos cuando se convoca ni tan siquiera si recibiremos la subvenci¨®n. El a?o pasado no se aprob¨® hasta diciembre. Ahora estamos igual, pero las necesidades existen siempre¡±, explica Jordi Lartuna, director de la fundaci¨®n l¡¯Heura del Vall¨¨s.
En Catalu?a hay 28 entidades sociales que llevan a cabo tareas de empleo con apoyo
Fundada en 1977, esta escuela de educaci¨®n especial en Terrassa (160 alumnos) cuenta con el servicio de integraci¨®n laboral Binomis. ¡°Nuestra tarea es conectar la formaci¨®n con el trabajo. Les prestamos apoyo a lo largo de tiempo para que puedan trabajar y relacionarse socialmente¡±, a?ade Xavier Ejarque, t¨¦cnido de un servicio, que atiende a 75 personas. Entre ellos, a Igor. El joven, de 22 a?os, trabaja de mozo de almac¨¦n en la sede de las zapater¨ªas Casas. ¡°Es mi primer contrato. Ante hice pr¨¢cticas en una carpinter¨ªa. Aqu¨ª hago de todo, lo que me mandan, como alimentar el sistema para distribuir los zapatos en cada tienda. Me encanta¡±.
Toni Casas, tercera generaci¨®n de esta empresa familiar con 280 trabajadores, considera que sus siete empleados con discapacidad ¡°son v¨¢lidos para su tarea. Es evidente que la ley nos obliga, pero cubrimos de sobras el cupo. Lo hacemos por responsabilidad social. Es nuestra obligaci¨®n. M¨¢s a¨²n en los tiempos que corren¡±. Las empresas con m¨¢s de 50 empleados tienen que contratar a una persona con discapacidad, seg¨²n la Ley de Integraci¨®n Social del Minusv¨¢lido. El incumpliento de la LISMI es, sin embargo, la norma. Tambi¨¦n lo era antes de la crisis.
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