M¨¢s de dos d¨¦cadas de crisis sin fin
La Generalitat ha fracasado en todos sus intentos de mantener a flote el centro
El hospital de Sant Pau ha sido campo de pruebas y terreno de fracasos para el Gobierno catal¨¢n en los ¨²ltimos 25 a?os.
La divisi¨®n. Acuciado por una gigantesca e hist¨®rica deuda con la Seguridad Social, la seis veces centenaria instituci¨®n es dividida en 1991, en un proceso pilotado por la Generalitat, en dos fundaciones. Una ¡ªconocida como ¡°la de gesti¨®n¡±¡ª asume la asistencia m¨¦dica en el hospital. La otra ¡ª¡°la patrimonial¡± o ¡°la privada¡±¡ª administra el millar de bienes donados por enfermos y sus familias al Sant Pau. A estas dos se a?ade poco despu¨¦s una tercera fundaci¨®n dedicada a la investigaci¨®n. El objetivo de la divisi¨®n es proteger el patrimonio de Sant Pau de un eventual embargo de la Seguridad Social. El consejero de Salud es entonces el actual alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
El d¨¦ficit. La nueva arquitectura jur¨ªdica no evita que el hospital empiece a acumular d¨¦ficit desde el primer a?o. En 2007, este asciende ya a casi 300 millones de euros. El segundo Gobierno tripartito hace una aportaci¨®n extraordinaria por esta cantidad para poner el contador a cero.
El nuevo hospital. A partir de 2001, un edificio empieza a crecer en la parte alta de los terrenos de Sant Pau para albergar el nuevo hospital. El coste previsto de las obras es de 216 millones, pero acaba escalando hasta los 293. La Generalitat, que financia la totalidad de las obras, cede la propiedad del nuevo edificio a la fundaci¨®n patrimonial de Sant Pau, controlada por la Iglesia. Es un regalo de 300 millones.
Nuevo d¨¦ficit. Ni la gran aportaci¨®n de 2007 logra frenar, salvo por un par de a?os, el d¨¦ficit cr¨®nico en el que el hospital incurre ejercicio tras ejercicio.
La destituci¨®n de Varela. El consejero de Salud, Boi Ruiz, destituye al gerente, Jordi Varela, en marzo de 2012 al alcanzar el agujero iniciado en 2007 los 18 millones de euros (30 si se tienen en cuenta las provisiones obligatorias por demandas laborales).
La denuncia. El comit¨¦ de empresa y algunos sindicatos presentan en mayo de 2012 una querella contra los gestores del Sant Pau. Se abre la caja de Pandora. Salen a la luz todo tipo de adjudicaciones, pagos y contratos irregulares.
La llegada de Pom¨¦s. Boi Ruiz elige al exconsejero de Salud e Interior Xavier Pom¨¦s, que tambi¨¦n preside el hospital Cl¨ªnic y es consejero en dos holdings privados, para enderezar el rumbo de Sant Pau.
Las imputaciones. Uno tras otro, la pr¨¢ctica totalidad de los gestores del hospital entre 2000 y 2011 son imputados a lo largo de los ¨²ltimos 12 meses por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 22 de Barcelona, que investiga las irregularidades denunciadas como delitos societarios, estafa y malversaci¨®n.
Guerra abierta. Pom¨¦s se muestra incapaz de reconducir el conflicto laboral que vive el hospital. Los trabajadores rechazan que se les recorte el sueldo y piden que las rentas de la fundaci¨®n patrimonial reviertan en el hospital. Pom¨¦s les acusa de impedir cualquier soluci¨®n.[APARTADO] Ante el bloqueo, aunque por motivos diferentes, Pom¨¦s y comit¨¦ de empresa piden en marzo y abril al Protectorado de Fundaciones que intervenga el hospital.
El concurso. El Protectorado toma al fin una decisi¨®n esta semana y obliga al hospital a presentar concurso de acreedores, algo que deber¨ªa haber hecho el patronato presidido por Pom¨¦s. Este, sin embargo, convoca una reuni¨®n extraodinaria en la que los cinco patrones dimiten poco antes de recibir la orden.
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