Con la mirada al frente
Se les notan las ganas de defender su evoluci¨®n como banda sin necesidad de pagar m¨¢s peajes de los necesarios
Hoy por hoy, a los barceloneses Manel se les notan las ganas de defender su evoluci¨®n como banda sin necesidad de pagar m¨¢s peajes de los necesarios. Su tercer ¨¢lbum ha dado el portazo a sus cl¨¢sicos crescendos narrativos, ha desterrado el ukelele (esa aut¨¦ntica plaga de la independencia reciente) y, en l¨ªneas generales, se ha desmarcado de claves folk para acercarse m¨¢s que nunca al rock, aunque en ese tr¨¢nsito se hayan dejado no pocos ganchos mel¨®dicos por el camino. As¨ª pues, Atletes baixin de l¡¯escenari es un disco que supone cierta ruptura con aquello a los que nos ten¨ªan acostumbrados.
Manel+Arthur Caravan
Manel: Guillem Gisbert: voz y guitarra; Mart¨ª Maym¨®: bajo; Roger Padilla: guitarra y voz; Arnau Vallv¨¦: bater¨ªa.
Auditori de la Casa de Cultura de Burjassot. S¨¢bado 29 de junio de 2013.
En Burjassot lo desgranaron casi al completo, con contadas concesiones al material de sus dos primeros ¨¢lbumes. Y bien puede decirse que lo que en su disco es carencia de picos y un tono general algo plano, sobre el escenario se beneficia sobremanera de un tratamiento en el que cada nota, cada giro y cada riff ganan en rotundidad. Y no es que su defensa sea especialmente florida (siguen en sus trece de cl¨¢sico cuarteto pop b¨¢sico, sin aditamentos, sin m¨²sicos de apoyo, sin proyecciones), m¨¢s bien queda patente su solidez como una banda de directo joven pero suficientemente curtida en mil batallas. La in¨¦dita aspereza rock de Mort d¡¯un heroi rom¨¤ntic, el vigor contagioso de Teresa Rampell o el radiante estribillo de Un directiu em va acomiadar fueron tres buenas muestras. Como dec¨ªan los antiguos boletines de notas, progresan adecuadamente.
Los alcoyanos Arthur Caravan, por su parte, hab¨ªan lidiado antes con el siempre contradictorio privilegio de oficiar como teloneros. Decimos lo de contradictorio porque lo que se gana en una considerable audiencia se pierde bajo condiciones sonoras que no siempre terminan de cuajar. Lo hicieron en poco m¨¢s de media hora, conjugando como mejor pudieron el lirismo de su debut con la intrincada robustez instrumental de su secuela. Culminaron con ello una semana dulce (galardones en los Premis Ovidi, tanto como banda como para Pau Miquel Soler en el apartado de cantautores) y cumplieron con creces, aunque esta clase de bolos siempre dejen en el aire la sensaci¨®n de que habr¨¢ mejores momentos y lugares para disfrutar de su propuesta con todas las de la ley.
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