Arquitectura con fragancia valenciana
En Amm¨¢n y Kaluga, la arquitectura est¨¢ impregnada, ahora mismo, del aroma del azahar valenciano.
En la rampa helicoidal del Ayuntamiento de Londres, las letras de un precioso poema recorren su pared. En uno de sus fragmentos, su autor, el poeta nigeriano Ben Okri, anuncia que la m¨²sica del ma?ana duerme en orquestas a¨²n por descubrir y en violines a¨²n por fabricar. Es un canto a la esperanza.
Vivimos tiempos revueltos. Algunos de nuestros perversos y obcecados ministros no distinguen un cinco de un seis con cinco, ni arquitectura de lo que no lo es. Pero lo peor de todo es que logran extender la confusi¨®n.
A ra¨ªz de todo lo dicho y escrito sobre la extravagante ampliaci¨®n de competencias para poder hacer arquitectura a gente que no las tiene, y con el af¨¢n de distinguir entre profesiones, demasiados comentarios repiten que la arquitectura no es construcci¨®n. Parece como si nos diera verg¨¹enza decir que los arquitectos nos dedicamos, entre otras muchas m¨¢s cosas, a construir. Y deber¨ªamos seguir estando orgullosos de ello. La construcci¨®n es lo que da raz¨®n de ser a este oficio y a eso se han dedicado toda la vida los arquitectos, incluso aquellos que han cre¨ªdo y creen estar rayando el cielo.
Yo reivindico lo contrario. No hay arquitectura sin construcci¨®n. Nos lo dice Alberto Campo Baeza en un libro de hace a?os: la arquitectura es idea construida. En ¨¦l cuenta que idea, estructura y construcci¨®n son los hilos conductores de la arquitectura, y que la composici¨®n es el eslab¨®n intermedio entre el principio -la idea-, y el final -la construcci¨®n-.
Desde mucho m¨¢s all¨¢ en que la historia se pierde en el tiempo, el ser humano no ha hecho sino construir muros y cubiertas, elementos fundamentales en la construcci¨®n del cobijo de su morada, para protegerse de las agresiones naturales y humanas. Ya Vitrubio se?alaba que los hombres, que al principio habitaban como las fieras en montes y cavernas, se juntaron despu¨¦s para fabricar casas y formar poblaciones.
Pero en tiempos de Vitrubio no exist¨ªan las peleas competenciales que actualmente nos abruman por un trozo del pastel. Y, claro, pod¨ªa decir esas cosas y quedarse tan tranquilo. Ahora, sin embargo, la cosa ha cambiado mucho. Aunque no conviene olvidar que Apolodoro de Damasco era constructor. Que Brunelleschi, Hern¨¢n Ruiz, Pedro Machuca, Juan de Herrera, Juan de Villanueva, Gaud¨ª, Wright, y tantos otros, fueron constructores. Y as¨ª toda una interminable lista hasta hoy.
En el momento actual, y a pesar de ministros incompetentes que no saben distinguir lo que es negro de lo blanco, asistimos a lo que ser¨¢ la arquitectura venidera, donde a aquellas firmas en masculino se unen ya las que llevan entonaci¨®n femenina. Las chicas, que son sin duda quienes dejar¨¢n su huella en este devenir hist¨®rico, ya llenan las aulas.
Las de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia saben bien de esto. En ellas late el pulso del futuro, y de ellas surgen arquitecturas galardonadas en recientes competiciones internacionales. La fragancia valenciana se huele por el mundo. En el pasado mes de abril fue un proyecto de un equipo de estudiantes de arquitectura ¨CLaura Balaguer, Alejandro Dar¨¢s, Alvaro Romera, Javier Estevan y Ana Monson¨ªs-, al frente del cual se encuentra el arquitecto y profesor David Gallardo.
Su rascacielos bioclim¨¢tico ¡°Az-Zahr Tower¡±, de uso mixto y 1.000 metros de altura, concebido para ser desarrollado en Amm¨¢n, la capital de Jordania, se alz¨® con el premio de la edici¨®n de este a?o de un concurso que organizaba el ¡°Illinois Institute of Technology¡± de Chicago. Una torre, con nombre extra¨ªdo del ¨¢rabe cl¨¢sico que alude a la flor del naranjo, con toques de caliza blanca como la mayor parte de los edificios de esa ciudad, inspirada en la tradici¨®n y dise?ada seg¨²n par¨¢metros geom¨¦tricos propios de la arquitectura ¨¢rabe.
Hace pocos d¨ªas, el otro galard¨®n lleg¨® desde Rusia. Un colectivo de j¨®venes profesionales, ¡°El fabricante de espheras¡±, formado por los arquitectos Pasqual Herrero, Eduardo Solaz, M? Amparo Sebasti¨¢, Fernando Navarro, Fernando G¨®mez, Carlos Izquierdo y V¨ªctor Mu?oz, procedentes de estas mismas aulas, vio recompensado su esfuerzo al dise?ar un pabell¨®n de deportes en la ciudad rusa de Kaluga, a 150 km de Mosc¨². Su flamante primer premio les llevar¨¢ a construir un polideportivo en forma de flor, con retro-iluminaci¨®n LED y una piel reflectante de burbujas de fibra de carbono y EFTE que permitir¨¢ el aislamiento t¨¦rmico y la mejora del confort de los usuarios en unas condiciones clim¨¢ticas extremas.
En Amm¨¢n y Kaluga, la arquitectura est¨¢ impregnada, ahora mismo, del aroma del azahar valenciano. Y, como siempre ha sido y debe ser, ambos edificios son expresi¨®n de su tiempo. La arquitectura, como es obvio, no es s¨®lo construcci¨®n. Ahora bien, gracias a ¨¦sta y a su ¨ªntima relaci¨®n con la forma arquitect¨®nica, invariablemente se ha logrado y se alcanza esa expresi¨®n, la capacidad de poder ser, la forma y el sustento. Soplan vientos de confusi¨®n, s¨ª. No obstante, la arquitectura, como la esperanza, siempre perdurar¨¢.
Vicente Blasco Garc¨ªa es arquitecto y profesor de Construcci¨®n de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia.
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