Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, a juicio
CDC ocult¨® dolosamente al TCU y, sobre todo, a la ciudadan¨ªa, datos econ¨®micos relevantes
Malos tiempos para soberanismos. Dentro de unos meses, se sentar¨¢n en el banquillo 17 acusados, conspicuos representantes de la burgues¨ªa catalana y altos cargos de su principal representaci¨®n pol¨ªtica, Converg¨¨ncia. Pero, previamente, debe describirse el marco hist¨®rico en el que situar este acontecimiento.
En los d¨ªas pasados, han saltado a los medios dos noticias. Ester Quintana, que perdi¨® un ojo por una pelota de goma disparada por un mosso d'esquadra, ha dicho: ¡°Las balas de goma son antidemocr¨¢ticas¡±. Y, tan grave como lo anterior, nadie ha respondido de esa agresi¨®n grav¨ªsima y Ester no ha percibido ninguna indemnizaci¨®n. En otro orden de cosas, los partidos mayoritarios de Catalu?a, incluido el PSC, han impedido que Agust¨ª Colom, economista de prestigio, vuelva a la Sindicatura de Comptes porque, en su d¨ªa, destap¨® la corrupci¨®n en la sanidad catalana. Una vez m¨¢s, los partidos amparan a sus corruptos y rechazan a quienes pueden denunciarla. Aqu¨ª no ha habido ¡°Espa?a contra Catalu?a¡±, simplemente Catalu?a se devora a si misma.
No hace mucho, el presidente Artur Mas arremeti¨® contra la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n por haber impulsado el proceso penal sobre el saqueo del Palau de la M¨²sica Catalana y describir c¨®mo se financi¨® ilegalmente Converg¨¨ncia. Pero su intemperante intervenci¨®n ha tenido una doble y contundente respuesta.
Este panorama de desprecio a las leyes y enriquecimiento injusto, de evidente origen delictivo, no pudo llevarse a cabo sin el conocimiento y conformidad de CDC
El pasado 27 de Junio, el Tribunal de Cuentas (TCU) present¨®, con su ya habitual demora, el Informe de Fiscalizaci¨®n de los partidos correspondiente al ejercicio de 2008. En el mismo, y respecto a las cuentas de CDC, el TCU hace una especial referencia a dicho proceso judicial ante el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 30 de Barcelona en cuanto ¡°dirigido¡±, dice, ¡°a dilucidar una supuesta financiaci¨®n ilegal de CDC¡±, que, a?ade, permitir¨¢ comprobar si los ¡°ingresos¡± declarados por el partido ¡°corresponden a servicios realmente prestados¡±. Respecto de las donaciones, afirma que ¡°la memoria \[de CDC\] no contiene relaci¨®n de las donaciones privadas recibidas¡±. Ciertamente, la investigaci¨®n penal ha esclarecido los datos econ¨®micos, muy relevantes, que CDC ocult¨® dolosamente al TCU y, sobre todo, a la ciudadan¨ªa, a la que tiene permanentemente enga?ada. Entre los ingresos, cabe destacar el ep¨ªgrafe ¡°ingresos por servicios a terceros¡± que, seg¨²n el TCU, est¨¢ formado ¡°por los importes cargados por diversos servicios prestados por el partido¡± a CiU y ¡°sus grupos institucionales¡± (?) y a las fundaciones CatDem (la antigua Tr¨ªas Fargas), por importe de 754.152 euros y F¨°rum Barcelona, por importe de 426.924 euros. Y se a?ade que la justificaci¨®n aportada por CDC de dichos ingresos ¡°se considera insuficiente¡±. No, no era solo insuficiente, era espuria. Adem¨¢s, los dirigentes del partido tendr¨¢n que aclarar c¨®mo se amortiz¨® la deuda con entidades de cr¨¦dito que, en 2008, se elevaba a 3.158.306 euros, la mayor parte con garant¨ªa hipotecaria. ?Con qu¨¦ entidades? ?Con qu¨¦ intereses? ?Sobre qu¨¦ inmuebles?
En cuanto al control de la Fundaci¨®n CatDem, el TCU se limita constatar que percibi¨® donativos por valor de 1.379.695,50 euros, remiti¨¦ndose tambi¨¦n a los resultados del proceso penal.
El auto judicial ya citado, por el que se abre paso a las acusaciones y al juicio oral, ya afirma que, en esta fase, es una ¡°imputaci¨®n formal¡± que representa ¡°un juicio de probabilidad de naturaleza incriminatoria¡± basado en ¡°indicios s¨®lidos y plurales¡±. Y su primera consecuencia es que desvela la completa mendacidad de la informaci¨®n que CDC envi¨® al TCU. M¨¢s fundamental es la constataci¨®n de que CDC es responsable civil ¡ªcomo lo fue Uni¨® Democr¨¢tica en el caso Pallerols ¡ª por haberse beneficiado il¨ªcitamente de las conductas delictivas descritas en la resoluci¨®n. Concretamente, percibi¨® cinco millones de euros a partir, principalmente, de esta conducta: ¡°el flujo de fondos durante los a?os 2000 a 2009, de la empresa privada Ferrovial a CDC a trav¨¦s del Palau de la M¨²sica Catalana, que obedec¨ªan al pago de comisiones por adjudicaci¨®n de obra p¨²blica por parte del Gobierno de la Generalitat¡±. Pagos que revistieron diversas formas, como en efectivo, mediante facturas falsas y a trav¨¦s de ¡°aparentes convenios de colaboraci¨®n cultural¡± entre la Fundaci¨®n del Orfe¨® Catal¨¢- Palau de la M¨²sica y las referidas fundaciones, operaciones en las que destacaron las intervenciones del tesorero del partido Daniel Os¨¢car y el exdiputado Jaume Camps.
Pero, finalmente, no puede desconocerse la colaboraci¨®n objetiva con el ¡°expolio¡± del Palau de la M¨²sica de entidades como, en su d¨ªa, Bancaja, Caixa Manresa y Catalunya Caixa, al hacer desaparecer u ocultar informaci¨®n relevante sobre operaciones de retiradas masivas de efectivo o pagos sistem¨¢ticos de cheques al portador, lo que ha llevado al juez instructor a denunciar a estas entidades por incumplimiento flagrante de la Ley de Blanqueo de Capitales. Lo que ha impedido ¡°averiguar el destino de una gran parte de los fondos expoliados¡¡±.
Este panorama, ejecutado durante diez a?os con un permanente abuso de poder, desprecio a las leyes y enriquecimiento injusto, de evidente origen delictivo, no pudo llevarse a cabo sin el conocimiento y conformidad de la direcci¨®n de CDC. Y expresa la total ausencia de legitimidad ¨¦tica y democr¨¢tica de este partido para regir el futuro de Catalu?a. Los ciudadanos tienen la palabra y, sobre todo, el voto.
Carlos Jim¨¦nez Villarejo es ex fiscal Anticorrupci¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.