¡°La sospecha de parcialidad de P¨¦rez de los Cobos no se la quita nadie¡±
El catedr¨¢tico cree que la prohibici¨®n de militar en un partido a los miembros del Poder Judicial deber¨ªa imponerse a los del Constitucional
Xavier Arb¨®s (Barcelona, 1954) es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona. Defiende en esta entrevista y ha escrito art¨ªculos en los que sostiene que el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco P¨¦rez de los Cobos, no puede militar en un partido y ser magistrado del Alto Tribunal por el bien de la ¡°credibilidad¡± de la instituci¨®n.
Pregunta. ?En qu¨¦ se basa?
Respuesta. Me opongo a que un magistrado del Constitucional milite, ya sea en el PP o en el PSOE o en cualquier partido. Es cierto que en 1988 el Constitucional dict¨® un auto en el que se pod¨ªan compaginar las dos cosas, como ya se encarg¨® de recordar en la nota informativa tras conocerse el caso. La mayor¨ªa de los juristas est¨¢n de acuerdo con la compatibilidad, pero yo discrepo. Se sostiene que la Constituci¨®n equipara a los magistrados del Constitucional con los miembros del Poder Judicial en las incompatibilidades, pero no en la prohibici¨®n a pertenecer a partidos, como dice el art¨ªculo 127 de la Constituci¨®n. Yo creo que la prohibici¨®n presupone una incompatibilidad que tambi¨¦n se impone a los componentes del Tribunal Constitucional. El ordenamiento jur¨ªdico no tolera ni un minuto que un juez magistrado pertenezca a un partido y a¨²n menos puede aceptarlo en quien va a ser juez de leyes en el Tribunal Constitucional.
P. ?Cree que P¨¦rez de los Cobos infringe la Constituci¨®n?
R. Es discutible. Pero en todo caso creo que mi postura se adapta mejor a la funcionalidad del Tribunal. Imaginemos que cinco magistrados son afiliados y deben pronunciarse sobre un recurso de una ley elaborada por su partido. Deber¨ªan inhibirse si es que no son recusados. El Tribunal no podr¨ªa funcionar: no tendr¨ªa quorum. No tiene sentido que un juez que debe fallar sobre un conflicto vecinal no pueda pertenecer a un partido y en cambio s¨ª otro que desde el Tribunal Constitucional debe pronunciarse sobre algo tan pol¨ªtico como una ley. Por otra parte, el desprestigio de los partidos afecta gravemente al Tribunal si se acepta que sus militantes formen parte del mismo. ?Y si todos militaran? ?C¨®mo van a ser imparciales?
P. ?Deber¨ªa haber dimitido P¨¦rez de los Cobos?
R. Hubiera estado bien. En todo caso, el Constitucional deber¨ªa cuidar la legitimidad porque sus miembros no son elegidos democr¨¢ticamente y sus decisiones pueden ser contrarias a la voluntad de los ciudadanos. Deber¨ªa ser mucho m¨¢s convincente, explicar por qu¨¦ su militancia no va a influirle e ir mucho m¨¢s all¨¢ de una nota de prensa burocr¨¢tica.
P. ?Qu¨¦ cree que va a pasar ahora tras anunciarse multitud de impugnaciones?
R. P¨¦rez de los Cobos ser¨¢ requerido para que se inhiba donde haya intervenido el PP. Y si no lo hace, me temo que el prestigio del Constitucional va a caer un poquito m¨¢s. Tengo la impresi¨®n de que no son conscientes del da?o que pueden hacerle. Tiene un d¨¦ficit de legitimidad importante y el mejor servicio que podemos prestarle es record¨¢rselo con franqueza. Lo que nos interesa es la prevalencia de la Constituci¨®n, y para ello es imprescindible que no haya sospechas de parcialidad.
P. El Constitucional acept¨® el a?o 2007 la petici¨®n del PP de recusar a Pablo P¨¦rez Tremps en las deliberaciones del Estatuto por ¡°falta de prevenci¨®n y posici¨®n objetiva¡± al haber elaborado un informe sobre la reforma estatutaria. ?Puede cambiar eso las cosas?
R. El caso de ahora es peor: una cosa es escribir un informe y otra la adhesi¨®n a las pol¨ªticas de un partido, al que se pertenece. P¨¦rez de los Cobos tiene presunci¨®n de parcialidad en los asuntos en que haya intervenido el PP porque milita en ¨¦l. Y encima tiene voto de calidad: en caso de empate, prevalece su posici¨®n. Supongo que se inhibir¨¢. ?l es militante: nos lo han dicho y no lo ha desmentido. Puede que sea constitucional su posici¨®n, pero la sospecha de parcialidad no se la quita nadie. Ni siquiera el hecho discutible de que sea constitucional.
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