Hiromi Uehara deleita el acorde final del Jazzaldia

El tel¨®n de la 48? edici¨®n del Heineken Jazzaldia se baja pisoteado por m¨¢s de 155.000 espectadores que en cinco d¨ªas han afinado sus o¨ªdos con jazz y otras delicias musicales. La lluvia, y en menor medida el viento, han intentado con cierta regularidad amedrentar al p¨²blico con sus gotas y sus soplos, pero a la vista est¨¢ que sus intentos se los han llevado los hercios y las frecuencias de la m¨²sica. Ni siquiera el concierto de Nothing Places fue suspendido del todo: Emilio Saiz se sali¨® con la suya y toc¨® en el Heineken Jazz Club para un reducido grupo de periodistas y curiosos all¨ª reunidos y con los que el viento no pudo.

En el a?o 2010 y de la mano de Stanley Clarke, la pianista japonesa Hiromi Uehara (1979) dej¨® claro en la Plaza de la Trinidad que era una teclista excepcional, abrumadora en su t¨¦cnica y explosiva como pocos. Al a?o siguiente volvi¨® a demostrar, esta vez en el Kursaal y liderando un tr¨ªo compuesto por el bajista estadounidense Anthony Jackson y el baterista brit¨¢nico Simon Phillips, que nos encontr¨¢bamos ante una leyenda del jazz en potencia.

El pasado domingo y tras casi dos horas de concierto, la nipona se llev¨® una estruendosa ovaci¨®n despu¨¦s de dejar visto para sentencia que es una de las mejores instrumentistas de jazz de los ¨²ltimos a?os y que si nada se interpone en su camino est¨¢ llamada a liderar este g¨¦nero musical por talento, creatividad sin l¨ªmite y capacidad de transmitir a los oyentes cada nota como si fueran ellos mismos quienes las ejecutaran.

En el concierto que ofreci¨® ayer, Hiromi jug¨® con cada canci¨®n como si estuviera mascando chicle. Ejecut¨® las frases m¨¢s complejas con asombrosa facilidad, intercal¨® tecleadas a la velocidad de la luz con suaves y c¨¢lidos compases y llev¨® al p¨²blico desde las 60 hasta las 180 pulsaciones por minuto en un suspiro. Pero cuidado, este caos perfecto tiene todo el sentido, el orden y la sensatez de una pianista que sabe a la perfecci¨®n lo que hace en cada momento.

El reto de Hiromi es ahora seguir demostrando el nivel que ha relucido en los ¨²ltimos a?os y convertirse en leyenda viva de este g¨¦nero musical. Ojal¨¢ los organizadores del Jazzaldia la seduzcan en los pr¨®ximos a?os y podamos ser testigos, una vez m¨¢s, de la evoluci¨®n de esta obra de arte de 35 a?os llamada Hiromi Uehara.

Como cada a?o, hay una serie de nombres que por su entidad deben ser nombrados s¨ª o s¨ª en todas las cr¨®nicas, cr¨ªticas y art¨ªculos alrededor del Jazzaldia. Este a?o no nos podemos olvidar de Diana Krall, Lee Konitz (Premio Donostiako Jazzaldia), Jamie Cullum o John Zorn entre otros, pero con especial cari?o debemos mencionar los que nos movemos en el mundo de la prensa musical a Juan Claudio Cifuentes, el periodista y aficionado al jazz que m¨¢s sabe de este g¨¦nero y que con tanto cari?o, sabidur¨ªa y precisi¨®n ha inculcado la pasi¨®n por esta m¨²sica a tantas personas, incluido un servidor. Este a?o ha recibido de manos de la organizaci¨®n del festival el Premio Donostiako Jazzaldia despu¨¦s de 40 a?os divulgado con exquisitez su ni?a bonita: el jazz.

Por poner una nota disonante en esta edici¨®n habr¨ªa que haber cambiado la meteorolog¨ªa, pero para esto la organizaci¨®n poco puede hacer. Quedan dos a?os para el medio siglo del Jazzaldia y nada parece indicar que este evento pueda perder fuelle.