Mucho torero y poco toro

Los toreros s¨ª vinieron en esta ocasi¨®n a un mano a mano con rivalidad, con genio y con ganas de demostrar que son mejor que nadie. Se vio r¨¢pido. Al quite de Fandi?o en el primero con unas gaoneras rozando la barriga le respondi¨® Perera con unas chicuelinas que dejaban claro que ninguno de los dos iba a echar un paso atr¨¢s. Disposici¨®n y rivalidad, no el compadreo del mano a mano del martes pasado. Sin embargo, volvieron a faltar los toros. S¨®lo uno bueno, el quinto, al que Perera supo someter con mano baja y firme.

Haragano empuj¨® en el caballo y sac¨® mucha calidad en la muleta; Fandi?o no perdon¨® su quite y ense?¨® la buena condici¨®n del animal en una chicuelina, una tafallera y una media. Era toro de premio y Perera se lo pas¨® muy cerca, con buenos derechazos y mano muy baja, con un cambio de mano vibrante que ya decant¨® la faena. Los naturales, rotundamente buenos y sobre todo quietud, verticalidad y largura. El extreme?o retorci¨® en los ¨²ltimos muletazos al animal, pero la estocada cay¨® trasera y suelta. Una oreja, el ¨²nico premio que ha cosechado en los seis toros que ha estoqueado en esta feria, pero se puede considerar como un paso firme en la recuperaci¨®n de este torero. La tarde se puso cuesta arriba demasiado pronto.

Las ¨²ltimas malas corridas lidiadas por Fuente Ymbro empezaron a planear en el ¨¢nimo de los aficionados tan pronto como el primer toro de la tarde evit¨® acudir a los cites de Miguel ?ngel Perera. Se quedaba cortito y no ten¨ªa las fuerzas suficientes para aguantar en pie. Casi la levanta Iv¨¢n Fandi?o en el segundo, un toro manso, que estuvo distra¨ªdo desde la salida y que se raj¨® demasiado pronto. Pero el de Ordu?a est¨¢ en un momento en que le vale casi cualquier toro. Con el fuenteymbro rajado, Fandi?o le recet¨® dos intensas tandas de derechazos y arrebat¨® los tendidos; despu¨¦s, unos naturales con mucha verdad y una buena estocada.

Perera cort¨® la ¨²nica oreja a un buen

Tard¨® el morlaco en doblar y el fallo con el descabello merm¨® la petici¨®n de oreja. L¨¢stima que no le tocase otro as¨ª, aunque no llegase a ser bueno, como pareci¨® apuntar el cuarto, justamente devuelto por falta de fuerzas, pero que met¨ªa la cara con mucha clase. El vizca¨ªno se top¨® con un sobrero de Alcurruc¨¦n muy manso para olvidar y un sexto, que minti¨® al dejarse al inicio de la faena para desenga?arse demasiado pronto.