Los servicios que podemos pagar

Tarde o temprano, la realidad alcanza a todos, por mucho que haya quienes aspiren a vivir sin enterarse. Acabada la fiesta en la Comunidad Valenciana, y tras varios a?os de intentar evitar reconocer de qu¨¦ iba la pel¨ªcula, el Consell empez¨® a aplicar recortes al inicio de esta legislatura. Eso s¨ª, a su manera y seg¨²n sus prioridades: mientras se contrataban m¨¢s asesores o se les sub¨ªa el sueldo (episodios recientes avalan que la din¨¢mica es hoy m¨¢s o menos la misma) se recortaba en sanidad y educaci¨®n, en asistencia social o simplemente en pagar a proveedores que tienen poca capacidad de presi¨®n. Los actuales gestores valencianos consideran, al parecer, que gobernar es seguir as¨ª, trampeando (con cada vez menos ¨¦xito y sucesivos revolcones jur¨ªdicos) y esperar a ver si escampa. El Consell, sin embargo, no obstante ser un virtuoso en esto de la inacci¨®n, tiene cada vez menos margen. La realidad de la quiebra y con ella de la posible desaparici¨®n de la propia Administraci¨®n auton¨®mica entendida como tal est¨¢ a punto de alcanzarnos. Lo que tampoco tiene mucho m¨¦rito, la verdad, dado lo poco que se mueve esta gente.

Ante las curvas que se avizoran en el camino, y la inevitabilidad de nuevos recortes a ya muy corto plazo, vale la pena se?alar que, como es obvio, d¨®nde y c¨®mo se recorta define a quienes mandan. No es lo mismo recortar en fragatas que en escuelas o en sedes diplom¨¢ticas en el extranjero que en quir¨®fanos. Tampoco es lo mismo no pagar la dependencia que contratar m¨¢s asesores y subir el sueldo o el cargo (con el mismo efecto) a quienes te rodean. Ocurre, sin embargo, que es verdad que, de entre los servicios que gestiona la Generalitat valenciana, sanidad y educaci¨®n son los que acumulan m¨¢s gasto, con mucha diferencia. As¨ª que la pregunta clave es, ?podemos permitirnos los valencianos esos servicios en los dimensiones actuales?

La respuesta es sencilla: s¨ª. En los presupuestos de 2013 hay previsto un gasto de unos 5.000 millones de euros para Sanidad y de unos 4.000 millones de euros para Educaci¨®n (asumiendo que pueda haber desfases al alza en el gasto efectivo, como el PIB valenciano es ligeramente superior a los 100.000 millones de euros podemos asumir que el nivel actual de gasto equivale a un 5% del PIB y un 4% del PIB respectivamente). Para poner en perspectiva estas cifras conviene recordar que tanto el conjunto de pa¨ªses de la OCDE (como el resto de Espa?a) gastan en torno a un 7% de su PIB en sanidad p¨²blica. Respecto de la educaci¨®n p¨²blica, la media de pa¨ªses de la OCDE est¨¢ por encima del 6% (y Espa?a por encima del 5%). En ambos casos, como puede verse, los valencianos estamos gastando sensiblemente menos que el resto de pa¨ªses desarrollados en sanidad y educaci¨®n p¨²blicas. Lo cual lleva necesariamente a una conclusi¨®n evidente: con nuestro actual nivel de riqueza (medido a partir del PIB) el actual gasto sanitario y educativo debiera ser sostenible. Act¨²ese pues sobre otras variables (reparto de fondos Estado-CC AA, financiaci¨®n valenciana, presi¨®n fiscal y reparto de la misma) pero que no nos cuenten milongas, porque no tenemos una educaci¨®n y sanidad p¨²blicas que no se puedan mantener a la vista de cu¨¢l es nuestro nivel de riqueza. Todo el resto del mundo desarrollado, de hecho, es capaz de mantener este mismo nivel¡­ y un poco m¨¢s.