Al alcance de la mano
Ser¨ªa prodigioso que en a?o y medio que falta para los comicios cambiase la tendencia del voto
Por segundo a?o consecutivo, como bien sabe el lector, la encuesta publicada el pasado mi¨¦rcoles por este rotativo con motivo del 9 d¡¯Octubre revelaba que, de celebrarse ahora, la izquierda ganar¨ªa las elecciones en la Comunidad Valenciana. Despu¨¦s de tres legislaturas sucesivas de arrogante gobierno ¡ªque ser¨ªan cuatro con la presente¡ª el PP habr¨ªa de asumir el papel de la oposici¨®n. No pocos de sus miembros entre los m¨¢s calificados ya se han resignado a la fatalidad del pron¨®stico, coherente con el desgaste padecido por el partido como consecuencia del desplome econ¨®mico, la pol¨ªtica despilfarradora, los frentes judiciales abiertos y el d¨¦ficit de liderazgo que ha padecido y, sobre todo, padece. Como uno de ellos ha dicho, con rara y plausible deportividad, paciencia, que nada es para siempre.
En la izquierda rampante, o al menos entre sus sectores m¨¢s l¨²cidos, el estado de ¨¢nimo alentado por el cambio que se atisba fluct¨²a entre el j¨²bilo y la prudencia acerca del buen fin del tripartito, que es el compendio de hermanados ideol¨®gicos que est¨¢ llamado a gobernar. Temen algunos que se malverse una oportunidad tan extraordinaria debido a desacuerdos que ser¨ªan imperdonables tanto por las militancias partidarias como por el electorado. Tales temores, que son compresibles, deben ceder ¡ªo eso creemos¡ª ante la sensatez y experiencia negociadora que vienen demostrando los dirigentes de los partidos aludidos. Al fin y al cabo, a ellos les debemos en buena parte la recuperaci¨®n del prestigio de la izquierda. Adem¨¢s, lo que est¨¢ en juego ¡ªdecimos del rescate de la democracia desde criterios progresistas¡ª no autoriza a pecar de terco o cretino. Est¨¢n obligados a acertar con inteligencia y generosidad. Tanto m¨¢s cuando todos estos procesos de pactos y conciertos que ya se pespuntan no pueden dejar de ser transparentes en contraste con la opacidad a que practica la derecha.
En punto al problema del liderazgo, que podr¨ªa ser un serio escollo a la hora de elegir candidatos y dirigentes, la mencionada encuesta de opini¨®n ha cumplido el papel de una elecci¨®n primaria otorgando las m¨¢ximas puntuaciones a M¨®nica Oltra (5,9), Marga Sanz (5,0), Enric Morera (4,7) y Ximo Puig (4,5), todos ellos por encima de los gobernantes mejor valorados del PP, donde resulta llamativo el descalabro de Rita Barber¨¢ (3,9). Es muy posible que estas navidades la alcaldesa no reciba bolsos u otros obsequios de dise?o. Es obvio que estas valoraciones no comprometen necesariamente las decisiones de los partidos, pero tampoco estos pueden descapitalizarse desde?ando las preferencias del electorado, sobre todo cuando son tan positivas, como es el caso.
Digamos para concluir que la suerte est¨¢ echada y la izquierda tiene al alcance de su mano el gobierno del pa¨ªs. Ser¨ªa prodigioso que en a?o y medio que falta para los comicios cambiase la reiterada tendencia del voto. Para que ello no ocurra hay que dejar que el PP se siga cociendo en su propia salsa y, sin soslayar la labor opositora, empezar a pensar en los graves problemas que legar¨¢, con menci¨®n especial de la pobreza galopante y determinante durante los pr¨®ximos a?os. No ha de extra?arnos que algunos individuos bien informados y con responsabilidades org¨¢nicas en sus partidos, a la vista de tan siniestro panorama econ¨®mico, sientan el miedo esc¨¦nico o algo parecido y sean muy comedidos a la hora de festejar la victoria electoral que los sondeos demosc¨®picos avanzan.
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