La Grossa: regreso al pasado
La vieja figura femenina se recupera y se identifica como portadora de una riqueza y una felicidad f¨¢ciles
La publicaci¨®n especial de promoci¨®n de La Grossa de fin de a?o, distribuida el fin de semana del 5 y 6 con la prensa catalana, me ha provocado un sentimiento de incomprensi¨®n e indignaci¨®n que quiero poner de manifiesto. Sin entrar en la conveniencia de esta nueva loter¨ªa ¡ªya hice en su momento mis matizaciones¡ª, hoy quiero destacar la pol¨ªtica comunicativa que se ha utilizado para difundir la iniciativa.
Se nos presenta una mujer entrada en a?os, enjoyada con las perlas t¨ªpicas de los a?os sesenta del siglo pasado, anillo de brillantes y unos buenos pendientes, los ojos, los labios y las u?as pintadas, te?ida y repeinada, gordita, vestida de gala con flor y fular. Nada m¨¢s contemplarla se me plantean varias preguntas sobre cu¨¢l es el mensaje que se quiere transmitir. ?Por qu¨¦ nos presentan esta imagen? ?Es puramente un divertimento retro, o hay algo m¨¢s?
Sabemos bien que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, y esta merece que le prestemos atenci¨®n. Evoca las se?oras del siglo pasado con elevados recursos econ¨®micos, esposas de se?ores importantes, que visitaban a los pobres y practicaban la beneficencia con una sonrisa vac¨ªa que no transmit¨ªa ni reflexi¨®n, ni inteligencia, ni capacidad decisoria, ni acci¨®n consciente, ni voluntad para transformar un mundo que les era favorable, elogiadas a cambio de una limosna.
Cre¨ªa que nuestra sociedad hab¨ªa cambiado y que dicha realidad estaba superada, pero parece que todo lo contrario: la vieja figura femenina se recupera y se identifica como portadora de una riqueza y una felicidad f¨¢ciles, sin esfuerzo, intentando generar un claro espejismo en un contexto de pobreza y desigualdades. Pero si esta es mi reflexi¨®n al contemplar la figura, la indignaci¨®n que me provoca leer la entrevista imaginaria que le hacen a La Grossa es muy superior y me incita a exponer mis argumentos.
Nos presentan a una mujer familiar y buena cocinera que hace unas croquetas deliciosas y que ha aprendido de sus padres los valores del sacrificio y la solidaridad. Resulta curioso que se mencione un concepto como el sacrificio, hoy totalmente olvidado por el nulo sentido que tiene en s¨ª mismo, relacionado con creencias puramente religiosas. Y todav¨ªa es m¨¢s curioso que la calidad que se destaca sea su capacidad culinaria, una habilidad que me parece muy bien pero que no representa precisamente la imagen de una mujer moderna, independiente, aut¨®noma, trabajadora, con responsabilidades pol¨ªticas o directivas. Subraya valores del ¨¢mbito privado y dom¨¦stico, ubicando de nuevo a la mujer en la famosa jaula de cristal que tanto nos ha costado romper en los ¨²ltimos a?os.
Pero la provocaci¨®n no acaba ah¨ª. La se?ora Grossa nos habla tambi¨¦n de su buena cabeza y presume de buenas piernas; dice que le gusta salir en televisi¨®n y que le encanta que le regalen flores y la besen. Podr¨ªa pensarse que no cabe m¨¢s banalidad, pero s¨ª, todav¨ªa hay m¨¢s: acaba dici¨¦ndonos que le gusta el deporte y se pregunta si el cava con que los deportistas celebran las victorias pica cuando se lo derraman por el cuerpo. Le parece divertido y emocionante. Y a?ade una frase vergonzante: el mundo del deporte le gusta porque ¡°los jugadores son tan guapos...¡±
Para terminar, cuando le piden que exprese un deseo responde que le gustar¨ªa vender muchos boletos para ayudar a muchos ni?os y ni?as. Obviamente, todos compartimos la preocupaci¨®n por la situaci¨®n de much¨ªsimas personas de nuestra sociedad y muy especialmente por la infancia, pero tal como se expresa es la plasmaci¨®n evidente de la beneficencia del siglo pasado, centrada en ayudar a los pobres y si son ni?os mejor todav¨ªa porque dan m¨¢s pena. Si seguimos por este camino, no tardaremos en volver a encontrar por nuestras calles mesas de recaudaci¨®n con muchas se?oras como la Grossa luciendo sus vestidos y sus joyas para ayudar al desvalido que conmemore el d¨ªa de turno.
Creo que no se puede bromear con temas tan serios en la vida de las personas como la igualdad de g¨¦nero y de oportunidades. Ruego que hagamos todos un esfuerzo para hablar de justicia social, de una sociedad m¨¢s equitativa, de los derechos de las personas, de obligaciones fiscales, de la responsabilidad de los poderes p¨²blicos de dar a la ciudadan¨ªa unas garant¨ªas m¨ªnimas para una vida digna, de las familias que no disponen de ning¨²n ingreso y de las mujeres activas, trabajadoras y participativas que, cada d¨ªa en mayor n¨²mero, sustentan la unidad familiar y asumen nuevas responsabilidades.
En definitiva, considero que la campa?a de La Grossa es un insulto a la inteligencia femenina y, como mujer que ha trabajado toda la vida por la igualdad, me resulta inadmisible.
Teresa Crespo es Presidenta d'Entitats Catalanes d'Acci¨® Social
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