N¨²meros e ideas
La imagen in¨¦dita de una Euskadi pol¨ªtica unida en torno a la figura insigne del lehendakari Agirre nos interpela sobre la raz¨®n por la que la unidad parece lograrse siempre en torno a los homenajes p¨®stumos, y no tanto en torno a las respuestas que damos a un inquietante presente en el que el paro o la corrupci¨®n pol¨ªtica se presentan como los problemas que m¨¢s preocupan a la sociedad vasca. En medio de una profunda crisis econ¨®mica, social y pol¨ªtica, en breve, nos enfrentaremos a las grandes cifras con las que aliviar o profundizar en las heridas de la maltrecha econom¨ªa o Estado del bienestar, esto es, a los debates presupuestarios vasco y espa?ol.
Dicen los expertos que son tres los aspectos fundamentales de la pol¨ªtica social que debemos analizar para concluir la fortaleza o no de nuestro Estado de bienestar. Tres ¨¢mbitos en los que poder medir la calidad de vida, un objetivo casi perdido entre las cifras de d¨¦ficit, primas de riesgo o activos t¨®xicos.
El primero de ellos tiene como destinataria la infancia, futuro de nuestra sociedad, y no es otro que la educaci¨®n en su sentido m¨¢s amplio, al que se suma una pol¨ªtica social que asume como objetivo b¨¢sico la buena alimentaci¨®n de la infancia.
Escandaliza, por ello, ver que en nuestro entorno mas pr¨®ximo, Andaluc¨ªa o Canarias, se haya llegado al extremo de tener que abrir los centros escolares en ¨¦poca vacacional para garantizar que los ni?os/as se alimenten saludablemente cuando menos una vez al d¨ªa, o que se aprueben leyes educativas en menoscabo de una igualdad de oportunidades que generar¨¢ sin duda una reprobable desigualdad de resultados. Pero preocupa tambi¨¦n el creciente aumento de la pobreza infantil en Euskadi.
El segundo tiene que ver con el empleo, imprescindible para asegurar la dignidad de las personas y la sostenibilidad del sistema. En este cap¨ªtulo, la herida por la que sangra la sociedad, incluida la vasca, es de una dimensi¨®n profund¨ªsima, incrementada por la dura crisis de Fagor, a la que espero sepamos y podamos hacer frente, porque el cooperativismo vasco no es solo economia; es un s¨ªmbolo de nuestra identidad y los s¨ªmbolos no se dejan caer.
Tres aspectos fundamentales de la pol¨ªtica social debemos analizar para concluir la fortaleza o no de nuestro Estado de bienestar
El tercer reto lo constituye la respuesta pr¨¢ctica que ofrecemos al progresivo envejecimiento de la sociedad y sus consecuencias. Hemos sido capaces de generar una esperanza de vida sin precedentes, a la que no le acompa?a la imprescindible estructura organizada de servicios p¨²blicos con la que responder a las necesidades que ello suscita. Los incipientes pasos que hab¨ªa dado la Ley de la Dependencia han sido cercenados de ra¨ªz por el actual Gobierno del PP.
Quienes se aprestan a defender con ah¨ªnco el T¨ªtulo Octavo de la Constituci¨®n y su inmutabilidad, cambian, sin sonrojo alguno, nuestro contrato social, los derechos sociales establecidos, las reglas de juego acordadas en la Transici¨®n y su posterior desarrollo. Pasa desapercibido, pero una peligrosa mayor¨ªa absoluta en Espa?a y una direcci¨®n europea que, entre recomendaciones y conclusiones, se contradice constantemente juegan cada d¨ªa con el destino de nuestras vidas.
No queda mucho para que el pr¨®ximo a?o unas elecciones europeas puedan describir de nuevo los tonos de una nueva Europa. Si las cosas no cambian, la contienda electoral se producir¨¢ en un clima de desistimiento social y auge de las posiciones extremas. Queda, por consiguiente, reforzar m¨¢s que nunca nuestra gobernanza.
Necesitamos un Gobierno que apueste por que en Euskadi las cosas pueden ser de otra manera; que no permita el atropello de nuestra legitimidad a la hora de ejecutar nuestras competencias propias; que tenga ideas, m¨¢s ideas y apueste por nuevas fuentes de creaci¨®n de empleo.
Hace m¨¢s de 50 a?os los pa¨ªses n¨®rdicos crearon un sector econ¨®mico en torno al cuidado de ni?os, personas mayores o con discapacidad; un sector propio, como el que necesitamos en Euskadi, de calidad, proximidad y biling¨¹e. Pero ?d¨®nde est¨¢ la cartera de servicios sociales? ?D¨®nde el desarrollo del espacio sociosanitario o las apuestas por generar nuevo empleo en este o en otro sector? Esas son algunas de las preguntas a las que el debate presupuestario debiera responder. Cifras e ideas ensambladas y concebidas como apuesta estrat¨¦gica para Euskadi, y no un ajuste contable m¨¢s.
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