La banalidad del poder
El presidente considera que la oposici¨®n no puede dejar de suscribir un documento si est¨¢ "lleno de obviedades"
Lo m¨¢s deprimente de la crisis es que ha llevado a confundir un programa de reformas con recortar derechos, plantillas, salarios o presupuestos. Nada que ver con la pol¨ªtica, solo con la econom¨ªa de los ajustes. La imp¨¢vida imagen de Mariano Rajoy lleva a pensar que tanto dar¨ªa un presidente del Gobierno como un tecn¨®crata en la Moncloa, con alguna hipot¨¦tica ventaja para el segundo, probablemente menos interesado en gesticulaciones ideol¨®gicas de rancia inspiraci¨®n conservadora. Tiene Rajoy, con todo, la legitimaci¨®n de la voluntad democr¨¢tica que no podr¨ªa exhibir un tecn¨®crata. Tambi¨¦n Alberto Fabra, aunque no se present¨® a las elecciones como candidato a presidir la Generalitat y alcanz¨® el cargo en sustituci¨®n de un presidente fulminado por el turbio aliento de la corrupci¨®n.
¡°Nadie se puede negar¡±, dijo Fabra en la sesi¨®n de control en las Cortes Valencianas de esta semana al recriminar al socialista Rafael Rubio que no suscribiera su documento para un pacto de la sociedad civil por estar ¡°lleno de obviedades¡±. Pocos minutos antes, hab¨ªa presumido de ejercer ¡°una defensa a ultranza de los intereses de la Comunidad Valenciana¡± y de hacerlo ¡°alejado de plataformas y pancartas¡± porque el suyo es ¡°trabajo de despacho¡±. ¡°As¨ª trabaja el PP¡±, presumi¨®.
Independientemente de que la memoria evoca con facilidad a dirigentes del PP detr¨¢s de airadas pancartas no hace tanto tiempo, Fabra vino a expresar la banalidad de su concepci¨®n del poder. El portavoz socialista le ech¨® en cara que predique que ¡°ninguna comunidad aut¨®noma conseguir¨¢ nada de Rajoy porque sea m¨¢s reivindicativa¡±. Y le recomend¨® que su coach particular, tan comentado, le d¨¦ ¡°clases de relajaci¨®n¡±, dado que su discurso se excita cuando le interpela la oposici¨®n y se vuelve inerme ante el Gobierno central. ¡°Somos la ¨²nica comunidad aut¨®noma que tiene dos delegados del Gobierno¡±, le espet¨® Rubio, haciendo suyo un reproche que ya hab¨ªa usado Enric Morera, el portavoz de Comprom¨ªs, y que est¨¢ llamado a hacer fortuna de aqu¨ª a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.
Fabra no fue capaz de adelantar un programa, una cifra o una actuaci¨®n para desarrollar su flamante, y obvio, ¡°acuerdo de la sociedad civil¡±.
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