La venta ilegal de papel y cart¨®n hunde la recogida oficial
La retirada de estos materiales por parte de los Ayuntamientos cay¨® un 37% desde 2008
Adbendi Griger y su cu?ado empujan sus carretillas sin carga por la travessera de Gr¨¤cia, en Barcelona. Cuando alcanzan el cruce con la calle de Gran de Gr¨¤cia se encuentran con dos compatriotas m¨¢s. Los cuatro son marroqu¨ªes; los cuatro, v¨ªctimas de los sue?os rotos por la crisis del otrora dorado catal¨¢n. Tras una peque?a charla, se separan en grupos de dos. Objetivo: los comercios de esta calle barcelonesa.
Sus jornadas comienzan cuando las tiendas cierran. Griger elige hoy subir en direcci¨®n al Tibidabo. A escasos 30 metros, y entremezclado con la ostentaci¨®n de cierto restaurante y de sus comensales, encuentra su primer bot¨ªn: una monta?a de cart¨®n. No es una opci¨®n, es una necesidad. El ¡°¨²nico¡± recurso que les queda a ¨¦l, su cu?ado, mujer y cuatro hijos para sobrevivir.
Con uno de cada cuatro catalanes activos sin trabajo, la recogida clandestina de cart¨®n y papel se ha disparado en los ¨²ltimos cuatro a?os. Seg¨²n los datos que maneja la Agencia de Residuos de Catalu?a (ARC), desde 2008 hasta el pasado a?o, la recogida municipal de estos materiales se ha reducido en un 37%. Antes de que estallara la crisis, los Ayuntamientos recogieron m¨¢s de 200.000 toneladas, en 2012, 137.000. ¡°Gran parte de la ca¨ªda de la recogida es por los robos¡±, asegura Josep Maria Tost, director de la ARC.
¡°No tengo m¨¢s remedio que vivir del cart¨®n¡±, confiesa Griger, de 57 a?os. ?l y su cu?ado llevan un lustro dedicados a recoger el material que dejan en las puertas de los comercios de varias poblaciones del ¨¢rea metropolitana de Barcelona. El cart¨®n y el papel es su ¨²nico refugio una vez se hundi¨® el ladrillo. Despu¨¦s de 12 a?os en Catalu?a, Griger piensa en enviar a sus hijos a Marruecos. A duras penas puede llegar a fin de mes con los ¡°20 o 30¡± euros que gana cada jornada; ¡°nos pagan entre seis y nueve c¨¦ntimos el kilo¡±.
El aumento de esta actividad clandestina es paralelo a la subida del precio de las materias primas. Si hace tres a?os se pagaban unos 30 euros por tonelada de papel o cart¨®n, desde 2011 el precio oscila entre los 60 y 90. En algunos municipios la ca¨ªda de la recogida del material ha sido dr¨¢stica.
Como en Vic, donde en 2011 los robos hab¨ªan reducido a la mitad la cantidad de cart¨®n y papel recogidos. Ante el aumento de robos, el Ayuntamiento de Barcelona lleva tres a?os luchando contra esta actividad. Si se mantiene la recogida de cart¨®n de los nueve primeros meses de este a?o, el Consistorio de la capital catalana recuperar¨¢ solo la mitad de estos materiales que hace cuatro a?os (86.671 toneladas).
En el caso de Barcelona, el consistorio calcula que de este porcentaje de p¨¦rdidas, un 80% es por los robos. Por este motivo, la Guardia Urbana ha incrementado la presi¨®n sobre ¡°los grupos organizados¡± de recogedores furtivos. La vigilancia ha provocado que en la capital se haya reducido de una ¡°cincuentena a ocho o nueve¡± el n¨²mero de camiones que regularmente son utilizados para transportar el material robado hacia los puntos de venta.
Griger y su cu?ado trabajan por libre y no cuentan con un cami¨®n entre sus herramientas. Tienen su furgoneta y venden directamente el material a una empresa de reciclaje de Terrassa (Vall¨¨s Occidental), donde viven. A pesar de no formar parte de ning¨²n grupo, durante estos a?os ya han acumulado m¨¢s de 2.500 euros en multas del Ayuntamiento de Barcelona. ?l considera que las sanciones no tienen sentido: ¡°?Hago un favor a la ciudad!¡±.
El consistorio barcelon¨¦s lo ve de forma muy diferente y considera una falta administrativa ¡°escoger y seleccionar residuos depositados en la v¨ªa p¨²blica, incluyendo los que hay dentro de los contenedores¡±. Griger no cesa en su actividad ni se incomoda por la presencia de un grupo de agentes de la Guardia Urbana mientras recoge el cart¨®n de la acera de Gran de Gr¨¤cia. Asegura que todas las multas que le han puesto han sido cuando transportaba el ¡°material¡± en su desvencijada furgoneta.
Y es que el Ayuntamiento tambi¨¦n considera falta el ¡°transporte de residuos comerciales sin homologaci¨®n municipal¡±. Seg¨²n datos del consistorio, en lo que va de a?o ya se han interpuesto 2.956 denuncias por esta actividad ilegal, lo que supone un incremento del 25% con respecto al mismo periodo del pasado a?o.
A pesar de todo, Griger sonr¨ªe permanentemente y asegura que nunca pagar¨¢ las multas que debe al Ayuntamiento. ¡°?Que me embarguen, si quieren!¡±, desaf¨ªa. Las sanciones tampoco le disuadir¨¢n de su ¨²nica forma de ganarse su pan y el de su familia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Crisis econ¨®mica
- Inmigrantes
- Recesi¨®n econ¨®mica
- Inmigraci¨®n
- Coyuntura econ¨®mica
- Residuos
- Ayuntamientos
- Catalu?a
- Administraci¨®n local
- Espa?a
- Migraci¨®n
- Demograf¨ªa
- Econom¨ªa
- Problemas ambientales
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad
- Medio ambiente
- Saneamiento
- Salud p¨²blica
- Pol¨ªtica sanitaria
- Equipamiento urbano
- Urbanismo
- Sanidad
- Salud