Reinventando el tr¨ªo jazz¨ªstico

Sobre el papel era f¨¢cil apostar en negativo: no pod¨ªa funcionar un tr¨ªo formado por personalidades tan fuertes y, a la vez, tan dispares. Aunque la palabra jazz sirva para casi todo, Geri Allen, Terri Lyne Carrington y Esperanza Spalding no solo jugaban en ligas diferentes, sino que hasta pod¨ªa afirmarse que practicaban deportes muy distintos. En especial Spalding, la medi¨¢tica contrabajista y cantante de Oreg¨®n que despu¨¦s de arrebatarle un Grammy al mism¨ªsimo Justin Biber parec¨ªa m¨¢s decantada por la banalidad apta para todos los p¨²blicos que por el jazz profundo e introspectivo de Allen o el m¨¢s explosivo y contundente de Carrington.

Juntas sobre un escenario todo era posible, desde que acabaran a gorrazos hasta que se creara esa atm¨®sfera m¨¢gica que las elevara hasta las nubes. Y se cre¨®, ?vaya si se cre¨®! Ya desde el primer momento el escenario del Palau se llen¨® de una atm¨®sfera densa y cargada de electricidad. Un primer tema que dur¨® 35 minutos ya dej¨® claro que no hab¨ªa concesiones a la galer¨ªa. Las tres mujeres sonaban con una fuerza descomunal, el equilibrio entre ellas era perfecto y el dominio se repart¨ªa a partes iguales. Un piano desgranando ideas a cual m¨¢s sorprendente, una bater¨ªa volc¨¢nica (Carrington siempre es volc¨¢nica, hasta en las baladas) y en el centro Spalding mostrando todo su poder¨ªo, como si la contrabajista en ese entorno hubiera dado varios pasos adelante. En un ambiente tan denso y repleto de momentos explosivos fue natural que las tres jazzwomen recordaran a Wayne Shorter, padre de ese tipo de jazz. Y la tensi¨®n ni siquiera decay¨® cuando Spalding se puso a cantar. Arrebatador.

Realmente con ACS estas tres se?oras de generaciones tan dispares est¨¢n reinventando el arte del tr¨ªo jazz¨ªstico. En el Palau abrieron muchas puertas y, de seguir juntas, nadie sabe hasta d¨®nde pueden llegar. Esperemos.