Abre la boca
Somos tambi¨¦n muchos a los que no nos basta con la mera confesi¨®n de quienes hasta hoy nos han censurado, para otorgarles el perd¨®n de sus pecados.
Fabra cree que a usted le importa poco, o nada, la desaparici¨®n de la televisi¨®n p¨²blica. Supongo que es una conclusi¨®n l¨®gica tras constatar que solo un 3,8 por ciento de los valencianos que tienen encendido su televisor han optado en los ¨²ltimos tiempos por sintonizar Canal Nou.
Fabra estaba seguro de que ninguna marea blanca, verde o de cualquier otro color inundar¨ªa las calles de su ciudad exigiendo el mantenimiento del servicio p¨²blico de radio y televisi¨®n auton¨®mica. Es m¨¢s, conf¨ªa en construir sobre esta masacre de puestos de trabajo y autogobierno un discurso de austeridad, contundencia y ejemplaridad que acabe llegando, si no al fondo de su alma, s¨ª al de su cartera.
Fabra, el mismo que ha pagado a Ecclestone por carreras que no se van a correr, mucho m¨¢s de lo que valdr¨ªa mantener en el aire las ¨²nicas opciones de sintonizar el valenciano en su radio o televisor, conf¨ªa en pasar el trance pol¨ªtico que le aguarda con el apoyo que le brindar¨¢n quienes piensan hacer su agosto, otro agosto, plantando sus quebradas concesiones de TDT en el p¨¢ramo arrasado que deja la gesti¨®n incompetente y corrupta de quienes hoy cierran RTVV.
Usted, tal vez piense que de nada nos sirve una televisi¨®n que dejamos de sintonizar hace tiempo, hartos de tantas y tan burdas mentiras. Sabe que entre los trabajadores de esa empresa est¨¢ el hijo del concejal del PP de su pueblo que de un d¨ªa para otro pas¨®, por ejemplo, de pintor de brocha gorda a cobrar como jefe de decorados en una televisi¨®n p¨²blica que no ha pisado un solo d¨ªa en su vida.
Usted, perplejo ciudadano, esta seguro de que no nos faltar¨¢n medios con los que informarnos, y que nuestra voluntad de mantener y asegurar la pervivencia de nuestra lengua no depende necesariamente de la existencia, o no, de una canal de televisi¨®n que ha extraviado 1.200 millones de los euros que hoy echamos en falta en el colegio de nuestros hijos, el hospital que no existe en su comarca o en el saldo de su empresa arruinada por los impagos de la Generalitat. Y es casi seguro que piensa que el control de las televisiones p¨²blicas por parte de los gobiernos es un mal end¨¦mico, una pulsi¨®n a la que es imposible resistirse en cuanto se accede al poder con independencia de la ideolog¨ªa del partido gobernante.
Entiendo que esa sea su opini¨®n aunque no comparta todos sus extremos, especialmente en lo tocante al idioma. Y no, no puedo tildarla de descabellada. Admito que se sustenta en a?os de tozuda realidad. Pero perm¨ªtame decirle que de asumir sin m¨¢s estas premisas corremos el car¨ªsimo riesgo de estar confundiendo la naturaleza del instrumento con su uso.
Del mismo modo que defender la democracia y sus procesos no es lo mismo que defender al gobierno corrupto que pueda haber resultado de los mismos, defender la televisi¨®n p¨²blica hoy no es defender la manipulaci¨®n, el saqueo y el servilismo que ha caracterizado hasta hace pocos d¨ªas a la televisi¨®n p¨²blica valenciana y a quienes la han dirigido. Defender hoy RTVV es defender un ente p¨²blico indispensable para la vigencia efectiva del derecho que nos asiste a disponer de informaci¨®n veraz, contrastada y suficiente para poder adoptar como ciudadanos las decisiones que estimemos m¨¢s convenientes, especialmente a la hora de votar.
Muchos de quienes hoy exigimos el mantenimiento de la televisi¨®n p¨²blica, hemos sido, y todav¨ªa lo somos, invisibilizados como resultado de las listas negras que han circulado entre sus editores. Y somos tambi¨¦n muchos a los que no nos basta con la mera confesi¨®n de quienes hasta hoy nos han censurado, para otorgarles el perd¨®n de sus pecados. Lo siento.
Tras cada denuncia de presi¨®n o amenaza se esconde el quebranto de una ley vigente todav¨ªa hoy, que prohib¨ªa tambi¨¦n entonces a un gobierno democr¨¢tico ordenar la ocultaci¨®n o manipulaci¨®n de la informaci¨®n que por imperativo legal debi¨® haber sido emitida. Tras cada carta, denuncia o confesi¨®n a c¨¢mara realizada en estos d¨ªas por do?a Rosa Vidal, redactores, presentadores, productores y empresas audiovisuales se esconde un delito y un delincuente, y resultar¨ªa tan inexcusable en mi caso no investigarlo como diputado como en el suyo continuar ocultado los nombres y apellidos de todos y cada uno de los responsables de tanta fechor¨ªa, para que al fin respondan ante la misma ciudadan¨ªa a la que estafaron.
La verdad, una vez m¨¢s, es la clave. No descarten quienes tienen en su mano sacar a la luz los detalles de este rosario de robos de dinero p¨²blico, abusos sexuales y mentiras que hoy Fabra quiere sepultar sin autopsia, que su voz sea el ¨²nico instrumento capaz de parar el ¨²ltimo atropello del PP al pueblo valenciano. Pues tal vez en su delirio crea Fabra que ma?ana podr¨¢ cerrar una tele, pero en ning¨²n lugar est¨¢ escrito que les pueda cerrar, a quienes presenciaron y conocieron tanto delito, la boca.
Josep Moreno es diputado por el PSPV-PSOE
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