Lleg¨® la hora de las decisiones
El desmarque del PSC se debe a que ha terminado la fase de la ret¨®rica gratuita en la batalla por un refer¨¦ndum
El presidente Artur Mas y su aliado Oriol Junqueras est¨¢n perdiendo apoyos en su estrategia de confrontaci¨®n con el Gobierno de Mariano Rajoy en la batalla para la celebraci¨®n de una consulta sobre el futuro pol¨ªtico de Catalu?a. El domingo se solemniz¨® el desmarque del PSC. Semanas atr¨¢s se produjo el de Josep Antoni Duran Lleida en su calidad de l¨ªder de Uni¨®. Antes se hab¨ªa producido la negativa de la patronal Fomento del Trabajo y hab¨ªa aparecido un autocalificado frente de la ¡°moderaci¨®n¡±, una maniobra de descuelgue de sectores de opini¨®n de centro derecha cuyas afinidades basculan entre CiU y PP seg¨²n el asunto de que se trate.
Estos desmarques son positivos porque aclaran las posiciones de cada cual, aunque compliquen la apuesta de Mas y Junqueras y la hagan todav¨ªa m¨¢s inviable. Los socialistas sostienen que siguen apoyando la celebraci¨®n de una consulta al electorado catal¨¢n, pero no en la forma y con los objetivos que persiguen los independentistas. Es algo que se sab¨ªa, pero que no se hab¨ªa concretado en votaciones como la anunciada para el 4 de diciembre en el Parlament para solicitar a las Cortes la delegaci¨®n a la Generalitat de la facultad de convocar un refer¨¦ndum.
El principal argumento de los que se est¨¢n distanciando de Mas y Junqueras es que ambos dirigentes han convertido en un refer¨¦ndum para la independencia lo que inicialmente se plante¨® como una consulta sobre el tipo de articulaci¨®n de Catalu?a en Espa?a. Si se recuerda que hace pocas semanas el propio Artur Mas asegur¨® en el Parlament que no convocar¨¢ una consulta que no sea legal, la estricta realidad es que en estos momentos no hay ninguna perspectiva abierta para que haya consulta o refer¨¦ndum alguno.
Lo que s¨ª persiste es una rotunda negativa del Gobierno de Mariano Rajoy y del PP, con su mayor¨ªa absoluta en las Cortes, a aceptar cualquier v¨ªa legal que pudiera surgir para llevar a cabo un refer¨¦ndum como el perseguido por el Gobierno catal¨¢n y sus aliados. Ninguna de las cinco eventuales v¨ªas se?aladas por los asesores legales de Mas superar¨¢ el muro de la mayor¨ªa absoluta del PP en las Cortes o, eventualmente, su derivaci¨®n en el Tribunal Constitucional. Una vez que Rajoy ha definido el problema como una cuesti¨®n de soberan¨ªa nacional y ha proclamado que no hay nada que hablar sobre ella, la disyuntiva de Artur Mas y Oriol Junqueras es bastante simple: o asumen su impotencia ante tan impermeable muralla o intentan saltarla.
Se est¨¢ terminando, si no lo ha hecho ya, la etapa del verbalismo, de las vaguedades y la ret¨®rica gratuitas
La toma de posici¨®n de Junqueras en Bruselas parec¨ªa apuntar a su pretensi¨®n de saltar por encima del muro. El l¨ªder de Esquerra habl¨® de sacar dos millones de catalanes a la calle si Rajoy mantiene su cerraz¨®n, de paralizar la actividad econ¨®mica de Catalu?a durante una semana y advirti¨® del desastre que esto podr¨ªa significar tambi¨¦n para Espa?a. Sin embargo, lo que pretend¨ªa mostrar una posici¨®n de fuerza y determinaci¨®n se convirti¨® de inmediato en una exhibici¨®n de nerviosismo, de debilidad e incluso de impotencia pol¨ªtica.
No parece que Junqueras hubiera consultado sus palabras con sus aliados y desde luego no parece que su partido est¨¦ en disposici¨®n, por s¨ª solo, de materializar su amenaza. Junqueras y su partido aparecen hasta ahora en los sondeos como los principales beneficiarios del malestar catal¨¢n desatado tras el fracaso con que termin¨® la larga gestaci¨®n de la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa. Pero el estado de gracia del que ha gozado el nuevo l¨ªder republicano desde que sucedi¨® a Joan Puigcerc¨®s como fact¨®tum del partido independentista no va a durar siempre. Solo depende de que lo que hasta ahora se sustancia en forma de discursos pase a la fase de los hechos.
Esta es precisamente una de las condiciones que est¨¢ cambiando en el escenario catal¨¢n. Se est¨¢ terminando, si no lo ha hecho ya, la etapa del verbalismo, de las vaguedades y la ret¨®rica gratuitas. La etapa de la irresponsabilidad en la que cualquiera pod¨ªa proponer la conquista de luna sin que al cabo de una plazo m¨¢s o menos razonable alguien se la reclamara. Para llegar a este punto ha resultado decisiva la fijaci¨®n de una fecha tope, el pr¨®ximo mes de diciembre, para que el Parlamento catal¨¢n formalice una propuesta de fecha y de pregunta para la consulta a los ciudadanos sobre la que se debate desde hace dos a?os. Llega a su fin la etapa del bla, bla, bla y comienza la de las decisiones, de las que se podr¨¢ ver el resultado y sobre las que podr¨¢ exigirse responsabilidades.
Si bien se mira, esto es lo que hay detr¨¢s de la p¨¦rdida de apoyos que sufren Mas y Junqueras. El ¨²ltimo, el de los socialistas catalanes, estaba cantado, y ha llegado cuando Mas y Junqueras pretenden una votaci¨®n en el Congreso de los Diputados en la que de nuevo entren en contradicci¨®n el PSC y el PSOE. Ten¨ªa que llegar y al final ha llegado el momento en que el PSC respondiera as¨ª a los independentistas, metaf¨®ricamente, se entiende: ?Ustedes qu¨¦ persiguen, un acuerdo para celebrar una consulta en Catalu?a o un proceso que vaya dividiendo a las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas?
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