Alguien miente en Presidencia
?Qu¨¦ es lo que se quer¨ªa ocultar? ?A qui¨¦n se quer¨ªa proteger?
Alberto Fabra lleg¨® a la presidencia de la Generalitat con dos armas de destrucci¨®n masiva que le entregaron en la calle G¨¦nova, sede nacional del PP, con las que liquidar la penosa y vergonzosa etapa de Francisco Camps al frente de la Generalitat: Transparencia y tolerancia cero contra la corrupci¨®n. La connivencia del expresidente con un grupo de corruptos y la desidia e indiferencia con que contemplaba la descomposici¨®n de un partido que ya solo era capaz de protagonizar esc¨¢ndalos, hab¨ªan encendido todas las alarmas en el PP, por mucho que Mariano Rajoy dijera que siempre defender¨ªa a Camps al lado, delante o detr¨¢s suyo. La apertura del juicio oral por el caso de los trajes termin¨® con el sucesor de Eduardo Zaplana. La direcci¨®n popular nunca crey¨® que muerto el perro se acabara la rabia. Al contrario, apost¨® por hacer limpieza general. El campismo y todo lo que pudiera recordar tan negra ¨¦poca deb¨ªa desaparecer. El PP tiene experiencia en esto. Se reinventa con una facilidad pasmosa. Su capacidad en la pr¨¢ctica del adanismo es excepcional. Cuando Fabra se sent¨® en el Palau de Cavallers no solo se esforz¨® en dar la sensaci¨®n de ser nuevo; m¨¢s a¨²n, pretendi¨® -y casi consigui¨®- no tener nada que ver con el periodo de Camps. Un nuevo PP hab¨ªa llegado al Consell. Un PP sin adherencias del pasado, limpio, puro que iba a poner orden en aquel desastre.
La traves¨ªa desde la corrupci¨®n hasta la honradez, para llegar a buen puerto, precisaba de un capit¨¢n excepcional, una muy buena tripulaci¨®n y un partido dispuesto a sacrificarse y a tragarse muchos sapos. Tantos a?os en el poder hab¨ªan producido una cosecha de prepotencia e inmunidad y provocado un empacho de ¨¦xito donde todo estaba permitido. El PP, sus dirigentes, se hab¨ªan colocado por encima de cualquier sospecha. Nadie dijo que iba a ser f¨¢cil ni c¨®modo sanear un cuerpo tan descompuesto. De ah¨ª que Fabra tuviera el periodo de gracia m¨¢s amplio que haya conocido presidente de la Generalitat alguno. Grandes expectativas provocan grandes decepciones si aquellas no se cumplen. Es lo que lo que ha pasado al president.
?Qu¨¦ se ha hecho de la transparencia? Dur¨® lo que les cost¨® a los nuevos gobernantes darse cuenta de que el conocimiento de la realidad no solo deterioraba a Camps. Tambi¨¦n, y no poco, al PP. El apag¨®n m¨¢s reciente se est¨¢ produciendo en estos momentos. La negativa del grupo parlamentario popular a abrir una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre todos los fraudes, enga?os, estafas y timos que se han producido en Canal 9 alimenta todo tipo de sospechas. El dinero que se ha ido por las alcantarillas de la sede de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana es de los valencianos, no de Zaplana, ni de Camps, ni de Fabra, y los valencianos tenemos derecho a saber qu¨¦ se ha hecho con ¨¦l. La negativa del PP a investigar las denuncias efectuadas por el diputado socialista Josep Moreno dice mucho de qu¨¦ entiende por democracia y en cu¨¢nto valora a los ciudadanos. Ningunean los derechos de los valencianos y alimentan todo tipo de especulaciones. A eso conduce el cierre del acceso a la documentaci¨®n de RTVV, si no es que la acaban destruyendo. ?D¨®nde est¨¢ el dinero? ?Qui¨¦n se lo ha quedado? No creo exagerar si digo que algunos se lo han llevado crudo. El silencio del PP lo confirma.
Albarda sobre albarda. A algunos responsables pol¨ªticos de Presidencia de la Generalitat no les basta con el apag¨®n informativo. Para evitar que se conozca la verdad, mienten. El s¨¢bado de la semana pasada EL PA?S public¨® que El Consell hab¨ªa pagado con dinero p¨²blico cursos de alta direcci¨®n a consejeros y daba cuatro nombres: Alberto Fabra, Jos¨¦ Ciscar, Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¤ y Luis Rosado. Estos dos ¨²ltimos nombres fueron facilitados por un responsable de Presidencia de la Generalitat con quien se contrast¨® la informaci¨®n. Pues bien, ni Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¤ ni Luis Rosado recibieron nunca clases del Instituto de Comunicaci¨®n Empresarial, que dirige el conocido periodista y presidente de la Academia de Televisi¨®n, Manuel Campo Vidal. Las preguntas surgen por s¨ª mismas. ?Por qu¨¦ se false¨® la verdad desde Presidencia? ?Qu¨¦ es lo que se quer¨ªa ocultar? ?A qui¨¦n se quer¨ªa proteger? ?Fueron Fabra y Ciscar los que acudieron a ese curso por el que se pagaron 13.216 euros o solo acudi¨® uno de ellos? ?Es mera casualidad que Campo Vidal se haya ofrecido como mediador en el cierre de Canal 9? ?Es verdad que se llam¨® a otros consejeros y exconsejeros para que aceptaran salir como asistentes a esos cursos, pese a que nunca hab¨ªan acudido a los mismos? Ay! La transparencia, un arma echada a perder.
La lucha contra la corrupci¨®n. ?Recuerdan las famosas l¨ªneas rojas? Esas tan estrictas para unos y tan flexibles para otros. Especialmente para la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Qu¨¦ queda de ellas. Hace unos d¨ªas, pr¨¢cticamente todos los diputados del PP firmaron un documento solicitando el indulto para el exalcalde de Torrevieja, Pedro Hern¨¢ndez Mateo. Un acto de irresponsabilidad pol¨ªtica que, adem¨¢s, se entendi¨® como desaf¨ªo hacia Alberto Fabra. Pero, ?y si no hubiera sido tal? ?Y si la iniciativa del diputado Andr¨¦s Ballester hubiera sido conocida y consentida por altas instancias del Consell que, o bien no le prestaron la suficiente atenci¨®n o bien dejaron que corriese la bola para ver qu¨¦ pasaba? Fuera como fuese, la acci¨®n ha vuelto a evidenciar la debilidad de Alberto Fabra, incapaz de imponer su autoridad en un grupo parlamentario que va por libre ante la insolvencia de su portavoz, Jorge Bellver, de controlarlo.
Incidente tan desastroso para la credibilidad del PP y la de su presidente tuvo como corolario la esperp¨¦ntica decisi¨®n de la Comisi¨®n de Garant¨ªas de expulsar del partido a Hern¨¢ndez Mateo cuando ya hab¨ªa causado baja desde el mismo en el instante en que fue condenado a tres a?os de c¨¢rcel. Un juego de espejos con el que simular que la crisis abierta por unos irresponsables pol¨ªticos se cerraba a la par que demostraba contundencia en la batalla contra la corrupci¨®n. Gran lanzada a moro muerto, eso es lo que fue.
A Fabra las armas con las que sali¨® de G¨¦nova, 13 se le han roto en las manos. La transparencia sigue siendo una entelequia y su lucha contra la corrupci¨®n un empe?o in¨²til que le ha provocado un serio desgaste fuera y dentro del PP, donde no son pocos los que creen que la ha utilizado en beneficio propio y a costa del desprestigio de un sector de su partido. Como reflexionaba un dirigente del PP: "Fabra no puede cimentar su carrera en que todos son unos corruptos o unos in¨²tiles". Una opini¨®n que es compartida por otros militantes populares. El pulso para impedir que el president sea el candidato en 2015 est¨¢ vivo. C¨®mo terminar¨¢ es una inc¨®gnita; pero Fabra no parece que tenga la mejor tripulaci¨®n para ayudarle en esta traves¨ªa.
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