Fortes se inspira en el romance silenciado de Pedro Salinas
La escritora hace ficci¨®n con una pasi¨®n real y un crimen imaginario
Cuando Susana Fortes ley¨® las cartas que escribi¨® Pedo Salinas a su amada profesora americana le llam¨® la atenci¨®n que el gran poeta, ¡°un hombre hecho y derecho¡±, pudiera llegar a ser tan pueril. En realidad, constat¨® de nuevo ¡°esa fragilidad emocional que todos tenemos al enamorarnos como si fu¨¦ramos adolescentes¡±. Pero lo que m¨¢s despert¨® la curiosidad de esta escritora gallega afincada en Valencia fue la joven norteamericana por la que el gran poeta del amor de la Edad de Plata de las letras espa?olas, la generaci¨®n del 27, beb¨ªa los vientos. Se llamaba Katherine Whitmore e inspir¨® algunos de los versos m¨¢s bellos de la literatura contempor¨¢nea espa?ola, reunidos en una trilog¨ªa amorosa que arranca con La voz a ti debida.
¡°Kate, el nombre de la protagonista, es una americana fascinada con Espa?a, idealiza todo lo espa?ol como toda aquella generaci¨®n de anglosajones de los a?os 30. Imbuida de esas ideas rom¨¢nticas, viene y se encuentra el pa¨ªs real, con sus luces y sus sombras, con sus distintas caras. Madrid es una ciudad rugiente. La Rep¨²blica alcanza el punto m¨¢s bajo del descr¨¦dito de las instituciones y de la desconfianza con los pol¨ªticos. Hay un esc¨¢ndalo de primera magnitud, el caso G¨¹rtel de la ¨¦poca: sobres, implicaciones corruptas, empresarios, pol¨ªticos... Es lo que se encuentra cuando en la novela llega a la Residencia de Estudiantes en el verano de 1935, y all¨ª conoce un mundo glamouroso, divertido, bohemio, brillante. Con los surrealistas Dal¨ª y Bu?uel haciendo el ganso, con Lorca y sus estrenos. Era la cr¨¨me de la cr¨¨me. Era nuestro C¨ªrculo de Bloomsbury. Estudiantes con pajarita, ideas modernas de todas partes... Un mundo que tambi¨¦n ten¨ªa su punto de frivolidad, su lado oscuro, el odio, las rivalidades entre poetas. Y toda esa atm¨®sfera culta y erudita se resquebraja con un crimen ya desde el principio de la novela. Un estudiante aparece muerto en un canal de riego, que a¨²n existe¡±.
La autora afincada en Valencia publica ¡®El amor no es un verso libre¡¯
No es f¨¢cil interrumpir a Fortes cuando se lanza a resumir la trama de su ¨²ltima novela El amor no es un verso libre (editorial Suma de Letras). Su vehemencia y su astuta selecci¨®n de la informaci¨®n confieren un atractivo a?adido a la s¨ªntesis, que concluye con una afirmaci¨®n que parece refutar todo lo anterior: ¡°Pero el libro, sobre todo, es una gran historia de amor¡±.
Una historia inspirada en la relaci¨®n entre el casado Pedro Salinas (Madrid, 1891-Boston, 1951) y la entonces soltera Katherine Whitmore (Kansas, 1897-1982), ¡°un c¨®ctel de ficci¨®n y realidad¡± a partir de un romance ¡°muy conocido ya en la ¨¦poca, aunque hab¨ªa una especie de pacto de silencio, de complicidad, de Jorge Guill¨¦n y los dem¨¢s, porque estaban todos al tanto en la Residencia¡±. S¨®lo a partir de 1999 se pudieron consultar en la Houghton Library de la Universidad de Harvard las citadas cartas, que fueron publicadas en castellano por primera vez tres a?os m¨¢s tarde por Tusquets.
Aprovechando un acto de promoci¨®n en el Instituto Cervantes de Nueva York de su anterior y bien recibida novela Esperando a Roberto Capa, una combinaci¨®n de ficci¨®n y realidad tambi¨¦n que fue traducida a 14 idiomas, Susana Fortes, colaborada de EL PA?S, se qued¨® a investigar sobre la vida de una mujer sobre la que hab¨ªa una gran discreci¨®n y silencio, la profesora hispanista. ¡°En la Universidad de Harvard encontr¨¦ un texto de ella, no sus cartas, en el que cuenta una cosa que al final ha resultado ser el principio de mi novela: Una mujer que mira por una ventana ve m¨¢s de lo que ve un hombre, que suele ce?irse a lo que tiene delante. Detr¨¢s de una mujer que asoma a la ventana hay una novela. Esta mujer, que mira afuera, la nieve que ha ca¨ªdo poco antes de Navidad, ve algo m¨¢s que a m¨ª me dio que pensar, aunque no puedo dar m¨¢s pistas...¡±.
El amor no es un verso libre combina una trama hist¨®rica de suspense, el g¨¦nero negro y una historia de amor. Y a pesar de la sombra alargada de Pedro Salinas, no hay una referencia a sus poemas; ni se ha incluido, por ejemplo, la composici¨®n favorita de Whitmore, que el escritor escribi¨® con el recuerdo de una tarde en la playa de Ifach: ¡°?Qu¨¦ d¨ªa sin pecado! / La espuma, hora tras hora, / infatigablemente, fue blanca, blanca, blanca. / Inocentes materias, / los cuerpos y las rocas / ¡ªdesde c¨¦nito total / mediod¨ªa absoluto¡ª / estaban / viviendo de la luz y en ella. / A¨²n no se conoc¨ªan / la conciencia y la sombra¡±.
¡°Me interesa mucho m¨¢s el verbo que el adjetivo¡±, refiere la novelista
Fortes escribe con un estilo directo, depurado. Con el tiempo se ha ido despojando de los adjetivos para dar prioridad a la acci¨®n. ¡°No es que me haya intentado ce?ir al g¨¦nero negro. Es mi forma de escribir. Mi propia evoluci¨®n, en la que me he ido desprendiendo de una adjetivaci¨®n m¨¢s barroca. Me interesa mucho m¨¢s el verbo que el adjetivo. E intento cuidar mucho el lenguaje¡±, explica la autora de otras novelas como Quattrocento o El amante alban¨¦s, que ha cosechado diversos galardones literarios en Espa?a a lo largo de una trayectoria que se estren¨®, al menos en la industria editorial, con la publicaci¨®n en 1994 de Querido Corto Malt¨¦s. Fortes compatibiliza su dedicaci¨®n a la novela con sus clases de Historia del Arte en un instituto de Valencia.
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