Financiaci¨®n y pol¨ªticas universitarias

En una ma?ana en la que me levanto analizando los datos del ¨²ltimo informe Pisa, acaba de llegar a mi mesa de trabajo un informe bajo el t¨ªtulo La Universidad espa?ola en cifras 2012. Su presentaci¨®n tuvo lugar el pasado 28 de noviembre y constituye una muestra del compromiso que mantiene la universidad con la sociedad espa?ola. Los datos relativos a la financiaci¨®n universitaria que contiene este informe est¨¢n referidos al curso acad¨¦mico 2010-2011, lo que impide observar los cambios de tendencia que han producido los recortes en estos ¨²ltimos a?os.

Habr¨ªa sido muy pertinente poder contar con dichas cifras porque uno de los conceptos b¨¢sicos sobre los que pivota la financiaci¨®n de las universidades es el de suficiencia financiera, un principio hoy en entredicho. En Espa?a la inversi¨®n en educaci¨®n superior gira en torno al 1,3% del PIB, cifra que se sit¨²a por debajo de la media de la OCDE. El a?o 2007 el Informe sobre financiaci¨®n del sistema universitario espa?ol ya subrayaba la necesidad de aumentar la inversi¨®n destinada al sistema universitario. La pol¨ªtica econ¨®mica llevada a cabo por el Gobierno del Estado, sin embargo, ha socavado de manera casi irreversible la suficiencia financiera. Ello ha abocado a nuestras universidades a aplicar recortes y ajustes no deseados.

Educaci¨®n, ciencia y tecnolog¨ªa constituyen una palanca poderos¨ªsima tanto para el crecimiento econ¨®mico como para la ampliaci¨®n de la base social y la calidad de nuestra democracia. Sin educaci¨®n no hay democracia, y no la habr¨¢ si la Consejer¨ªa persiste en su pol¨ªtica de impagos a la Universitat de Val¨¨ncia. ?Sabe el lector que la Consejer¨ªa debe en torno a 300 millones de euros a nuestra Universitat? Reivindiquemos con fuerza y argumentos ante los poderes p¨²blicos, pero pongamos tambi¨¦n en marcha la imaginaci¨®n y la racionalidad. Es necesario que nuestra Universitat se vuelque en la lucha por la equidad, por la calidad de los servicios universitarios y por la eficiencia.

Sobre este asunto, echo de menos que la Universitat de Val¨¨ncia no haya tenido un papel m¨¢s activo ante hechos tan graves como la pol¨ªtica de becas ineficiente que padecemos, y la subida de tasas universitarias que ha hecho tambalear la irrenunciable igualdad de oportunidades. Tambi¨¦n desde esta tribuna me siento obligada a reclamar a los gestores de la Universitat una mayor concreci¨®n sobre los objetivos de eficiencia que persiguen, puesto que son absolutamente imprescindibles cuando se habla de financiaci¨®n y de utilizaci¨®n racional de los recursos p¨²blicos. Perm¨ªtanme decirles que observo con tristeza muchas tareas pendientes ante la urgente necesidad de mejorar la eficiencia en el servicio que presta la Universitat de Val¨¨ncia; entre ellas la imprescindible transparencia y la rendici¨®n de cuentas. Resulta curioso que ¡°las cuentas¡± hayan dejado de tener su lugar obscuro dentro de las universidades para adquirir un protagonismo que reclama a gritos pasar de una fiscalizaci¨®n del gasto a lo que podr¨ªamos llamar una evaluaci¨®n de la gesti¨®n.

Disc¨²lpenme los lectores si el contenido de este ¨²ltimo p¨¢rrafo resulta un poco t¨¦cnico pero, en s¨ªntesis, reclamo a los que tienen responsabilidades de gesti¨®n en la Universitat de Val¨¨ncia que expliquen muchas omisiones sobre la financiaci¨®n universitaria y que por esta raz¨®n, deben dar cuenta de aquellas pol¨ªticas que en un principio se deber¨ªan de haber dise?ado durante estos ¨²ltimos cuatro a?os pero, desgraciadamente, han quedado arrumbabas en la cuneta. Y acabo con una ¨²ltima pregunta ?D¨®nde est¨¢n las pol¨ªticas de investigaci¨®n, la mejora de la docencia y las pol¨ªticas sociales, muchas de ellas autofinanciables a poco que nos esforcemos y utilicemos nuestra imaginaci¨®n?

Mar¨ªa Antonia Garc¨ªa-Benau es Catedr¨¢tica de Econom¨ªa Financiera y Contabilidad de la Universitat de Val¨¨ncia