La Izquierda alemana propone
A las puertas de unas elecciones europeas, el viejo continente debate, no sin tensiones, sobre su futuro en m¨²ltiples foros de forma constante
A las puertas de unas elecciones europeas, cruciales para el com¨²n de los ciudadanos, instituciones y partidos, el viejo continente debate, no sin tensiones, sobre su futuro en m¨²ltiples foros de forma constante. Se juega ante todo la credibilidad de una democracia cada vez m¨¢s cuestionada, debido en parte al gran poder del que han hecho ostentaci¨®n los grupos econ¨®micos y, por ende, a la debilidad de una clase pol¨ªtica presa de su ineficacia en el impulso de iniciativas y liderazgos que susciten confianza. Una Europa en crisis, de car¨¢cter esta m¨¢s pol¨ªtico y social que econ¨®mica, constituye ahora mismo un laberinto por el que discurren de forma paralela la p¨¦rdida de valores individuales y derechos colectivos, el auge de movimientos extremistas que inquietan a la vez que son apoyados, la fragmentaci¨®n de diferentes arcos parlamentarios, el descr¨¦dito de instituciones prestigiosas y diversas, la p¨¦rdida de soberan¨ªa de pa¨ªses y regiones, la ausencia de toma de decisiones por parte de la poblaci¨®n, adem¨¢s de aquellas que son introducidas en las urnas y que son olvidadas al mes siguiente... en definitiva, sujeta a una profunda crisis de identidad. Nada de ello es ajeno ni negado siquiera por quienes lo promueven, bien sea por cinismo o como justificante del medio para llegar a un fin, pero no todos lo afrontan de igual forma, con los mismos horizontes o esperanzas.
La Izquierda, entre ellas la alemana, tambi¨¦n participa de este debate, a veces de forma introspectiva en exceso, otras en forma de iniciativas concretas, con mejor o peor perspectiva, pero con voluntad firme de no quedarse fuera. Esta izquierda europea dice ser consciente del momento clave de la cita electoral, para unir esfuerzos, y que el reparto de poder se construya sobre un nuevo equilibrio de fuerzas, posibilitando la independencia de una econom¨ªa no sujeta a los mercados financieros, con un Banco Central Europeo democratizado, aboliendo parte de unas deudas que lastran el crecimiento y bienestar de los pa¨ªses, devolviendo el poder social perdido -visible en manifestaciones y protestas- y recuperando el poder de las decisiones por parte del pueblo en detrimento del car¨¢cter autoritario adquirido por la propia UE. Se considerar¨¢, as¨ª, la refundaci¨®n de Europa en la que se vuelven a definir tanto objetivos como estructuras sociales y econ¨®micas por medio de sus pol¨ªticas.
De esta izquierda europea, as¨ª formulada, dibujada como una utop¨ªa o pensada para ser hecha realidad, de la necesidad o virtud de las propuestas, del detalle, de la esperanza, Klaus Ernst, n¨²mero dos del partido alem¨¢n Die Linke (La Izquierda) y miembro del proyecto de uni¨®n de izquierdas europeas a trav¨¦s de PIE (Partido de la Izquierda Europea) intenta convencer en La Nau de la Universidad de Valencia, a un auditorio normalmente cr¨ªtico y bien informado, no solo sobre el ¨¢mbito europeo sino tambi¨¦n acerca de la pol¨ªtica y sociedad alemana sobre la que Die Linke tiene gran influencia, para conocer de primera mano el porqu¨¦ de la ruptura con la socialdemocracia o las perspectivas de gobierno en su pa¨ªs. No sabemos si su trayectoria pol¨ªtica, sus propuestas o su verbo pueden ser suficientes para despejar las dudas existentes en la poblaci¨®n, pero por lo que apostamos decididamente es por la necesidad de divulgar, conocer y debatir propuestas e ideas como ¨¦stas, de forma continua y permanente, que permitan conformar una opini¨®n argumentada y cr¨ªtica, que conduzcan a emitir un voto reflexivo, fruto de una democracia que ha de mejorar sus procesos y evaluar sus resultados.
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