El conflicto por el esca?o de Ourense eleva al m¨¢ximo la tensi¨®n en AGE
Beiras enciende los ¨¢nimos al defender que la candidata d¨ªscola entre en el grupo
A Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalici¨®n entre Anova y Esquerda Unida (EU) que con su discurso antisistema crece en las encuestas como ninguna, se le ha abierto una v¨ªa de agua dif¨ªcil de entender para su electorado inconformista. El conflicto con Carmen Iglesias, la candidata por Ourense que se ha negado a ceder su esca?o en cumplimiento de un acuerdo entre ambas fuerzas, ha multiplicado las tensiones dentro de una coalici¨®n que aglutina a una heterog¨¦nea militancia de izquierdas. El detonante de la crisis no tiene, sin embargo, ra¨ªz ideol¨®gica y, al contrario de lo ocurrido hasta ahora en Anova, Xos¨¦ Manuel Beiras, el hist¨®rico nacionalista que fund¨® este partido con escindidos del BNG y que ejerce de portavoz de AGE, ya no es una garant¨ªa f¨¦rrea de unidad.
La pr¨®xima semana AGE deber¨¢ tomar la espinosa decisi¨®n de si acepta a Iglesias dentro de su grupo parlamentario. Beiras, que como portavoz es el encargado de firmar si abre o cierra la puerta a la candidata rebelde, anunci¨® el jueves, para estupefacci¨®n de sus socios y compa?eros de Anova, que optar¨¢ por admitirla, una posici¨®n que hasta ese momento el profesor de Econom¨ªa hab¨ªa defendido en privado pero de la que discrepan no solo EU sino tambi¨¦n otras formaciones minoritarias de AGE y parte de la militancia de Anova. Fuentes de EU critican que el exportavoz nacional del BNG hiciese p¨²blica su postura en una rueda de prensa sin esperar a que el grupo parlamentario se reuniera, mientras que desde el entorno de Beiras aseguran que el portavoz de AGE llevaba d¨ªas intentando propiciar sin ¨¦xito ese encuentro para debatir el futuro de Iglesias. El fundador de Anova alega que sus ¡°convicciones democr¨¢ticas y ¨¦ticas¡± le impiden bloquear la entrada en AGE de la candidata d¨ªscola.
Cuando justo antes de las elecciones auton¨®micas de 2012 naci¨® AGE, pocos pod¨ªan imaginar que la alianza entre el partido de Beiras y EU pudiese tambalearse por un asunto tan ajeno a los debates ideol¨®gicos de la izquierda. Los problemas de convivencia empezaron a fraguarse cuando David Fern¨¢ndez Calvi?o, uno de los nueve diputados de AGE en el Parlamento y militante de Anova, anunci¨® que dejaba la C¨¢mara para irse a investigar en una universidad de Dinamarca. El gesto de Fern¨¢ndez Calvi?o, que parec¨ªa reforzar el desapego por la poltrona del que presume AGE, ha acabado siendo para la coalici¨®n el principio de una pesadilla. Un pacto interno establec¨ªa que, para mantener el equilibrio entre las dos fuerzas dentro del grupo parlamentario, la sustituta de Fern¨¢ndez deb¨ªa ser Iolanda P¨¦rez Docampo, de Anova, y no Carmen Iglesias, de EU, la mujer que segu¨ªa a Fern¨¢ndez en la lista. Pero Iglesias se neg¨® en redondo a ceder el puesto.
Yolanda D¨ªaz, la l¨ªder de EU y viceportavoz de AGE, como prueba de lealtad a su pacto con Anova, sac¨® todas las mangueras para apagar la llama: primero intent¨® convencer a Iglesias, luego le abri¨® expediente de expulsi¨®n y finalmente dej¨® claro que si tomaba posesi¨®n como parlamentaria no entrar¨ªa en el grupo de AGE. Iglesias, repet¨ªan los dirigentes de EU, deber¨ªa acostumbrarse a la soledad y el fr¨ªo del grupo mixto. Anova opt¨® por pronunciarse sobre el conflicto con distancia. Al mismo tiempo que el PP y otros rivales de AGE se afanaban en mantener el foco sobre el trance, Beiras insist¨ªa en que el problema con Iglesias no hab¨ªa enturbiado las relaciones con su socio y la direcci¨®n del partido aprobaba resoluciones abiertas que dejaban en manos del grupo parlamentario los pasos a seguir para superar la crisis. Beiras revent¨® hace dos d¨ªas la aparente calma. El futuro de AGE est¨¢ en juego.
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