Cientos de ¡®pobres energ¨¦ticos¡¯ quedan al margen de la tregua de la Generalitat
Los duros requisitos les impiden beneficiarse del decreto que veta cortes de luz y gas ONG y Ayuntamientos dicen que el plan del Gobierno "es pan para hoy y hambre para ma?ana"
Pilar Prior, de 67 a?os, no cumple ninguno de los restrictivos requisitos exigidos por la Generalitat para acogerse a la tregua invernal aprobada antes de Navidad, que proh¨ªbe cortar la luz y el gas a personas sin recursos durante el invierno: su pensi¨®n, de 600 euros, rebasa por poco el indicador de renta de suficiencia (569,12 euros), l¨ªmite m¨¢ximo de percepci¨®n para acogerse a la tregua; no es beneficiaria del bono social ni posee un informe que acredite que su consumo energ¨¦tico es bajo. Prior caldea su casa con la madera que le ha proporcionado Cruz Roja para encender su estufa de le?a, su ¨²nico calefactor.
La mujer admite que sol¨ªa pasarse d¨ªas enteros en cama, entre las mantas, para resguadarse del fr¨ªo invernal que se colaba en la casa donde vive, en el pueblo de Cantonigr¨°s (Osona). Ahogada por una deuda de 3.000 euros que debe a su casera por los atrasos en el pago de suministros, no pod¨ªa permitirse ni siquiera comprar la le?a. Pilar destina la mitad de su pensi¨®n a costear el alquiler. Los 300 euros que le restan, a duras penas le alcanzan para comer y pagar facturas atrasadas.
Prior desconoce la moratoria hasta abril aprobada por el Gobierno catal¨¢n. Tampoco ha o¨ªdo hablar del bono social. Solo quiere saldar sus deudas, aunque para ello tenga que privarse hasta de comer. ¡°Las facturas estaban a nombre de mi casera, que ha mantenido al d¨ªa los pagos. Ahora le he pedido que ponga las facturas a mi nombre y ver¨¦ si tengo para comer tres d¨ªas en vez de cuatro. No quiero deberle nada a nadie. Prefiero pagar las facturas antes que comer y cenar todos los d¨ªas¡±, confiesa.
La ignorancia sobre la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de la tregua invernal afecta a todas las partes implicadas. Diez d¨ªas despu¨¦s de su entrada en vigor, ni las compa?¨ªas energ¨¦ticas saben c¨®mo actuar con los clientes que solicitan la moratoria, ni los ayuntamientos disponen de un protocolo a seguir con los posibles beneficiarios. ¡°No hemos recibido instrucciones para saber c¨®mo tramitarlo. Pero seguimos recibiendo casos de familias que no pueden afrontar el pago e intentamos gestionarles las ayudas¡±, se?ala Ra¨²l Moreno, teniente de alcalde de Bienestar Social en Santa Coloma de Gramenet.
Tampoco los potenciales usuarios tienen constancia de que pueden beneficiarse de la moratoria. ¡°Hay un desconocimiento total de la situaci¨®n y se difunden muy poco las medidas para paliar la pobreza energ¨¦tica. A veces, ni siquiera los profesionales conocen medidas como el bono social. Es indignante que muchas familias no puedan acogerse a la tarifa social porque no saben ni que existe¡±, critica N¨²ria Salas, responsable de un proyecto de sensibilizaci¨®n y atenci¨®n de pobreza energ¨¦tica de la ONG ABD. Los profesionales critican, adem¨¢s de la falta de informaci¨®n, que los criterios son demasiado restrictivos y muchos potenciales usuarios que atienden en los servicios sociales, como la mujer de Cantonigr¨°s, se quedar¨¢n fuera de la tregua. ¡°El decreto es insuficiente y no va a favorecer al gran n¨²mero de familias que atendemos¡±, sentencia.
Igual que Prior, absorta en sus deudas y ajena a la tregua invernal, sobrevive Jos¨¦ Rolando Rivadeneia, de 50 a?os, en su casa de L¡¯Hospitalet de Llobregat. Con un desahucio a la vista y sin m¨¢s dinero en el bolsillo que los 200 euros que cobra de la prestaci¨®n de desempleo, hace malabares para comer y mantener al d¨ªa el pago de las facturas de luz, agua y gas. En marzo dejar¨¢ de percibir la ¨²nica ayuda econ¨®mica que ten¨ªa para vivir.
Sin embargo, tampoco ¨¦l es susceptible de beneficiarse de la moratoria aplicada por la Generalitat. Aunque la calefacci¨®n hace mucho tiempo que dej¨® de encenderse en su casa y el ¨²nico lujo que se permite es ducharse con agua caliente, no es beneficiario de la tarifa social y tampoco dispone de un informe que acredite que no tiene un alto consumo energ¨¦tico.
Priv¨¢ndose de algo m¨¢s que lo prescindible, ha conseguido mantenerse al d¨ªa con las facturas. ¡°Tienes que privarte de comer y vestirte como antes, por ejemplo¡±, reconoce. Su piso se ha convertido ¡°en una nevera¡±, pero no puede permitirse que corra el contador al encender la calefacci¨®n.
Los profesionales sociales aseguran que la medida no es m¨¢s que ¡°un parche¡± y no ataja el problema de ra¨ªz. ¡°Esto es pan para hoy y hambre para ma?ana. A partir del mes de abril se acumular¨¢ la factura y estas familias seguramente seguir¨¢n sin tener recursos para afrontar los pagos atrasados¡±, apunta Ra¨²l Moreno.
La portavoz de ABD advierte, por su parte, de que el decreto es una medida ¡°ambigua¡± y no clarifica algunos puntos, como el informe acreditativo del ahorro energ¨¦tico: ¡°No se establece c¨®mo pueden acreditar que no pueden ahorrar m¨¢s en el consumo energ¨¦tico, ni tampoco se explica qu¨¦ pasar¨¢ en los siguientes meses, cuando pase la tregua¡±.
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