A la intemperie
Yo he visto cosas que vosotros no creer¨ªais jam¨¢s¡ Desaparecer hospitales y escuelas de la faz de la tierra como estrellas fugaces
Enero no es un mes simp¨¢tico, ya lo sabemos. A la subida de la luz hay que a?adir el cabreo general, los gastos aplazados y el fr¨ªo de las madrugadas. Sin embargo a pesar de la leyenda negra, este mes tiene su punto como los tipos duros. A mi me cae bien por varias razones discretas, personales y cient¨ªficas que no pretendo demostrar. Y por esp¨ªritu de contradicci¨®n, claro. Para empezar me gusta porque no se parece nada a abril, cuando todo el mundo tiene que enamorarse por narices, ni a mayo, con tanta florecita y tanto cuento de hadas. Por otra parte no es tan rotundo como los ¨²ltimos meses del a?o en los que parece obligado hacer balance en cada art¨ªculo del peri¨®dico, ni tan tiquismiquis como los meses del medio con los que nunca sabes a qu¨¦ atenerte. Enero es un mes con m¨¢s d¨ªas que longanizas, cuesta arriba y sin afeitar. Un duro de manual, como Clint Eastwood. Nada de si me necesitas, silba, ni de la luna en el mar riela. En meses como ¨¦ste se forja el car¨¢cter. A d¨ªa 15 como hoy las cartas ya est¨¢n sobre la mesa y pintan bastos. Hay que curr¨¢rselo para llegar a fin de mes. No queda otra.
Ya s¨¦ que en esta ¨¦poca del a?o es f¨¢cil caer en la tentaci¨®n del desaliento. Pero no sirve de mucho ponerse como el replicante de Blade Runner a recitar bajo la lluvia el famoso di¨¢logo de la pel¨ªcula: Yo he visto cosas que vosotros no creer¨ªais jam¨¢s¡ Desaparecer hospitales y escuelas de la faz de la tierra como estrellas fugaces; he visto crecer aeropuertos fantasmas como antiguas estatuas levantadas por reyezuelos tiranos; he visto retroceder los derechos humanos y laborales conseguidos a lo largo de siglos de Historia hasta niveles del siglo XIX. He visto a pol¨ªticos corruptos indultados, a cient¨ªficos marginados, a multinacionales duplicando sus beneficios libres de impuestos, a j¨®venes desesperados, a un gobierno autocr¨¢tico que pretende elevar a rango penal cuestiones que pertenecen exclusivamente a la conciencia de las personas. Tendemos a creer que la civilizaci¨®n avanza siempre hacia el futuro, pero a veces retrocede a pasos agigantados hacia Trento. La oscuridad y la noche. Visto con la perspectiva de Google Earth el paisaje moral que nos rodea es un desierto de Marte. Vale.
Estos son los peores d¨ªas del a?o, como les dec¨ªa. Pero existe vida m¨¢s all¨¢ de las l¨¢grimas en la lluvia. Oigan que aqu¨ª hemos pasado por la gripe del a?o 18, que empez¨® tambi¨¦n en enero y se llev¨® por delate a 300.000 espa?oles de a pie. Comparado con eso, Gallard¨®n es pan comido. Y Rita Barber¨¢ ni les cuento.
Adem¨¢s a partir de ahora los amaneceres son m¨¢s largos y est¨¢ demostrado que se sue?a m¨¢s despierto. Hoy, sin ir mas lejos, hemos superado el martes y llegado al mi¨¦rcoles que no es poco. Seguir¨¢n las malas noticias, por supuesto, pero nos queda un a?o entero por delante para librar las batallas pendientes. Enero no es un mes apto para los mansos de coraz¨®n. Y hay unas cuantas cosas elementales que nadie deber¨ªa perderse: el caf¨¦ del desayuno, por ejemplo, la ultima pel¨ªcula de Sorrentino, los adagios, la primera temporada de la serie danesa The Killing, los juicios por corrupci¨®n, la novela con la que Carmen Amoraga acaba de ganar el Premio Nadal, el humor de Wyoming, la dimisi¨®n irrevocable del ministro de Interior, la cerveza Brooklyn lager que venden en mi barrio, los barcos que llegan a puerto, el mundo, las comas, los puntos y los par¨¦ntesis de la vida. Enero es el comienzo de otra pel¨ªcula. Cambiemos el rollo, por favor. Luces, c¨¢mara¡ Acci¨®n.
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