El Baskonia no resucita a tiempo
Un final trepidante no impide la derrota ante el Mil¨¢n que siempre fue por delante en el marcador
No entr¨® con buen pie al partido el Baskonia. O mejor habr¨ªa que decir, con buena mano porque la pelota le quemaba y se le escapaba como quien suelta un tenedor caliente. Hasta en tres ocasiones, dos consecutivas, y otra un poco mas tarde, se le escapaba de los dedos el bal¨®n y en otros casos,el pase era tan previsible que acababa en manos enemigas como quien entrega la cuchara.
Especialmente desafortunado estaba Poeta, pero era un mal general. Y mientras el Laboral Kutxa andaba discutiendo con aquella cosa redonda, botona y anaranjada, el Mil¨¢n, bien armado, s¨®lido, como de hormig¨®n armado, iba trazando su camino. Un camino feliz, porque empez¨® ganando y acabo ganando (81-76) y en ning¨²n momento fue perdiendo.
Jam¨¢s el Baskonia se le impuso en el marcador aunque fuera por unos segundos, como quien disfruta de un placer pasajero. Pero al menos le inquiet¨® en los minutos finales aunque solo fuera para demostrar que era mucho m¨¢s de lo que hab¨ªa parecido en un principio. El primer cuarto (26-18) dej¨® como noticia el desacierto en los triples baskonistas, las dos personales muy seguidas de Hackett, la figura italiana que sue?a con pasear sus rastas y su cinta roja por la NBA, y un churro de Moss, el otro rasta del equipo, cuando se acababa un tiempo de posesi¨®n. Fue su ¨²nico churro, porque todo lo dem¨¢s lo hizo bien, con m¨¢s arte que fortuna.
ARMANI MILAN, 81- LABORAL KUTXA, 76
?Armani Mil¨¢n, 81: Hackett (14), Gentile (10), Langford (16), Melli (2), Samuels (6) -quinteto inicial-, Jerrells (16), Moss (12), Lawal (4) y Cerella (0).
Laboral Kutxa, 76: Heurtel (6), San Emeterio (3), Jelinek (12), Nocioni (18), Pleiss (14) -quinteto inicial- Poeta (0), Mainoldi (0), Hamilton (12), Causeur (5)y Hanga (6).
?rbitros: Belosevic (Serbia), Gkontas (Grecia).
7.250 espectadores en el Mediolanum Forum
Las dos personales llevaron al banco a Hackett, que no apareci¨® en todo el segundo cuarto. Al Mil¨¢n le dio lo mismo, porque por all¨ª aparecieron los 185 cent¨ªmetros de Curtis Jarrells, un base fornido, con tanta movilidad como inteligencia. Una aparici¨®n estruendosa que dur¨® todo el partido. El base estadounidense pudo con todos y nadie pudo con ¨¦l. Por si acaso, Langford -otro cerebrito- le echaba una mano, o las dos si llegaba el caso.
Sin Hackett, el Armani Mil¨¢n rompi¨® al Baskonia con diferencias que se manten¨ªan en los 14 puntos de distancias. Hamilton minimiz¨® da?os, a base de sacar personales a los pivots del equipo italiano. Pero el fondo de armario era amplio. Melli y Samuels, Samuerls y Melli, con la ayuda del ex barcelonista Wallace, iban capeando el temporal. A¨²n as¨ª, los de Scariolo casi igualan el parcial de ese cuarto (22-20) dejando en 10 puntos la desventaja en el ecuador del partido.
El tercer periodo fue pobre, muy pobre (15-12), aunque los hombres dirigidos por Luca Banchi llegaron a disponer de diferencias de hasta 17 puntos que parec¨ªan darle al partido un tono mortuorio para el Baskonia. Jarrels segu¨ªa a lo suyo y la pelea en los aros era pura f¨ªsica con muchos kilos volando por los aires. Con Hamilton aun renqueante de los dolores que le hab¨ªan parado en las ¨²ltimas jornadas y Pleiss, con los efectos de una gastroenteritis, la pelea se hac¨ªa complicada.
Pero, quiz¨¢s se relaj¨® el Mil¨¢n o quiz¨¢s se encorajino el Baskonia y como por arte de magia fue podando la diferencia hasta encontrarse en las postrimer¨ªas del partido a cuatro puntos de distancia de un oponente que se hab¨ªa miniaturizado en unos minutos. Los milagros no se prodigan, pero en el baloncesto, si no los buscas no se producen. El Baskonia lo busc¨® pero hab¨ªa perdido demasiado tiempo y se esfum¨®. Fue una derrota con la honra como ¨²nico consuelo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.