Sin rumbo
Alicante carece de algo tan elemental como un modelo de negocio, de modo que cada uno va por su lado
Cada cierto tiempo, el hotelero alicantino se asoma a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos para formular una petici¨®n a las autoridades de la ciudad. Un d¨ªa, pide un paseo mar¨ªtimo que embellezca la entrada sur de Alicante, tan deteriorada. Otro, reclama ¡ªvuelve a reclamar¡ª un palacio de congresos que atraiga visitantes y llene los hoteles. Cuando no se le ocurre nada en particular, el hotelero alicantino exige cualquier cosa que sirva de reclamo a la ciudad. Para este profesional, el problema de Alicante es que carece de una referencia, de una marca, y as¨ª ¡ªdice¡ª no hay forma de seducir al visitante. Estas peticiones, ?no son las mismas que escuch¨¢bamos cinco, diez, quince, veinte a?os atr¨¢s? S¨ª, son las mismas porque el problema del turismo en Alicante es eterno y sigue sin soluci¨®n.
Hacen bien los hoteleros alicantinos en reclamar un palacio de congresos, un paseo mar¨ªtimo o cualquier otra cosa que embellezca la ciudad. Pero, no nos enga?emos: la principal necesidad de Alicante es disponer de un buen gobierno municipal. Sin un gobierno municipal que merezca ese nombre, no hay nada que hacer. Llevamos veinte a?os d¨¢ndole vueltas al palacio de congresos o al acceso sur de la ciudad porque, en todo ese tiempo, no hemos tenido un gobierno capaz. Basta examinar el mandato de Sonia Castedo para comprobar que al Ayuntamiento le ha interesado muy poco el futuro tur¨ªstico de la ciudad. Y hablamos de Sonia Castedo por no remontarnos a los a?os de Luis D¨ªaz y sus fantasiosos proyectos de soterrar Vallellano o urbanizar la Serra Grossa. ?No recuerdan los se?ores hoteleros esos planes, que entonces aplaud¨ªan con entusiasmo?
No dejamos de escuchar que Alicante es una ciudad tur¨ªstica, pero no vemos que se haga algo sustancioso para atraer al visitante ¡ªsalvo el viaje anual a Fitur, claro est¨¢. Cuando se han presentado oportunidades ¡ªpienso en La luz de las im¨¢genes o, mas recientemente, la llegada del AVE¡ª las hemos desaprovechado. Basta observar el trabajo de las ciudades que aspiran a vivir del turismo para apreciar la distancia que nos separa de ellas. El turismo es hoy una industria especializada, mientras nosotros continuamos instalados en la etapa artesanal. Cualquiera que consulte las p¨¢ginas de Alicante en una web oficial comprobar¨¢ cu¨¢l es su calidad. Pensamos, como en tiempo atr¨¢s, que el buen clima y la playa trabajar¨¢n para nosotros, o creemos que un palacio de congresos es suficiente para poner de moda la ciudad. Mientras, disponemos de una Universidad con estudios de Turismo y especialistas avanzados que no hemos sabido aprovechar. Nos falta ese punto de curiosidad intelectual indispensable para el progreso de una ciudad.
Culpar a las autoridades de nuestros problemas es f¨¢cil, aunque sea justo en ocasiones. Pero, los hoteleros deber¨ªan preguntarse qu¨¦ han hecho para lograr sus objetivos. En otras ciudades, trabajan codo con codo con los gobiernos municipales, elaboran planes conjuntos y obtienen resultados porque mantienen sus exigencias con firmeza. Aqu¨ª, sin embargo, no pasamos de unas acciones aisladas, de unas protestas vagas, inconsistentes, que apenas tienen efecto en la ciudad. Alicante no se ha planteado una acci¨®n empresarial para favorecer su turismo, no ha buscado un posicionamiento, una marca. En suma, Alicante carece de algo tan elemental como un modelo de negocio, de modo que cada uno va por su lado. Y as¨ª nos va.
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