Algo m¨¢s que un gesto

ETA, sin armas, ha dejado de ser una organizaci¨®n terrorista. Pero no ha cerrado el debate sobre su futuro porque entonces perder¨ªa el sitio que se resiste a perder. Bajo estas dos coordenadas deber¨ªa entenderse el medi¨¢tico anuncio que han realizado los verificadores, un grupo que sigue alimentando con r¨¦ditos evidentes ese intencionado prop¨®sito de la izquierda abertzale por internacionalizar el denominado conflicto vasco.

Supon¨ªa una absoluta quimera imaginarse que ETA podr¨ªa quitarse del medio mediante un desarme completo. Su estrat¨¦gica dosificaci¨®n del gesto, condicionada siempre por esa manida reticencia a desaparecer de la escena, se lo impide sin que le importe la incomprensi¨®n de una sociedad, hastiada de este prolongado desenlace.

Pero no puede negarse que se ha asistido a un gesto significativo. M¨¢s all¨¢ del simb¨®lico inventario que avala un compromiso, es significativo que este camino hacia el desarme completo no lleva impl¨ªcito ning¨²n condicionante, que prosigue por la senda de la unilateralidad en la que tambi¨¦n se instal¨® el anuncio de su renuncia a la violencia, en octubre de 2011.

Y ahora, ?qu¨¦? Interior tiene ya la confirmaci¨®n validada de que ETA no va a matar ni a extorsionar m¨¢s. Tiene as¨ª, si se lo permite su valent¨ªa y visi¨®n de Estado, una oportunidad de abrir siquiera m¨ªnimamente la mano -bastar¨ªa reabrir la v¨ªa Nanclares- aunque la proximidad de las elecciones europeas y la presi¨®n de Vox y UPyD le coartar¨¢n a buen seguro. Pero desde el otro lado los terroristas tambi¨¦n deber¨ªan comprometerse con el reconocimiento del da?o causado. Ese gesto, largamente deseado, s¨ª que es decisivo y no necesita de verificadores.