?pera otra vez
Les Arts se reabri¨® con una versi¨®n de 'L¡¯italiana in Algeri' grata para los tiempos que corren
Se reabri¨®, por fin, la ¨®pera valenciana, cerrada dos meses por el desprendimiento del trencad¨ªs que revest¨ªa la inmensa cubierta de acero. Ha sido este el ¨²ltimo de los problemas que vienen produci¨¦ndose en el edificio de Calatrava, y a¨²n est¨¢ por ver qu¨¦ soluci¨®n se acuerda para sustituir o reponer los 8000 metros cuadrados de mosaico blanco.
Por otro lado, al calor de lo que viene sucediendo en el continente, hay quien aprovecha la ocasi¨®n para cuestionar el contenido. Se confunden entonces los gastos de construcci¨®n, mantenimiento y reparaciones del Palau de les Arts con ¨Cpor ejemplo- los del coro y la orquesta que all¨ª funcionan. Tambi¨¦n se introducen en la mara?a, objet¨¢ndolos casi siempre, los nombres y los sueldos de directores de orquesta, m¨²sicos, gestores y personal de todo tipo, dejando de lado el tema de la calidad. Todo ello, generalmente, sin hacer p¨²blicas las cifras ni, mucho menos, la comparaci¨®n con el coste de las ¨®peras de Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao. Se agrega a las cr¨ªticas, muchas veces, un peculiar hincapi¨¦ en la nacionalidad id¨®nea para las alternativas: mejor si son espa?oles y, mejor todav¨ªa, valencianos.
Cada cual arrima el ascua a su sardina, y, sin negar la buena voluntad de muchos, otros tantos esperan sacar tajada de un derrumbe que no ser¨ªa s¨®lo de trencad¨ªs. Se olvida, por supuesto, que en esta ¨®pera se ha puesto en marcha la mejor orquesta de Espa?a, se olvida la acogida que est¨¢n teniendo fuera producciones propias como la Tetralog¨ªa wagneriana, Turandot, o las actuaciones de la propia orquesta, y se olvida tambi¨¦n que, llegados los recortes, se mantiene un nivel digno aunque, eso s¨ª, con muy pocos t¨ªtulos en cada temporada.
L¡¯italiana in Algeri
De G. Rossini. Solistas: Burak Bilgili, Silvia Tro, Antonio Siragusa, Anabel P¨¦rez, Giulio Mastrototaro, Cristina Alunno y Germ¨¢n Olvera. Coro y Orquesta de la Comunidad Valenciana. Director: Ottavio Dantone. Palau de les Arts, Valencia, 23 de febrero de 2014.
Sin embargo, y a pesar de los aciertos, escasean las simpat¨ªas que despierta, y hay en ello una extra?a coincidencia entre posicionamientos pol¨ªticos muy distintos. Se dir¨ªa, incluso, que los dardos m¨¢s afilados vienen con mayor frecuencia desde sectores muy tradicionales dentro del mundillo cultural y musical, que est¨¢n irritados al no haber conseguido su parcelita de poder en la instituci¨®n, o que quisieran para otros entes (tambi¨¦n culturales) el dinero que ahora se lleva la ¨®pera. Como es l¨®gico, aprovechan los m¨²ltiples motivos que Calatrava les proporciona y van conformando la opini¨®n p¨²blica con cargas, de momento suaves, pero bien planificadas.
Bien planificada est¨¢, precisamente, la ¨®pera de Rossini con que se retom¨® la programaci¨®n de Les Arts, La italiana en Argel, a la que no lo falta ni le sobra una nota. La coproducci¨®n es del Teatro Real, Maggio Musicale Fiorentino, Houston Grand Opera y Grand Theatre de Bourdeaux, con direcci¨®n de escena a cargo de Joan Font, del grupo teatral Comediants. La econom¨ªa de medios, que, dada la coyuntura, se est¨¢ convirtiendo ya en un signo de los tiempos, estuvo acompa?ada de un brillante colorido, un vestuario sugestivo que, adem¨¢s, no contradec¨ªa el libreto (cosa rara), y una escenograf¨ªa polivalente que, con poco dispendio, convert¨ªa un ba?o de palacio oriental en una sala del trono, o en muelle junto al mar con luna incluida.
A destacar, no s¨®lo en lo esc¨¦nico, sino en lo musical, el tr¨ªo de Mustaf¨¢, Lindoro y Taddei (escena novena del segundo acto), que hizo re¨ªr y aplaudir mucho al p¨²blico. Tambi¨¦n estuvo lograda la comicidad en la ¡°patri¨®tica¡± (y muy dif¨ªcil, por cierto) intervenci¨®n de Isabella (Amici, in ogni evento m¡¯affido a voi), con el fondo de una enorme botella de Chianti y unos globitos con la forma de Italia. Gust¨® asimismo, en este pa¨ªs de palios, el palio improvisado para el bey, hecho con una mesa de mantel a cuadritos. Pero no se trataba aqu¨ª de escandalizar a nadie: Joan Font pareci¨® conectar sencillamente con el esp¨ªritu de las ¨®peras c¨®micas de Rossini, y lo tradujo con alegr¨ªa sin buscarle significados ocultos.
Las voces se fueron creciendo a medida que avanzaba la representaci¨®n. As¨ª, el Mustaf¨¢ de Burak Bilgili (que comparte el papel, en otras fechas, con Sim¨®n Orfila y Ricardo Seguel) pareci¨® al principio una voz excesivamente pesada para el papel. Pero calentando motores pudo, luego -quiz¨¢ de forma algo ruda- con las agilidades. Silvia Tro se enfrent¨® a una partitura que, en tiempos de Rossini, ten¨ªa abundantes servidoras en la vertiente de contraltos-coloratura. Hoy en d¨ªa este tipo de voz anda bastante desaparecido, y lidian con ella las mezzosopranos de agilidad que se atreven, pero encuentran, l¨®gicamente, dificultades en la franja m¨¢s grave, que se unen a la complicada ornamentaci¨®n.
En cualquier caso, la mezzo valenciana desempe?¨® su papel con ganas y buena escuela. Algo desigual result¨® el Lindoro de Antonio Siragusa, de voz luminosa aunque tirante en la zona superior. De repente, sin embargo, daba en el clavo con uno de esos agudos brillantes que conquistan al respetable. Anabel P¨¦rez, Cristina Alunno y Germ¨¢n Olvera defendieron con su actuaci¨®n la labor del Centro de Perfeccionamiento Pl¨¢cido Domingo. Giulio Mastrotaro result¨® un Taddeo eficiente y cre¨ªble, no s¨®lo como solista, sino tambi¨¦n en los n¨²meros de conjunto. Fue en ellos donde Ottavio Dantone, a la batuta, perdi¨® m¨¢s veces la comba, aunque la recuperaba r¨¢pido y casi no se notaba. Dirigi¨® con chispa, pero no acab¨® de dibujar bien, cuando se le puso delante, la brava y suave progresi¨®n del crescendo rossiniano.
En definitiva: una versi¨®n grata para los tiempos que corren. No perfecta, desde luego. La perfecci¨®n cuesta m¨¢s dinero.
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