Picasso, a ojos de Jacqueline
Un libro sobre la ¨²ltima mujer del pintor afirma que don¨® 61 obras a Espa?a en 1986
En junio de 1982 Jacqueline Picasso (1927-1986) dej¨® boquiabiertos a todos los que acudieron a inaugurar una exposici¨®n en el Museo Picasso de Barcelona. Cuando el alcalde Narc¨ªs Serra tom¨® la palabra, la ¨²ltima mujer de Picasso lo interrumpi¨® para decir que donaba a la ciudad de Barcelona 52 cer¨¢micas realizadas por el pintor malague?o. Fue una prueba de su generosidad que tuvo su momento culminante poco antes de morir en 1986 ¡ªtras pegarse un tiro en la sien en su castillo de Notre-Dame-de-Vie¡ª, cuando don¨® 61 cuadros que se expon¨ªan en el Museo de Arte Contempor¨¢neo (MEAC) de Madrid a Espa?a. Eso es lo que sigue manteniendo Pepita Dupont, amiga ¨ªntima de Jacqueline durante los tres ¨²ltimos a?os de su vida.
Lo asegura en La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso (Elba), un libro que sale hoy a la venta en castellano tras publicarse en franc¨¦s en 2008, levantando una fuerte pol¨¦mica entre los herederos del pintor que no dudaron en presentar hasta cuatro querellas. Y lo volvi¨® a ratificar ayer en la presentaci¨®n del libro en Barcelona.
Dupont explic¨® que: ¡°Como hac¨ªa siempre que efectuaba una donaci¨®n, Jacqueline me llam¨® y me dijo que hab¨ªa elegido con Aurelio Torrente, director del museo, las 61 obras que se expondr¨ªan en Madrid y que ya no volver¨ªan a Francia. Lo sab¨ªa Torrente, que hab¨ªa hablado con el presidente Mitterrand, con su hija, Catherine Hutin, con el abogado de Picasso, Roland Dumas, que tambi¨¦n me lo confirm¨® y con el abogado espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Armero¡±. Dupont no entiende por qu¨¦ Espa?a no pele¨® m¨¢s por estas pinturas. ¡°Quiz¨¢ hay intereses pol¨ªticos que se me escapan¡±, asegur¨® tras reconocer que no ha podido hablar con Felipe Gonz¨¢lez sobre las posibles presiones francesas para olvidar el tema.
La inexistencia probada del documento hizo que las obras volvieran a Francia. Para colmo, el Estado espa?ol tuvo que pagar por la venta de las publicaciones editadas para la exposici¨®n 30 millones de pesetas en concepto de derechos de autor. ¡°Es un milagro que el libro salga en espa?ol, porque todas las cosas referidas a Picasso est¨¢n muy controladas por la familia¡±. De hecho, asegur¨®, el libro no se vende en el Museo Picasso de Par¨ªs. ¡°Lo volver¨ªa a escribir igual¡±, explic¨® esta periodista que durante 36 a?os ha trabajado para el semanario Paris Match.
Dupont, lejos de los libros escritos por los descendientes de Picasso en los que el pintor no sale bien parado, retrata un ¡°artista tierno y nada cruel¡±, y asegura que: ¡°Como periodista he verificado lo que he escrito, refutando las obras que lo mostraban como un monstruo o un eg¨®latra¡±. ¡°He escrito una historia de amor de 20 a?os entre Picasso y Jacqueline, en la que queda claro que los cuadros nunca fueron para ellos una fuente de negocios, era algo diferente, una manera de vivir y de compartir con los otros¡±, explica.
E insiste: ¡°Jacqueline hizo testamento, lo vi y el artista Gast¨®n Orellana, tambi¨¦n¡±. Esta afirmaci¨®n le ha costado caro, ya que Catherine Hutin (la ¨²nica hija de Jacqueline) denunci¨® su libro por difamaci¨®n, por entenderse que ella lo hab¨ªa hecho desaparecer. Lo raro, asegura Dupont, es que la ausencia de testamento de Picasso ¡ª¡°Me morir¨ªa al d¨ªa siguiente si lo hago¡±, le dijo al cr¨ªtico John Richarson¡ª no impidi¨® que se hiciera efectiva la donaci¨®n de su colecci¨®n particular al Louvre.
La autora, que no omite el alcoholismo final de Jacqueline ni su debilidad psicol¨®gica, se pone seria cuando recuerda su suicidio: ¡°Hab¨ªamos hablado del tema. Me prometi¨® que no lo har¨ªa, fue la ¨²nica vez que me minti¨®¡±. La periodista remacha sus cr¨ªticas a los intereses econ¨®micos de los herederos del pintor con una an¨¦cdota: ¡°No han tenido reparos en dar el nombre de Picasso a un coche, cuando ¨¦l no tuvo ning¨²n inter¨¦s de saber conducir¡±.
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