Fabra, el presidente de los 16 asesores

Cuando Alberto Fabra tom¨® las riendas de la Generalitat en julio de 2011 se encaram¨® a la tribuna con una idea. Austeridad. El dimitido Francisco Camps se hab¨ªa despedido con una herencia de privatizaciones y recortes de 1.150 millones de euros. El hedor de la red corrupta de Francisco Correa planeaba sobre una Administraci¨®n esquilmada. Los cajones rebosaban de facturas. El paro galopaba por encima de la media estatal. Y una deuda de 17.600 millones atenazaba las cuentas.

G¨¦nova se fij¨® entonces en Fabra para imprimir un cambio de rumbo. Y el exalcalde de Castell¨®n correspondi¨® a Madrid con un plan para construirse una imagen de sobriedad. Se alej¨® de la pirotecnia de los grandes eventos de su antecesor, cuya factura sumaba ya 5.225 millones, seg¨²n el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE). Retir¨® las tarjetas de cr¨¦dito. Aire¨® que viajaba en l¨ªneas a¨¦reas low cost. Y limit¨® a 20 euros las comidas de altos cargos.

Su proyecto de austeridad arroja alguna zona de sombra m¨¢s de dos a?os y medio despu¨¦s. La tijera de Fabra no alcanza a su n¨²cleo duro. El presidente destina al a?o 772.806 euros a 16 asesores y dos secretarias. Y su personal de confianza eventual (elegido a dedo) supera en un 40% al de su antecesor. El gasto en consultores ¨¢ulicos equivale al dinero que adeudaba en diciembre la Generalitat al colegio La Uni¨®n de Torrent, que atiende a discapacitados.

Fabra dispon¨ªa el pasado a?o de una secretaria particular ¡ª48.570 euros brutos al a?o¡ª y otra adjunta, 43.632. Y un estrecho c¨ªrculo de 16 asesores donde predominaban los mejor pagados. La mitad percibe al a?o 46.650 euros. Tres, 43.632. Otros tantos, 39.442. Y dos, 29.115.

El gabinete del presidente se completa con otros 16 empleados. Y un equipo que vela por mantener impoluta la imagen p¨²blica del jefe. Incluye a 21 periodistas, un fot¨®grafo, dos operadores de c¨¢mara, un publicista, un jefe de equipo y un especialista de protocolo.

¡°Los partidos son agencias de colocaci¨®n m¨¢s que m¨¢quinas para agregar sue?os colectivos¡±, argumenta V¨ªctor Lapuente, doctor en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad de Oxford. El soci¨®logo Ignacio Urquizu, de la Complutense de Madrid, a?ade: ¡°No se puede predicar austeridad y derrochar el dinero de los ciudadanos¡±. Y el CEO de la consultora Redlines, C¨¦sar Calder¨®n, tampoco ve ¡°excesivamente coherente¡± la n¨®mina de consultores del presidente valenciano.

Bajo el puesto de asesor, la Generalitat contrat¨® a dedo el pasado abril al cocinero privado Eugenio Ram¨®n L. Tiene un sueldo de 29.115 euros al a?o. Y la Administraci¨®n costea con unos 400 euros su vestuario. Eugenio Ram¨®n se encarga del comedor del Palau y de velar por las existencias de la bodega.

El personal del presidente se completa con tres conductores que cuestan al a?o 103.931 euros. 34.643 euros por ch¨®fer. Y disparan el coste de los trabajadores eventuales a 876.737 euros. Una cifra que coincide con la partida anunciada por la Generalitat para formar a m¨¢s de 21.000 empleados de la administraci¨®n en ingl¨¦s y valenciano.

Apenas nueve minutos a pie separan el domicilio en Valencia del expresidente Francisco Camps del Palacio de Santa B¨¢rbara, donde se levanta el Consell Jur¨ªdic Consultiu (CJC). El pol¨ªtico recorre algunos d¨ªas esta ruta en coche oficial. El conductor que le recoge cobra 34.643 euros al a?o y su secretaria, Susana F., percibe lo mismo que la hom¨®loga de Fabra, 48.570 euros. La seguridad, el veh¨ªculo y los honorarios de Camps en el CJC (60.000), donde ingres¨® tras abandonar el Consell, superan los 200.000 euros al a?o.

¡°Se trata de forma injusta a los pol¨ªticos. Los expresidentes deber¨ªan tener reconocimiento p¨²blico. Pero las cifras y el tratamiento de Camps son exagerados¡±, indica el profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense Ignacio Urquizu.

Camps es el ¨²nico exmandatario que se acogi¨® al estatuto para antiguos inquilinos de la Generalitat aprobado por su antecesor, Eduardo Zaplana. Eso s¨ª, el pol¨ªtico que dimiti¨® por su vinculaci¨®n con la trama corrupta G¨¹rtel carece de asesores.