Orejas generosas para Escribano y Fandi?o
El Cid fue cogido por el cuarto de la tarde y sufri¨® una herida en un dedo
Solo uno de los seis toros que saltaron al ruedo tuvo fuelle hasta el final: el tercero. No fue nadie en varas, por donde pas¨® sin pena ni gloria, pero tuvo buen aire en la muleta. Iv¨¢n Fandi?o abri¨® la faena en el platillo, por estatuarios, una trincherilla, uno del desprecio con la izquierda y el de pecho como cierre. Bonito principio. Luminoso. Por derechazos tir¨® bien del toro, que respondi¨® amable y generoso. Una primera serie con la izquierda mantuvo el buen tono que llevaba la faena, pero lo que sigui¨® ya no fue lo mismo. Se pas¨® cerca al toro, pero sin limpieza.
Ech¨® Fandi?o por el camino de las cercan¨ªas y ah¨ª se estanc¨® la faena. El toro pareci¨® un poco ahogado y el torero se atasc¨® de ideas. El corolario final lo puso por bernardinas, cambiando de lado en cada embestida. Una buena estocada acab¨® con el buen jandilla.
Los otros cinco toros no rompieron. Tampoco ninguno, excepto el quinto que se emple¨® algo en el primer puyazo, hizo m¨¦ritos en el caballo. Ni un m¨¦rito ni medio. Cada entrada se liquidaba con una vara virtual, se?alada. Se dej¨® el toro que abri¨® plaza, bien picado por Juan Bernal, mientras que el resto salieron de la suerte igual que entraron. De clase anduvieron ayunos, aunque fueran y vinieran a la muleta sin plantear condiciones, como el segundo, que al igual que el tercero fue el que m¨¢s dur¨® en la muleta.
VEGAHERMOSA, JANDILLA / EL CID, ESCRIBANO, FANDI?O
Dos toros de Vegahermosa ¨C 1? y 5?- y cuatro de Jandilla, el 6? lidiado como sobrero. Correctos de presentaci¨®n. Discretos en varas. Sin clase y venidos a menos. El mejor, el 3?.
El Cid. Dos pinchazos ¨Caviso-, media y descabello (silencio); pinchazo y estocada (vuelta al ruedo).
Manuel Escribano. Bajonazo trasero perdiendo muleta (oreja); pinchazo y metisaca (silencio).
Iv¨¢n Fandi?o. Pinchazo y buena estocada ¨Caviso- (oreja); dos pibnchazos y casi entera (palmas).
Plaza de Valencia, 14 de marzo. 6? de Fallas. Media entrada. El Cid fue asistido en la enfermer¨ªa de una herida contusa en el dedo medio de la mano derecha, que necesit¨® de dos puntos de sutura y pendiente de estudio radiol¨®gico por si tuviera una falange fracturada.
Manuel Escribano recibi¨® a sus dos toros de rodillas a porta-gayola. Al segundo con un farol y al quinto con una larga cambiada. Mal picado el segundo, Fandi?o y el propio Escribano salieron a quitar. Fandi?o por saltilleras y Escribano por caleserinas. Banderille¨® Escribano, con dos pares muy normalitos y un tercero con cite sentado en el estribo y al cambio. Volvi¨® a hincar las rodillas para abrir la faena de tal guisa por derechazos, sin probaturas previas. Le salieron limpios y volc¨® de su lado el favor de la gente. Idas y venidas del toro, casi sin ton ni son, y empe?o del torero en cada muletazo que acompa?aba el viaje sin necesidad de imponer autoridad. Reposado Escribano, pero sin brillo. Mat¨® de un feo bajonazo y echando la muleta. Le pidieron la oreja y el presidente la concedi¨® tan campante.
El quinto se par¨® apenas Escribano tom¨® la muleta. A vueltas con el toro y tras alguna prueba en falso, decidi¨® que lo mejor era acabar cuanto antes. A este quinto tambi¨¦n le puso tres pares de banderillas, los dos primeros a exagerado toro pasado y el tercero al viol¨ªn, poco ajustado tambi¨¦n.
El Cid sorte¨® una colada en el periodo de pruebas del toro que abri¨® la corrida y nunca m¨¢s confi¨® en ¨¦l. Un ensayo de poca confianza, como en el resto de trasteo, que apenas tuvo quietud. El de Vegahermosa, adem¨¢s de carecer de atisbo de clase, se march¨® en busca de terrenos de toriles y all¨ª esper¨®. El cuarto pareci¨® tener cierto partido de inicio, pero result¨® un espejismo. El Cid, m¨¢s dispuesto, se enrabiet¨® en los primeros muletazos. En un intento al natural el toro se le col¨®, hizo por ¨¦l y lo cogi¨® de muy mala manera. Hasta por tres veces lo recogi¨® de la arena y por tres veces lo despidi¨®. La impresi¨®n de llevar cornada no se confirm¨®, afortunadamente. A partir de ah¨ª el toro desarroll¨® cierto peligro, quedado y mir¨®n, ante un Cid que sac¨® amor propio pero que nada m¨¢s pudo hacer.
Cerr¨® la corrida un sobrero de Jandilla, devuelto el titular de escaso trap¨ªo y cojo. Fandi?o volvi¨® a destapar la faena en el centro del ruedo. Esta vez con muletazos por alto, un cambiado por la espalda y uno final del desprecio. Otro buen comienzo. Aprovech¨® el buen aire inicial del toro para tra¨¦rselo de lejos. Cogi¨® la velocidad del toro y por la derecha aquello funcion¨®. No as¨ª por el lazo izquierdo, por donde el toro empez¨® a poner pegas. Tantas ya, que se par¨® y los pases se quedaban a mitad. Voce¨® Fandi?o en los molinetes finales, pero la espada no se ali¨® esta vez con el torero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.