El ¡®caso Emarsa¡¯ o la corrupci¨®n perif¨¦rica

La depuradora ubicada en la pedan¨ªa valenciana de Pinedo est¨¢ sobre una parcela maloliente, encajonada entre el nuevo cauce del Turia, la autopista de El Saler y unos jirones de huerta que la zona de actividades log¨ªsticas (ZAL) del Puerto de Valencia despreci¨®. Desde all¨ª un grupo reducido de personajes pol¨ªticos de segundo orden ¡ªel imputado de mayor rango es el exalcalde de Manises y exvicepresidente de la Diputaci¨®n de Valencia Enrique Crespo¡ª montaron, supuestamente, un sistema para saquear los fondos p¨²blicos de una de las mayores depuradoras de Europa. Ni el Ayuntamiento de Valencia, ni la Generalitat, que deb¨ªan supervisar la gesti¨®n, alertaron de la situaci¨®n.

El magistrado Vicente R¨ªos, que instruye el caso Emarsa (el nombre de la empresa p¨²blica que gestionaba la planta metropolitana), ha imputado a 40 personas por participar en el saqueo de no menos de 25 millones de euros. La t¨¦cnica para desviar dinero fue muy similar a la utilizada en Terra M¨ªtica, la visita del Papa, las ayudas a la cooperaci¨®n y otros esc¨¢ndalos. Es decir, se factur¨® por servicios no prestados o con sobrecostes no justificados. Y para ganarse la confianza del entorno se hicieron regalos y favores (Emarsa pas¨® de 67 a 103 empleados en un lustro).

Como en la mayor¨ªa de los esc¨¢ndalos, la Sindicatura de Comptes advirti¨® de la existencia de irregularidades en las contrataciones. Y tambi¨¦n en como otros muchos casos, los dirigentes del PP se escudaron en que la Sindicatura hab¨ªa inspeccionado las cuentas sin hallar indicios de responsabilidad penal. El resultado fue que, en vez de investigar las irregularidades, el PP las ignor¨® y tradujo las auditor¨ªas, de manera torticera, como un aprobado a la gesti¨®n. Ello permiti¨® al exgerente de Emarsa, Esteban Cuesta, un alcalde ped¨¢neo de Rita Barber¨¢ en Benim¨¤met cuya esposa lleg¨® a trabajar de ni?era en casa de Francisco Camps, seguir contratando el tratamiento de los lodos de la depuradora a 42 euros la tonelada, mientras los intermediarios subcontrataban la tonelada a 18 euros. El beneficio permiti¨® sobresueldos de hasta 10.000 euros mensuales y gastos de imposible justificaci¨®n.

Ninguno de los consejeros de Obras P¨²blicas responsables de supervisar la depuradora, a trav¨¦s de Epsar (otra empresa p¨²blica), puso objeciones al funcionamiento de Emarsa hasta que esta quebr¨® en 2010 dejando un pufo de 17 millones de euros. Ni el fallecido Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Ant¨®n, ni Juan Cotino ni Maritina Hern¨¢ndez. El resultado de la gesti¨®n sigue hoy en los tribunales, pero las consecuencias las pagan desde 2013 los ciudadanos que han visto aumentar entre un 10% y un 21% el canon de saneamiento en la factura del agua. Para que luego digan que la corrupci¨®n no pasa factura.