¡®Guerreros¡¯ contra las listas de espera
Vecinos y activistas informan y acompa?an a los pacientes para reclamar ante hospitales y el SCS 79.376 personas aguardan a ser operadas
Miles de personas esperan en estos momentos una llamada de su hospital para operarse. Algunos salieron de la ¨²ltima visita sabiendo que necesitan una operaci¨®n, pero sin hora para entrar en quir¨®fano. Otros aguardan que les llamen para ir a ver al especialista. En esa espera, a veces angustiosa, los enfermos est¨¢n menos solos que antes. Peque?os grupos de activistas ¡ªvecinos, militantes, jubilados¡ª se sit¨²an cada semana en la puerta de grandes hospitales catalanes para asesorar a los pacientes y ayudarles a presentar quejas. Todos coinciden: protestar funciona. Son los guerreros de las listas de espera. El movimiento se ha extendido a los hospitales de Reus, Bellvitge, Terrassa o Badalona, entre otros.
La sanidad catalana est¨¢ en m¨ªnimos. Nadie discute que los recortes han provocado un espectacular aumento de las listas de espera. Solo en el primer a?o (2011), el n¨²mero de personas en lista de espera creci¨® un 43%. Las listas crecieron en 8.039 personas en el primer semestre de 2013, ¨²ltimo para el que hay datos. Solo para las 14 intervenciones monitorizadas por la Generalitat, esperaban en junio un total de 79.376 personas. El departamento de Salud mantiene que el tiempo de espera medio para estas operaciones no supera los seis meses, que es el periodo m¨¢ximo garantizado por la Generalitat. El problema es que muchos creen que estos datos no reflejan la realidad.
¡°La realidad est¨¢ en la puerta de los hospitales¡±, asegura Teo Mayayo, m¨¦dico y miembro del grupo de trabajo en defensa de la sanidad p¨²blica de Tarragona, en el que trabajan juntos la CUP, sindicatos como CATAC y la CGT y multitud de ciudadanos. En Tarragona es donde m¨¢s repercusi¨®n tiene una de las campa?as en marcha para denunciar la situaci¨®n de las listas de espera. El?No marxis sense hora, hi tens tot el dret! (No te vayas sin hora, tienes todo el derecho!) que ha puesto en marcha la CUP. ¡°Lo que queremos poner en evidencia es que las listas de espera que da el Departamento no son reales y empoderar a la gente para que act¨²e¡±, explica David Vidal, concejal de la CUP en Reus.
¡°Hemos tramitado
Lo que mantienen las entidades es que las listas est¨¢n ¡°maquilladas¡± y que detr¨¢s est¨¢ el ¡°ya le llamaremos¡± entonado por la Administraci¨®n. En ocasiones, los pacientes esperan durante meses para poder ver al especialista. Varios m¨¦dicos de un hospital de Barcelona reconocen haber pasado periodos de varios meses sin poder visitar a los pacientes que les derivaban del ambulatorio porque hab¨ªa otras prioridades. A la cr¨ªtica de que las listas est¨¢n manipuladas, Salud replica que los resultados que ofrece son los que le transmiten los diferentes hospitales.
Los activistas denuncian que cuando los pacientes entran en la lista llevan ya meses esperando. ¡°No sabemos c¨®mo se est¨¢n gestionando las listas ni cu¨¢ndo se incluye a los pacientes en ellas¡±, denuncia Marian Trachta, de la Plataforma de Afectadas por los Recortes Sanitarios (PARS). Uno de los objetivos de la campa?a es informar a los pacientes de que, si le mandan a casa sin hora, pueden pedir un justificante en el centro u hospital donde se comprometan a darles cita en una semana. ¡°Si no te lo dan, tienes derecho a no abandonar la cola de citaciones donde te atienden¡±, informa la plataforma CanRutiDiuProu.
La espera del ¡°Ya le llamaremos¡± la conoce muy bien Felipe Alba, de 66 a?os. Alba es uno de los activistas que, bajo el paraguas de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de L¡¯Hospitalet, se re¨²ne cada mi¨¦rcoles a la entrada del hospital de Bellvitge para denunciar el ¡°desmantelamiento¡± de la sanidad p¨²blica. Los vecinos manejan cinco modelos de documento para protestar por el retraso en las listas de espera, dirigidos al gerente del centro, al director del Servicio Catal¨¢n de la Salut (CatSalut) y al S¨ªndic de Greuges.
¡°Queremos poner en
Los modelos los elaboraron los responsables de la Iniciativa Penal Popular, que aglutina a una veintena de asociaciones de la sociedad civil y surgi¨® para intentar encausar a las autoridades sanitarias por ¡°denegaci¨®n del derecho a la asistencia¡±. El intento no prosper¨®, pero los modelos de protestas siguen circulando para denunciar una ¡°espera excesiva¡± para intervenciones, pruebas, hospitalizaci¨®n, visita o traslado a otro servicio. ¡°Hemos tramitado unas 25 quejas y alrededor de 20 se han solucionado muy pronto¡±, afirma Miguel Masergas, uno de los vecinos, a las puertas del hospital.
Alba sufre una dolencia card¨ªaca y espera una intervenci¨®n de la v¨¢lvula aorta. ¡°Firm¨¦ el consentimiento para la operaci¨®n el 9 de agosto¡±, explicaba el hombre el pasado mi¨¦rcoles mientras repart¨ªa panfletos. ¡°Pero todav¨ªa no me han llamado. Me han dicho que hasta finales de este a?o nada¡±. Cansado de esperar y preocupado por su salud, Alba utiliz¨® los documentos de la plataforma para presentar una reclamaci¨®n. ¡°Me canso mucho y me asfixio. Si hace falta vengo, me tumbo aqu¨ª en el suelo y no me voy hasta que me den una fecha¡±, dec¨ªa. El hospital le llam¨® el viernes. ¡°Est¨¢ claro que me han llamado al ver la denuncia¡±.
El problema, que admiten los propios activistas, es que estos peque?os ¨¦xitos dejan siempre una pregunta en el aire. ¡°?A qui¨¦n han desplazado de la lista para atenderme?¡±. Por ello, tienen un sentimiento agridulce. ¡°El que se queja y ejerce presi¨®n, recibe la atenci¨®n que reclama. Pero el problema es que se queja muy poca gente¡±, dice Trachta. ¡°Si las quejas fueran generalizadas, el tema estallar¨ªa y entonces quiz¨¢s tendr¨ªan que hacer algo¡±. El departamento de Salud niega que esto sea as¨ª. ¡°Las listas tiene unos procedimientos concretos marcados por unas prioridades cl¨ªnicas¡±, afirm¨® ayer una portavoz. Cuando los centros llaman a los pacientes, no mencionan nunca la queja. ¡°Les llaman como si no hubi¨¦semos hecho nada¡±, explica Mata Carrera, una m¨¦dico jubilada de Bellvitge que ha decidido defender la sanidad p¨²blica, ahora como activista. ¡°Toda la vida he trabajado en este hospital. S¨¦ c¨®mo funciona. As¨ª que he decidido hacer algo¡±.
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