¡°No entr¨¢is. Mi jefe no quiere mezclar los ambientes¡±
Condenado un portero por impedir el acceso de dos transexuales a una discoteca de Barcelona El juez inhabilita al acusado durante un a?o y le exige que indemnice a las v¨ªctimas
Tina y Zamara estaban haciendo cola para entrar a Get Back, una discoteca del centro de Barcelona. Eran las dos de la ma?ana y un grupo de amigos ya les esperaba dentro. Al llegar a la puerta, el vigilante las apart¨®. El aforo, que estaba completo. A Zam, como le llaman los amigos, le choc¨® que a otras personas, m¨¢s atrasadas en la fila, s¨ª se les permitiera acceder al local. Pidi¨® explicaciones. ¡°No entr¨¢is. Mi jefe no quiere mezclar ambientes¡±, les dijo Fernando, el portero, en alusi¨®n a su condici¨®n de transexuales (Zam, masculino; Tina, femenina).
Un juzgado de Barcelona ha condenado ahora a Fernando por un delito contra los derechos fundamentales y las libertades p¨²blicas. La sentencia, subrayan fuentes judiciales, es pionera: aplica un art¨ªculo del C¨®digo Penal que castiga a los profesionales que niegan a una persona un servicio ¡°por raz¨®n de su ideolog¨ªa, religi¨®n o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o naci¨®n; su sexo, orientaci¨®n sexual, situaci¨®n familiar, enfermedad o minusval¨ªa¡±.
Fernando no podr¨¢ trabajar, durante un a?o, como controlador de accesos en ninguna sala de baile. Y deber¨¢ indemnizar a cada uno de las afectados con 300 euros ¡°en concepto de da?os morales¡±: al no poder entrar en la discoteca, recoge la sentencia, Tina y Zamara ¡°sufrieron crisis de ansiedad, angustia e impotencia¡±. La discoteca ¡ªhoy cerrada¡ª responde, adem¨¢s, como responsable civil. La fiscal¨ªa de delitos de odio y discriminaci¨®n de Barcelona tambi¨¦n dirig¨ªa su acusaci¨®n contra el jefe del portero, J. A. La sentencia, sin embargo, cree que no particip¨® en los hechos y le absuelve del mismo delito.
El incidente ocurri¨® la madrugada del 30 de octubre de 2011, en el n¨²mero 242 de la calle de Aribau. Aunque no figuran como hechos probados en la sentencia, los testimonios de las dos afectadas son elocuentes. Seg¨²n Zamara, cuando pregunt¨® por qu¨¦ no pod¨ªan entrar, otro portero ¡ªque no ha podido ser identificado¡ª le ¡°golpe¨® en el pecho¡± y a?adi¨®: ¡°Estos maricones no van a entrar¡±. El portero le dijo que ¨¦l pod¨ªa entrar, no as¨ª sus amigas, que ¡°se pusieron a llorar¡±. Eso mismo declar¨® en el juicio Tina, que trabaja en el servicio de atenci¨®n al cliente de una empresa p¨²blica. ¡°Me sent¨ª maltratada y me puse a llorar¡±, explic¨® Tina, que desde entonces lo pasa mal cuando tiene que acceder a locales p¨²blicos.
Zamara, m¨¢s combativo, explic¨® al portero que preside una asociaci¨®n de transexuales y ¡°quiso tomar fotograf¨ªas, pero no le dejaron¡±, seg¨²n su declaraci¨®n. Los vigilantes, a?adi¨®, les llamaron ¡°travolos¡±. Al d¨ªa siguiente, dijo, tambi¨¦n sufri¨® ataques de ansiedad. Una amiga de ambos que estaba dentro de Get Back, P¨ªa, declar¨® como testigo. Cuando fue a pedir explicaciones a los porteros, reiteraron: ¡°Aqu¨ª no se mezclan los ambientes¡±.
Los transexuales denunciaron el caso ante los Mossos d¡¯Esquadra. En su declaraci¨®n como acusado, Fernando ¡ªque trabajaba en la sala desde 1983¡ª insisti¨® en que hab¨ªa ¡°aforo limitado¡± y que en el primer grupo que hab¨ªa entrado en la sala ¡°hab¨ªa tambi¨¦n transexuales¡±. ¡°Soy padre de una chica transexual y no tengo prejuicios¡±. ¡°No pas¨® nada, nadie grit¨®¡±, reiter¨® el jefe.
La sentencia subraya que, en estos casos, ¡°la problem¨¢tica surge¡± cuando ¡°se coloca a una persona que decide qui¨¦n tiene acceso y qui¨¦n no¡± al local, y por qu¨¦ razones. La juez da cr¨¦dito al relato de las v¨ªctimas (veros¨ªmil, persistente) y cree que la expresi¨®n sobre ¡°mezclar ambientes¡± es una ¡°clara alusi¨®n¡± a la condici¨®n de transexual. El hecho de que el portero sea padre de una transexual no tiene relevancia. ¡°No se enjuicia aqu¨ª la vida de una persona, sino una acci¨®n concreta¡±.
¡°Es una sentencia important¨ªsima, pone las cosas en su sitio¡±, opina Eugeni Rodr¨ªguez, portavoz del Frente de Liberaci¨®n Gay de Catalu?a. ¡°En Barcelona pasa mucho: hay discriminaci¨®n a las puertas de locales p¨²blicos. El mal llamado derecho de admisi¨®n nunca puede ir contra los derechos fundamentales¡±, agrega.
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