Crimea, Escocia, Catalu?a, Euskadi
"No todas las regiones europeas han sufrido igual la crisis y lo que muchas han pedido es que se trate distinto a los diferentes. ?Tan dif¨ªcil es entender que Escocia, Catalu?a, Euskadi planteen algo similar?"
Lo que ha ocurrido en Crimea ha sido impactante. Una poblaci¨®n que vota mayoritariamente formar parte de Rusia cuando pertenece a Ucrania, pa¨ªs que desea acercarse a la Uni¨®n Europea, no ocurre todos los d¨ªas. La reacci¨®n de EE UU y de la UE ante el refer¨¦ndum de Crimea ha sido formalmente tajante. Lo han calificado de ilegal.
Este resultado se explica, en gran parte, por la actual composici¨®n de la poblaci¨®n en Crimea. Un peque?o porcentaje de t¨¢rtaros, que fueron mayor¨ªa en este enclave, un porcentaje tambi¨¦n peque?o de ucranianos y una mayor¨ªa de rusos, pueden explicar el s¨ª.
Lo ocurrido en Escocia es diferente. El Gobierno de Gran Breta?a ha dialogado con el escoc¨¦s y sigue adelante el plan de efectuar una consulta a los ciudadanos sobre si desean o no independizarse del Reino Unido. Mientras, en Catalu?a las relaciones con el Gobierno central en torno a este tema son, como m¨ªnimo, dif¨ªciles y complejas. Lo fueron antes en Euskadi. Es dif¨ªcil pensar que alguien vote por independizarse de un Estado sin estar firmemente convencido de que ello le proporcionar¨¢ beneficios. Y algunos de esos beneficios seguro que son econ¨®micos.
No hay m¨¢s que recordar c¨®mo ha cambiado la opini¨®n sobre la pertenencia a la UE con la crisis econ¨®mica. Bastantes de los que pensaban que la pertenencia de Espa?a a la UEM (Uni¨®n Monetaria Europea) era una buena idea han comenzado a dudar y no han faltado quienes han considerado que una buena opci¨®n es la de romper los lazos y abandonar la UE.
Tambi¨¦n en Escocia los argumentos econ¨®micos se suceden. Estudios que mantienen que ser¨¢n m¨¢s pobres fuera que dentro del Reino Unido, amenazas cre¨ªbles de que quedar¨¢n fuera del espacio de la libra esterlina. Todo esto, y mucho m¨¢s, estar¨¢ en los c¨¢lculos que los escoceses lleven a cabo antes de votar.
La opini¨®n sobre la pertenencia a la UE ha cambiado durante la crisis
En todo este galimat¨ªas hay cosas que parecen claras. Por ejemplo, que salirse de la UE es, aparentemente, m¨¢s f¨¢cil, con todo lo duro que pueda resultar, que declararse independiente cuando se forma parte de un Estado y que no todos los Estados contemplan la separaci¨®n de una parte de la misma forma. Por otro lado, si los motivos econ¨®micos pueden explicar posturas a favor de abandonar la UEM, puede tener sentido preguntarse si esos mismos motivos sirven para entender por qu¨¦ ciudadanos de Escocia, Catalu?a o Euskadi aspiran a tener un estado independiente.
Mencionar¨¦ tres argumentos econ¨®micos frecuentemente utilizados. El primero tiene que ver con movilidad. Cuando en un espacio econ¨®mico hay libertad de movimientos de mano de obra, si una regi¨®n confronta problemas econ¨®micos serios y falta de empleo, perder¨¢ poblaci¨®n (y capital) lo que puede generar un estancamiento duradero excepto si la regi¨®n dispone de capacidad para tomar medidas ¡°extraordinarias¡± o el Estado, decide actuar con determinaci¨®n, en esa direcci¨®n.
El segundo tiene que ver con los shocks asim¨¦tricos que, en el caso europeo, pueden ser importantes al nivel regional. Hay, por ¨²ltimo, ciclos macroecon¨®micos que precisan de acciones espec¨ªficas y diferenciadas para conseguir suavizar la senda del consumo a lo largo del tiempo. Los argumentos expuestos no son meras hip¨®tesis te¨®ricas. Son fen¨®menos que se observan en la realidad.
No todas las regiones europeas han sufrido igual la crisis y lo que muchas han pedido es que se trate distinto a los diferentes. ?Tan dif¨ªcil es entender que Escocia, Catalu?a, Euskadi planteen algo similar? A fin de cuentas es el Gobierno central el que, adem¨¢s de la interlocuci¨®n directa con Europa, dispone de m¨¢s instrumentos econ¨®micos a su alcance. Ninguna de estas regiones econ¨®micas quiere salir de la UE. Lo que reclaman es que el Gobierno central reconozca las diferencias y proporcione autonom¨ªa suficiente para disponer de mecanismos de actuaci¨®n. Esto, parece, va a ser inevitable. Ad¨®nde nos lleve este proceso, en t¨¦rminos pol¨ªticos, queda fuera del alcance de esta reflexi¨®n.
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