Padilla y Fandi a hombros en el final de la Magdalena

Noble, dulz¨®n, un amigo incondicional el toro que abri¨® plaza. Muy c¨®modo de cara y acochinado de tipo, con sus 535 kilos sobre los lomos. Toro que dej¨® estar c¨®modo a El Cordob¨¦s, aunque tampoco se tom¨® demasiadas confianzas. Entre pase y pase, p¨¦rdida de pasos por costumbre. Despegadillo. Sin llegar a la gente. Labor fr¨ªa que solo encontr¨® eco muy al final, cuando con el toro ya al paso y rendido, El Cordob¨¦s le peg¨® unos circulares que nunca llegaron a serlo completos. Estuvo h¨¢bil con la espada y le lleg¨® el premio que le pidi¨® el tendido.

No hubo premio del cuarto, al que dej¨® que se lo machacaran en varas. Con todo ese castigo desmesurado, el toro tuvo resuello para la muleta. Sos¨®n, pero muy noble. El Cordob¨¦s no estuvo por la labor de tomarse confianzas. Rectificando siempre, despegado tambi¨¦n, sin confianza, en fin. Inquieta faena, sin reposo alguno. Ni la rana intent¨® este Cordob¨¦s que apareci¨® por Castell¨®n como un torero sin ilusi¨®n.

Una larga cambiada de rodillas fue el saludo de Padilla al segundo de la tarde. No ser¨ªa la ¨²nica vez que hincar¨ªa las rodillas en la arena. Con un simple picotazo, el toro pas¨® de nuevo a las manos de Padilla. Tres pares de banderillas: fallido el primero, bueno de ejecuci¨®n y colocaci¨®n el segundo y el consabido del viol¨ªn cerr¨® el tercio. Con el toro obediente a la m¨ªnima insinuaci¨®n, Padilla mont¨® faena de muchos pases, que tambi¨¦n inici¨® de rodillas. Afanosa. Voluntariosa. De querer siempre agradar. Y con el p¨²blico a favor, no era dif¨ªcil la comuni¨®n. No termin¨® de coger la velocidad al toro, pero los rodillazos finales, un circular con Padilla casi al trote y una estocada dada en el mismo platillo, hicieron reaccionar a la gente.

Serio y m¨¢s toro fue el quinto. Por dos veces entr¨® al caballo, la segunda con el tercio ya cambiado y tomada del picador de la puerta, al que derrib¨®. Padilla lo hab¨ªa recibido con la capa con un manojo de ver¨®nicas, chicuelinas y una larga, todo por el mismo precio y en la misma tanda. En banderillas, dos buenos pares y el reiterativo del viol¨ªn. Con el toro no muy entregado, Padilla mostr¨® una cara m¨¢s asentada. La salida de la faena tuvo sentido y hasta cierto empaque, llevando el toro hacia los medios por doblones. No tuvo entrega ese toro en la muleta, con la cara alta y algo distra¨ªdo. Padilla le sac¨® todo el partido posible por el camino de la responsabilidad. Tir¨® bien de ¨¦l y, aunque sin gran brillo, todo lo que hizo fue serio. Cuando el toro tom¨® tierra adentro, Padilla ya lo hab¨ªa hecho todo. La estocada, aunque perdiendo muleta, fue letal.

El Fandi le dio la bienvenida a su primero con dos largas de rodillas, en el tercio. En banderillas, piso tres pares sin excesivo aparato. Tercio cumplidor. De facultades sobradas, pero sin el cl¨¢sico espect¨¢culo de otras veces. El toro, con su nobleza y soser¨ªa a cuestas, dej¨® hacer a El Fandi. Poco calado tuvo la faena, con ventajas del torero hacia el toro. Una serie con la izquierda de cuatro naturales, tuvo dos buenos, uno enganchado y otro que se qued¨® a mitad. Intent¨® galer¨ªa en la parte final, pero tampoco lleg¨® la cosa a mayores.

Hubo espect¨¢culo en banderillas en el sexto. Ahora s¨ª. Cuatro pares, cuatro. El primero buscando y encontrando toro en carrera hacia atr¨¢s, el segundo a la moviola y un combinado de viol¨ªn y cuarteo, para poner un tercer y un cuarto par. Vibr¨® la plaza ante tal demostraci¨®n de facultades. Buen toro este sexto para la muleta: pronto y con fijeza. Fandi, que empez¨® de rodillas en el mismo platillo, estuvo con ¨¦l m¨¢s centrado. Trat¨® bien a tan excelente astado. Hubo muchos pases, no todas las series ligadas, pero de vez en cuando se marcaba alg¨²n muletazo con temple. En otras, la muleta quedaba a merced de los pitones del toro. La estocada, aunque ca¨ªda, fue certera. Mas el premio, excesivo.