Parque lateral
Barber¨¢ agacha la cabeza y sin la m¨¢s m¨ªnima autocr¨ªtica se conforma con un parque lateral a las v¨ªas
El 28 de marzo fue un viernes negro para Valencia. La alcaldesa, Rita Barber¨¢, renunciaba al soterramiento de las v¨ªas y al t¨²nel pasante y con esta renuncia aparcaba sine die la ejecuci¨®n del Parque Central. Veintitr¨¦s a?os despu¨¦s de su llegada a la Alcald¨ªa, Barber¨¢ tira la toalla en la lucha por un proyecto en el que nunca crey¨® demasiado. Cuando en aquel lejano julio de 1991, gracias al llamado ¡°pacto del pollo¡± entre el PP y Uni¨®n Valenciana, Barber¨¢ se hizo con la vara de mando municipal, el proyecto de enterramiento de las v¨ªas y la creaci¨®n del gran pulm¨®n verde del Parque Central ya estaba en la previsiones del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, aprobado por el ayuntamiento socialista tres a?os antes. La estrategia de Barber¨¢ fue entonces exigir a Joan Lerma y a Felipe Gonz¨¢lez el soterramiento de las v¨ªas y reclamar la llegada del AVE. Pero cuando una legislatura despu¨¦s el PP lleg¨® a la Generalitat y a la Moncloa, la alcaldesa enmudeci¨® y toda la parafernalia victimista y reivindicativa, se torn¨® en comprensi¨®n sumisa ante sus comilitones.
Los pl¨²mbeos a?os del aznarato fueron dos legislaturas perdidas. Aznar prioriz¨® el AVE a Valladolid, su feudo. En esos ocho a?os, s¨®lo se puso una ¨²nica traviesa del AVE a Valencia, con la que, con toda pompa y circunstancia, el entonces aguerrido presidente dio por inaugurado el proyecto. Tuvo que llegar el denostado Zapatero para que las obras empezaran de verdad y el AVE entrara en la ciudad de Valencia. Durante esos a?os no faltaron voces vecinales ni period¨ªsticas que sugirieron a Barber¨¢ que, mientras se ultimaban las obras del AVE, pod¨ªa muy bien iniciar el parque en la parte liberada a las servidumbres ferroviarias.
Barber¨¢ despreci¨® esa soluci¨®n provisional porque lo que realmente le importaba no era el parque sino mantener el enfrentamiento con los socialistas exigiendo el t¨²nel pasante y la Estaci¨®n Central. Un a?o despu¨¦s de la llegada del primer AVE a Valencia, volvieron los suyos a la Moncloa y Barber¨¢ enmudeci¨® de nuevo. Durante los dos largos a?os que Mariano Rajoy lleva al frente del Gobierno, nada se ha avanzado en el soterramiento de las v¨ªas y en la construcci¨®n del parque. Los dirigentes del PP se han limitado a especular con la posibilidad de renunciar al t¨²nel pasante y de enterrar el proyecto de Estaci¨®n Central de C¨¦sar Portela, para construir otra m¨¢s modesta. Ahora, Barber¨¢ agacha la cabeza y sin la m¨¢s m¨ªnima autocr¨ªtica se conforma con un parque lateral a las v¨ªas.
El proyecto primigenio del parque no era central porque se ubicara en el centro de la ciudad, sino porque era un elemento medular de ordenaci¨®n de la ciudad. Y del mismo modo que central es sin¨®nimo de principal, lateral, su ant¨®nimo, lo es de secundario. As¨ª las cosas, la jibarizaci¨®n del parque (un 40%) es tambi¨¦n met¨¢fora de lo que ha quedado del otrora famoso poder valenciano del que hac¨ªan gala los dirigentes del PP: un poder lateral, secundario que se pliega a los intereses del poder central, cuando este lo detentan los suyos. El Parque Central no ha sido v¨ªctima de la pol¨ªtica, que en su estricto sentido es la b¨²squeda del bien de los ciudadanos. No. Ha sido v¨ªctima del partidismo sectario de una Barber¨¢ que, tras un cuarto de siglo al frente de la alcald¨ªa de Valencia, ha sido incapaz de conseguir que sea haga realidad.
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