La burbuja hotelera
En el Eixample se conceden m¨¢s de mil licencias de pisos tur¨ªsticos al a?o, con el consiguiente riesgo de mutaci¨®n social
Hace ya m¨¢s de diez a?os que campea sobre Barcelona la discusi¨®n sobre el modelo tur¨ªstico. Y no solo crece el descontento en los barrios en los que el turismo arrasa, sino que desde mediados del 2013 el aumento de inversiones globales, animadas por la revisi¨®n del Plan de Usos de Ciutat Vella, que suprimi¨® la moratoria de nuevos hoteles, demuestran que existe una cierta burbuja hotelera, con algunas caracter¨ªsticas similares a la que ya en el 2004 denunciamos como burbuja inmobiliaria y a la que hicieron o¨ªdos sordos la mayor parte de pol¨ªticos.
La primera es la generalizaci¨®n de la especulaci¨®n. De la misma manera que entonces se pretend¨ªa que cualquiera pudiera especular, comprando pisos o consider¨¢ndose millonario por el supuesto valor del suyo, hoy el sector de inversiones inmobiliarias relacionadas con el turismo se ha reestructurado y expandido en todas las direcciones. Entran m¨¢s multinacionales con capitales globales y fondos de inversi¨®n, y los expertos en compraventa y gesti¨®n hotelera buscan solares y edificios para convertirlos en hoteles o apartamentos tur¨ªsticos.
De los aproximadamente 1.100 millones de euros invertidos en el sector inmobiliario de Barcelona en el 2013, 460 lo han sido en hoteles de todas las categor¨ªas. Esta eclosi¨®n tiende tanto hacia los de lujo y los hoteles boutique en el centro, como hacia grandes conjuntos y resorts de turismo masificado en las periferias, en la costa o en el futuro Barcelona World.
Adem¨¢s de los nuevos hoteles que tienen en marcha los operadores locales, es muy sintom¨¢tico que las cadenas Four Seasons y Marriot est¨¦n interesadas en el edificio Deutsche Bank en Diagonal con Paseo de Gracia, o que el Grand Hyatt se vaya a situar en la Torre Agbar de la plaza de las Glorias; y explican el d¨®nde y el porqu¨¦ de los proyectos y obras municipales.
Se genera el lento efecto de ir expulsando a la poblaci¨®n local y se potencia el alza de los precios de los pisos
Al mismo tiempo proliferan los albergues juveniles ilegales y cualquiera que tiene un piso vac¨ªo tambi¨¦n se siente negociante y lo pone en alquiler por d¨ªas a turistas, con las consiguientes molestias para los vecinos. En estos momentos se est¨¢n dando muchas licencias para pisos tur¨ªsticos en el Eixample, con una media de 1.000 al a?o, lo cual puede llevar en poco tiempo a una aut¨¦ntica mutaci¨®n social y tipol¨®gica.
Esta burbuja hotelera se capilariza en las redes financieras y en los mecanismos que especulan con las nuevas licencias de obras. Que fuera la cuesti¨®n de hoteles y apartamentos tur¨ªsticos la que llevase a dimitir a la anterior regidora Itziar Gonz¨¢lez, que haya funcionarios imputados por aceptar sobornos para agilizar la concesi¨®n de licencias, o que los saqueadores confesos del Palau de la M¨²sica de momento sean juzgados por la acusaci¨®n popular en relaci¨®n al hotel del Palau es bien significativo.
Esta burbuja viene propulsada por la necesidad de m¨¢s plazas hoteleras, pero ello no hace m¨¢s que evidenciar la falta de criterios para elaborar un proyecto urbano, establecer l¨ªmites al turismo y definir cu¨¢l es la capacidad de carga de la ciudad. Igual que la burbuja inmobiliaria, que se sustentaba en inversiones sobre una base incierta, la burbuja hotelera se basa en la hip¨®tesis de que los turistas seguir¨¢n aumentando, algo que pende del hilo imprevisible de la demanda, y de que Barcelona seguir¨¢ siendo una de las ciudades m¨¢s deseadas, sin tener en cuenta los factores coyunturales que mueven a las masas por los canales del turismo: hoy viajan a Barcelona porque les resulta barato y otros enclaves tur¨ªsticos, como Egipto, est¨¢n en situaciones pol¨ªticas inestables; hoy somos escenario para la opulencia de econom¨ªas emergentes de Asia, Europa y Am¨¦rica, que pueden dejar de serlo.
Si la burbuja inmobiliaria, que sirvi¨® para canalizar capitales y blanquear dinero, encabez¨® el PIB espa?ol, hoy sucede algo similar con el turismo y los hoteles. Es cierto que la burbuja inmobiliaria afect¨® a todo el pa¨ªs, y a¨²n arrastramos las consecuencias, y la hotelera se concentra en someter a una fuerte presi¨®n ciertas partes de la ciudad y del territorio. Sin embargo, los efectos pueden ser nefastos: se apropia de los mejores lugares, aunque sean monumentos hist¨®ricos; se tolera en entornos protegidos; y se sit¨²a en calles peatonales, colaps¨¢ndolas.
Se genera, en definitiva, el lento efecto de ir expulsando a la poblaci¨®n local y se potencia el alza de los precios de los pisos ¡ªsusceptibles de entrar en el negocio tur¨ªstico¡ª y de los locales, que en los ejes m¨¢s transitados dejan de ser de proximidad para ser de ocio y consumo tur¨ªstico.
Como la inmobiliaria, esta burbuja hotelera da beneficios a corto plazo a unos pocos, no aporta nada positivo a nuestra sociedad, ni empleo estable ni formaci¨®n, no repercute en la mejora del metabolismo urbano ni en la calidad de vida de los habitantes, solo deja la huella de barrios forzados a transformarse. Hoy los pisos y oficinas pasan a ser hoteles; y de los horizontes para ma?ana no sabemos cu¨¢l es peor: barrios saturados de turistas u hoteles y barrios vac¨ªos.
Josep Maria Montaner, arquitecto y catedr¨¢tico de la ETSAB-UPC.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.