¡°M¨¢s fuerte fueron las peleas con KAS¡±
Jonan Fern¨¢ndez ha preferido guardar silencio tras las cr¨ªticas a la destituci¨®n de Txema Urkijo Sus amigos destacan que en la crisis se han creado "estereotipos" que pueden pesar en el futuro
¡°Tiene la piel curtida. Lo llevar¨¢ por dentro, pero no se le notar¨¢. Ha pasado por cosas mucho peores¡±. Es una alusi¨®n directa al estado de ¨¢nimo de Jonan Fern¨¢ndez que realiza uno de sus amigos, con quien el secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco ha hablado por tel¨¦fono en estos d¨ªas ¡°dif¨ªciles¡± al haberse convertido en la diana de muchas de las interpretaciones cr¨ªticas provocadas por la destituci¨®n de Txema Urkijo, que decidi¨® el lehendakari Urkullu. Fern¨¢ndez prefiere instalarse en ¡°el silencio¡±, seg¨²n reconocieron el jueves desde Paz y Convivencia y donde, adem¨¢s, evitan nuevas valoraciones sobre el conflicto interno desatado. Amigos comunes de Fern¨¢ndez y Urkijo, relacionados a lo largo de la complicada ¡°traves¨ªa¡± mantenida en el Pa¨ªs Vasco durante tantos a?os en favor de la paz admiten su ¡°sorpresa¡± por el agrio desenlace en el ¨¢mbito personal y muestran, adem¨¢s, su ¡°preocupaci¨®n¡± por la v¨ªa de agua abierta en una materia de especialidad sensibilidad, pero sobre todo por los ¡°estereotipos¡± que se han creado y que tanto pueden influir en la nueva etapa.
¡°Aqu¨ª ha cundido la imagen de que gana la idea del vencedor que es Jonan y pierde la del que se va y esto no deber¨ªa ser as¨ª¡±. La falta de sinton¨ªa entre ambos no esper¨® dos d¨ªas cuando ocuparon el mismo ¨¢rea. ¡°Desde que se juntaron por primera vez, Txema Urkijo dijo que las v¨ªctimas era su tema y que ah¨ª decid¨ªa¡±, recuerda una persona conocedora del funcionamiento de Paz y Convivencia. Fern¨¢ndez, en silencio, ha ido haciendo todo lo posible para que as¨ª no fuera hasta desesperar a Urkijo, absolutamente relegado. ¡°No hay que olvidar que Urkijo ven¨ªa de una etapa donde trabajaba con Maixabel Lasa disponiendo de gran autonom¨ªa y ambos solo daban cuentas al lehendakari aunque Rodolfo Ares siempre quiso seguir de cerca todo lo que hac¨ªan¡±. El m¨¦todo de Jonan Fern¨¢ndez lo desbarat¨®: ¡°ten¨ªan que asumir que a partir de ahora ten¨ªan un jefe¡±. Y un jefe que desea conocer cada papel que se mueve en su entorno y que encima da su opini¨®n, casi siempre tendente a imponerse. ¡°Yo he trabajado varios a?os con ¨¦l y no me he ido. Unas veces se hac¨ªa lo que dec¨ªa ¨¦l y otras aceptaba nuestras sugerencias¡±, admite un excolaborador de Jonan Fern¨¢ndez.
Empez¨® la ciaboga
Urkijo no ha tenido esa suerte. ¡°Est¨¢ acostumbrado a tener la raz¨®n porque est¨¢ convencido de que lo suyo es lo que debe ser¡±, se escucha entre sus cr¨ªticos. Hay quien recuerda la escena de tensi¨®n vivida durante un encuentro entre representantes de la asociaci¨®n Valent¨ªn de Foronda con Jonan Fern¨¢ndez, a quien trasladaron sus aportaciones cr¨ªticas al borrador del Plan de Paz y Convivencia. ¡°Se acab¨® marchando despu¨¦s de protagonizar una espectacular discusi¨®n, de perder los papeles¡±, dice en alusi¨®n a Fern¨¢ndez. Pero la intensidad de este debate es inferior a los mantenidos por el entonces dirigente de Elkarri con los representantes de la coordinadora abertzale KAS, que pretend¨ªan neutralizar su trabajo en aquellos a?os del plomo de ETA. Entre quienes pertenecieron a Elkarri a¨²n se recuerdan las confrontaciones dial¨¦cticas. ¡°Aquello s¨ª que fueron peleas duras¡± para Fern¨¢ndez, cuando ya hab¨ªa iniciado su ciaboga ideol¨®gica tras sus a?os como concejal de Herri Batasuna en su Tolosa (Gipuzkoa) natal y l¨ªder del movimiento ecologista Lurraldea, opuesto a la variante de Leizar¨¢n. ¡°Este pasado le ha acabado marcando porque la gente no se para a analizar su forma de pensar sino que se queda con la idea de que alguien de la izquierda abertzale est¨¢ ahora con el tema de las v¨ªctimas¡±. Sin embargo, hay quien detecta precisamente ah¨ª uno de los h¨¢ndicap de Jonan Fern¨¢ndez. ¡°Una cosa es lo que piensa y otra la sensaci¨®n que tienen los dem¨¢s de lo que piensa y eso ya es dif¨ªcil de cambiar¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.