Varias sentencias instan a la readmisi¨®n de los monitores de colegios despedidos
Un juez califica de ¡°tard¨ªa, torpe e injusta¡± la reacci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa
Tras varios meses de lucha, los monitores administrativos que desde 2006 estuvieron contratados en colegios p¨²blicos de Andaluc¨ªa para ayudar en la gesti¨®n de los centros han empezado a recibir buenas noticias. De momento, 16 sentencias, todas ellas en la provincia de C¨®rdoba, les dan la raz¨®n en sus reivindicaciones y exigen su readmisi¨®n o, en su caso, indemnizaciones por despidos improcedentes. La Consejer¨ªa de Educaci¨®n decidi¨® no renovar los contratos con las empresas privadas a las que pertenec¨ªan despu¨¦s de que la Inspecci¨®n de Trabajo detectara una cesi¨®n ilegal de trabajadores ahora confirmada por estos fallos judiciales. Uno de los jueces llega a comparar la situaci¨®n de estos empleados con la de los esclavos negros que fueron liberados en Estados Unidos en tiempos de Lincoln.
¡°Creo que estas sentencias se van a repetir en el resto de provincias¡±, explicaba ayer ilusionada Esther Porquicho, exmonitora en C¨¢diz. Su caso y el de 37 compa?eros se ver¨¢ este martes en los juzgados gaditanos. Una cita a la que llegan con la esperanza que les han dado las 16 sentencias de C¨®rdoba. En total, en Andaluc¨ªa hab¨ªa 840 afectados que durante los ¨²ltimos meses, desde que fueron apartados de sus puestos de trabajo, vienen protagonizando continuas movilizaciones. ¡°Exigimos nuestra readmisi¨®n. Ser¨ªa lo m¨¢s l¨®gico porque no est¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica como para que la Junta pague unas indemnizaciones por despido¡±, a?ade Porquicho.
Los hechos comprobados reflejados en las sentencias resumen lo ocurrido en los ¨²ltimos a?os. En 2006 la Consejer¨ªa de Educaci¨®n constat¨® la necesidad de trabajos administrativos en los colegios p¨²blicos, tareas que no pod¨ªan asumir ni los directores ni los secretarios. Encarg¨® al Ente P¨²blico Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE) para que contratara a personal externo para cubrir esos servicios. En una de esas sentencias, el juez ya advierte de que las funciones del ISE ¡°poco o nada tienen que ver con las que les solicit¨® la Consejer¨ªa¡±. El ¨®rgano auton¨®mico lo hizo a trav¨¦s de una empresa de trabajo temporal. Fueron contratos 840. ¡°Los trabajadores actuaban con total desconexi¨®n de su empresa empleadora¡± ya que eran formados por los equipos directivos de los colegios.
En una de las sentencias se advierte de que este m¨¦todo elegido por la Junta permiti¨® durante a?os situaciones ¡°injustas¡± para los trabajadores, en su mayor¨ªa mujeres. ¡°La empresa contratada se limitaba a crear las n¨®minas de los trabajadores, pagarles y cobrar de la Consejer¨ªa con un ping¨¹e beneficio porque ganaban nueve euros la hora mientras que pagaban a los trabajadores cinco euros¡±. Las empresas contratadas iban cambiando pero no los trabajadores. ¡°Los empleados ni siquiera sab¨ªan que hab¨ªan sido subrogados¡±. Fue en 2012 cuando la nueva empresa que les hab¨ªa asumido empez¨® a dejarles de pagar puntualmente y eso origin¨® el inicio de las movilizaciones y las denuncias.
¡°Los impagos era lo ¨²ltimo que pod¨ªa aguantar un colectivo que ha desarrollado su trabajo en una condiciones que deber¨ªan avergonzar a una clase pol¨ªtica que hace apenas dos a?os rechaz¨® los minijobs alegando que ese tipo de contrataci¨®n no es propia de nuestro pa¨ªs¡±.
La Inspecci¨®n de Trabajo, que seg¨²n la sentencia ¡°hasta entonces hab¨ªa mirado a otro lado¡±, detect¨® estos problemas y llev¨® a la Junta a ¡°tomar las riendas¡± de estos contratos. Anul¨® los acuerdos con la ¨²ltima empresa contratadora y plante¨® un plan de choque de empleo p¨²blico para cubrir esos puestos vacantes pero dej¨® sin opciones a los que hab¨ªan desarrollado esta labor en los ¨²ltimos a?os, al exigir una formaci¨®n que casi ninguno ten¨ªa. El juez lo resume as¨ª. ¡°Ser¨ªa como si Lincoln al tiempo de liberar a los esclavos exigiera titulaci¨®n de ingeniero agr¨®nomo para recoger el algod¨®n. Los esclavos ser¨ªan libres pero no tendr¨ªan qu¨¦ comer¡±.
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