El modelo de empresa necesario para un nuevo modelo productivo
Es condici¨®n necesaria disponer de empresarios con una s¨®lida formaci¨®n empresarial y humana
Economistas y pol¨ªticos llevamos m¨¢s de cinco a?os hablando de la necesidad de dise?ar un nuevo modelo productivo distinto al especulativo y de precios bajos, que est¨¦ basado en el conocimiento, el capital humano y relacional y la investigaci¨®n, desarrollo, innovaci¨®n y dise?o de los productos y procesos; un modelo que, a diferencia del actual, proporcione estabilidad econ¨®mica y empleo de calidad, de manera que durante las fases de crisis del ciclo econ¨®mico no se produzcan desequilibrios tan acusados en la producci¨®n y el empleo. Sin dejar de estar de acuerdo en ello, he de se?alar que para conseguir este modelo productivo, deber¨ªamos empezar por definir cu¨¢l es el modelo de empresa y de empresario/a que realmente necesitamos. No se empieza a construir la casa por el tejado si no por los cimientos.
Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la OCDE, la capacidad de management de las empresas espa?olas es una de las m¨¢s bajas de Europa, el grado de ¨¦tica y de responsabilidad social corporativa en Espa?a son escasos y est¨¢n poco generalizados y la ¨²nica forma con que se aborda el problema de la falta de productividad empresarial es mediante la ¡°flexibilidad laboral¡±, eufemismo que se traduce en una reducci¨®n continua de los salarios y en el deterioro de las condiciones laborales saludables de los trabajadores, lo que perpetua esta falta de capacidad en la gesti¨®n. Con este tipo de empresas es imposible abordar una verdadera reforma estructural del tejido empresarial espa?ol que siente las bases para el modelo productivo que necesitamos.
Por el contrario, es condici¨®n necesaria disponer de empresarios/as con una s¨®lida formaci¨®n empresarial y humana que garantice una gesti¨®n profesionalizada y una cultura organizativa basada en la cooperaci¨®n, la integraci¨®n, la solidaridad y la sostenibilidad. Las empresas han de ganar dinero pero el fin no justifica los medios, es decir, con el fin de obtener el m¨¢ximo beneficio econ¨®mico se cometen cuantas ilegalidades y tropel¨ªas sean necesarias, destruyendo el entorno m¨¢s inmediato: el medio ambiente, las relaciones laborales e incluso las reglas del juego democr¨¢tico.
Otro de los elementos clave en el modelo de empresa que se necesita para consolidar un modelo productivo sostenible es el tama?o empresarial. El pensamiento neoliberal plantea como condici¨®n necesaria para el ¨¦xito empresarial y la mejora de la competitividad, la creaci¨®n de un tejido empresarial basado en empresas de gran tama?o y lo justifica en base a la globalizaci¨®n de la econom¨ªa. Cu¨¢nto m¨¢s grande sea una empresa, m¨¢s rentable y competitiva ser¨¢. Sin embargo, este argumento, adem¨¢s de ser una falacia, pues el tama?o no garantiza la mejora de la gesti¨®n y por tanto tampoco de la rentabilidad, obedece a un planteamiento especulador y oportunista contrario a la sostenibilidad econ¨®mica.
Algunos datos clave demuestran mi afirmaci¨®n: m¨¢s del 70% del fraude fiscal en Espa?a es cometido por las grandes empresas y las empresas que m¨¢s empleo est¨¢n destruyendo en Espa?a durante los m¨¢s de cinco a?os de crisis econ¨®mica que llevamos son precisamente las de mayor tama?o, ello a pesar de que no han dejado de seguir acumulando beneficios econ¨®micos. La gran empresa est¨¢ sustituyendo empleo en Espa?a por empleo en otros pa¨ªses donde los salarios son m¨¢s bajos y las condiciones laborales m¨¢s precarias y adem¨¢s, trasladan sus sedes centrales a para¨ªsos fiscales con el fin de pagar menos impuestos. ?Son esas las empresas que necesitamos para salir de la crisis y consolidar un modelo productivo m¨¢s eficaz y s¨®lido?. Evidentemente no.
La mayor parte del empleo generado en Espa?a reside en las peque?as y medianas empresas, que adem¨¢s representan m¨¢s del 90% del tejido industrial. Pero adem¨¢s, se trata de empresas locales, arraigadas en su territorio, por lo que no solo generan empleo estable si no que lo hacen en el entorno m¨¢s pr¨®ximo, contribuyendo a crear riqueza y progreso reales, no ficticios. Estas empresas no necesitan crecer por crecer, por lo que son sostenibles y no se dedican a esquilmar el territorio y destruir el medioambiente.
El ejemplo de la cooperativa La Fageda de Girona es claro: una cooperativa que se dedica a fabricar y vender productos l¨¢cteos en Catalu?a con ¨¦xito empresarial pero cuyo objetivo no es crecer si no que su presidente (m¨¦dico psiquiatra) pueda ofrecer a sus pacientes (discapacitados ps¨ªquicos) la mejor terapia posible, trabajar. Este es el tipo de empresas que necesitamos para consolidar un nuevo modelo productivo, empresas socialmente responsables con un fin social concreto (y no especulativo) y en las que las personas son la clave de su crecimiento.
Joan Ramon Sanchis Palacio es catedr¨¢tico de Organizaci¨®n de Empresas de la Universitat de Val¨¨ncia y director de Iudescoop
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