?Concertaci¨®n o parip¨¦?
Gobierno, patronal y sindicatos nunca entendieron los acuerdos como un fin, sino como el peaje necesario para que los dos ¨²ltimos disfrutaran de una financiaci¨®n
Despu¨¦s de haber dejado por escrito, cada vez que se firmaba uno o se evaluaba, que los acuerdos de concertaci¨®n eran la pieza b¨¢sica para el desarrollo de Andaluc¨ªa, ahora la patronal se desmarca, los sindicatos titubean y el Gobierno no parece tener claro qu¨¦ hacer con ellos.
No se pueden hacer un peor favor a s¨ª mismos las tres partes en cuesti¨®n, pues con esta actitud ya no pueden disimular que nunca entendieron la concertaci¨®n social como un fin en s¨ª mismo deseable y bueno para Andaluc¨ªa ¡ªcomo se empe?aban en asegurarnos¡ª sino la representaci¨®n y el peaje necesarios para que patronal y sindicatos disfrutaran de una financiaci¨®n de algunos de cuyos procedimientos y resultados ahora tenemos que avergonzarnos.
Solo as¨ª se explica que piensen que la concertaci¨®n no sirve, que es una palabra que ¡°hay que olvidar¡±, seg¨²n el nuevo presidente de la patronal [Javier Gonz¨¢lez de Lara], justo cuando un vergonzoso entramado ¡ªque si no ha corrompido generalizadamente los cursos de formaci¨®n s¨ª los ha desnaturalizado casi por completo¡ª y otros malos usos del dinero p¨²blico, con toda seguridad van a impedir que la financiaci¨®n a los ¡°agentes sociales¡± hasta ahora concertados siga siendo como antes.
Basta leer el texto de los siete acuerdos de concertaci¨®n suscritos para comprobar que, como tales, eran humo. Contienen las l¨ªneas de actuaci¨®n del Ejecutivo expresadas de forma que se les puede achacar tanto todo lo bueno como todo lo malo que ha ocurrido en Andaluc¨ªa en estos ¨²ltimos a?os. En ninguno se incluyen los compromisos o la contribuci¨®n concretos de cada parte, ni se mencionan las contrapartidas de los acuerdos y su coste.
La concertaci¨®n de esfuerzos es imprescindible en las sociedades diversas de nuestro tiempo si de verdad quieren ser democr¨¢ticas, pero no puede limitarse a ser un reparto del bot¨ªn.
La patronal, los sindicatos y el Gobierno deben llegar a acuerdos pero sobre la forma concreta de generar empleo e ingresos y de repartir la renta que se genere (lo que, por cierto, ni se ha mencionado en los siete acuerdos firmados hasta ahora). El Gobierno debe lograr compromisos de m¨ªnimos con todos los agentes sociales e incluso con la oposici¨®n ¡ªal rev¨¦s, por ejemplo, de lo que viene haciendo el PP en el Gobierno central¡ª y conseguir que la sociedad toda sienta su acci¨®n pol¨ªtica como propia y se haga c¨®mplice de ella. Pero eso solo lo puede hacer un Gobierno con gran credibilidad, que act¨²e con total transparencia, que no se deje llevar por quien juega con dos barajas y que no tenga otra hipoteca que el mandato ciudadano. Solo as¨ª puede conseguirse que la concertaci¨®n social sea aut¨¦ntica, un instrumento efectivo para el cambio social, y no el parip¨¦ de estos a?os atr¨¢s.
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